Mitos y verdades de la Internet Oculta

Desde que la Internet comenzó a masificarse a comienzos de la década de los 90, navegar a través de sus miles de sitios web se ha convertido en una actividad tan cotidiana como el uso de la electricidad. La gran mayoría de las personas visita diariamente sitios web que forman parte exclusivamente de la Surface Web, lugar en donde se encuentran los portales más accesibles y reconocidos. Sin embargo, esta es una parte ínfima de la Internet total: la gran mayoría de su contenido se halla oculto en lo que se conoce como la Deep Web.

Actualmente, ya estamos bastante acostumbrados a navegar a través de la innumerable cantidad de portales que ofrece la red de redes (World Wide Web). Además de ingresar a diario a nuestros sitios web favoritos y utilizar los buscadores más conocidos para poder encontrar contenidos que nos interesan, enviamos y recibimos emails, vemos videos, jugamos juegos y descargamos archivos. Todo esto lo hacemos en un contexto generalizado que comúnmente se llama Surface Web, es decir, la Internet que todos conocen y utilizan. Según un estudio holandés, los buscadores tradicionales pueden acceder a 5.4 billones de sitios web. Pero, a pesar de lo impresionante que resulte ser esta cifra, en realidad se trata solamente de un porcentaje casi insignificante del contenido total de la Internet.

 

Ese pequeño porcentaje forma parte de todo aquello que se encuentre indexado por los motores de búsqueda más conocidos como Google, Bing o Yahoo. Toda información a la que no se pueda acceder mediante estos buscadores es lo que se considera como Deep Web, o sea, todo contenido que no es de acceso público. De acuerdo con algunas estimaciones, su tamaño total es 400 o 500 veces más grande que el de la Surface Web. Aquí se encuentran, por ejemplo, documentos gubernamentales, cuentas de email, historiales médicos, perfiles de Facebook, subscripciones a sitios pagos y un largo etcétera. Por consiguiente, cada vez que una persona accede a cualquier sitio web o aplicación mediante el ingreso de un usuario y contraseña, está navegando en la Deep Web. Ésta aloja el contenido de más del 90% de Internet.

 

Como puede verse, no existe demasiado misterio ni nada objetable con relación a lo que ofrece la Deep Web: es simplemente un espacio restringido donde se encuentra contenido que no es de dominio público. Una manera simple para saber si estamos navegando en la Deep Web es verificando el título del protocolo de transferencia. Éste se encuentra al comienzo de la dirección del sitio web (http://) e indica que es un portal de acceso público, es decir, es parte de la Surface Web. Cada vez que al final del protocolo pueda verse la letra “s” (https://), significa que se trata de un sitio web seguro y la información del usuario se encuentra protegida. El contenido privado que aloje este portal se encuentra dentro de la Deep Web.

 

Muchas veces se producen confusiones entre la Deep Web y su nivel más oculto, la Dark Web, por lo que es necesario diferenciar a una de la otra. La primera contiene información privada que se encuentra protegida por claves de acceso, pero de todos modos está alojada dentro de sitios web que forman parte de la Surface Web. Por otro lado, la Dark Web es un mundo completamente diferente regido por el anonimato y cuyo contenido es completamente invisible para los buscadores tradicionales como Google.

 

No obstante, tampoco sería justo demonizar por completo a la Dark Web, ya que en principio se trata simplemente de un espacio al que acceden las personas que prefieren navegar de manera anónima. Muchos individuos la utilizan debido a que se sienten más seguros navegando a través de los servidores virtuales aleatorios que componen su sistema de redes. Es realmente útil para que expresen sus ideas aquellas personas que viven en países donde no hay libertad de expresión y cuyas actividades son permanentemente monitoreados por su gobierno. Pero, ¿cuál son las otras razones de que alguien prefiera mantener su identidad fuera del radar de los operadores de Internet? Existen dos motivos.

 

El primero es el deseo de poder navegar con la seguridad de que la información privada del usuario continúe manteniéndose así. Cada vez que una persona se conecta a Internet a través de la Surface Web e ingresa a un sitio web, su dirección física (IP) es enviada al servidor que aloja ese portal, registrando absolutamente todos los datos del individuo. También allí se generan los llamados Cookies: datos con información que se almacenan en la computadora del usuario y que son enviados al sitio web cada vez que se accede nuevamente a él. Empresas como Google, Facebook y Amazon hacen un extenso uso de esta información para generar perfiles de usuario, de esa manera pueden personalizar sus servicios y publicidades. Por supuesto, existen muchos otros usos de estos datos privados por parte de otras empresas u organizaciones que no les sientan bien a determinados usuarios. Ese es uno de los motivos por los cuales prefieren navegar por los sitios tradicionales, pero a través de la Dark Web, utilizando navegadores alternativos como Tor para acceder a la red de redes.

 

Tor es un sistema originalmente diseñado por empleados del Laboratorio de Investigación Naval de los EEUU para proteger las comunicaciones de inteligencia en línea. Actualmente, es un navegador gratuito cuyo servicio se halla protegido por tres redes de encriptado cada vez que se accede a un sitio web. De esta manera, la información del usuario se mantiene completamente anónima, evitando la vigilancia y el registro de su actividad por parte de terceros.

 

Teniendo en cuenta esto, ahora vamos a poder darnos cuenta del segundo motivo por el cual algunas personas acceden a la Dark Web mediante navegadores como Tor. El hecho de que este software permita mantener un alto grado de anonimato ha generado un verdadero mercado negro virtual que utilizan muchos criminales para operar sin ser detectados. Además, los usuarios suelen instalar un VPN (Red Privada Virtual, en español), cuya función es la de cambiar la dirección IP de la computadora y encriptar el tráfico en línea. Aquellos individuos que se inclinan por realizar actividades ilegales como la compra de drogas, armas, pornografía infantil, robo de información bancaria, etc., tienen a su disposición sitios web enteramente dedicados a cada categoría. Añadiéndole aún más anonimato a sus actividades, cuentan como medio de pago la criptomoneda Bitcoin, la cual imposibilita un rastreo efectivo entre el comprador y el vendedor.

 

Como hemos podido apreciar, existe una enorme diferencia entre Deep Web y Dark Web, tanto en el concepto y el acceso como en la utilización de cada uno de ellos. Si bien a algunas personas no les molesta que su información se registre, se analice y se comparta, existen muchas otras que consideran esta invasión a su privacidad como inaceptable. En definitiva, el navegar a través de los distintos niveles de la Internet se trata de una cuestión personal que no difiere demasiado de las decisiones que tomamos en nuestra vida diaria. Está dentro de la libertad de cada individuo elegir el tipo de contenido y el nivel de exposición personal que estamos dispuestos a ofrecer cada vez que accedemos a la red de redes.

El texto anterior representa mis ideas y opiniones inspiradas en: Business Insider: Beyond Google: Everything you need to know about the hidden internet.(https://www.businessinsider.com/difference-between-dark-web-and-deep-web-2015-11), World Wide Web Size: The size of the World Wide Web (The Internet) (https://www.worldwidewebsize.com/), Digital: Enter The Deep & Dark Web If You Dare (AND GET READY FOR A SURPRISE). (https://digital.com/blog/deep-dark-web/), Norton: How to safely access the deep and dark webs. (https://us.norton.com/internetsecurity-how-to-how-can-i-access-the-deep-web.html), Deep Web Sites: What are the Pros and Cons of Using Tor Browser? (https://www.deepweb-sites.com/pros-and-cons-of-using-tor-browser/)

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