
Range – Amplitud
“Bomberos experimentados, cuando se enfrentan a situaciones nuevas como un incendio en un rascacielos, pueden encontrarse de repente privados de la intuición formada en años de incendios en casas, y propensos a tomar decisiones malas. Cuando el status quo cambia, los maestros de ajedrez también pueden encontrarse con que las habilidades que les llevó años conseguir de repente se conviertan en obsoletas”.
David Epstein da comienzo a su primer capítulo brindándonos los ejemplos del ajedrez y el golf como los representantes de la cultura que defiende la teoría de que “cualquier cosa en el mundo puede ser conquistada de la misma forma”, es decir, teniendo un comienzo temprano y práctica deliberada en tal actividad. Las famosas”10.000 horas” de práctica para convertirse en un experto exitoso. Esta teoría, en las palabras del autor, “se basa en una muy importante, y muy tácita, conjetura: que el ajedrez y el golf son ejemplos representativos de todas las actividades que nos importan”.
El punto central de su trabajo, y que ilustra una y otra vez a través de una gran variedad de ejemplos, es que la mayoría de las cuestiones del mundo o de las cosas que queremos aprender y hacer no son realmente como el ajedrez y el golf, ya que éstos pertenecen a ámbitos de aprendizaje “amables”. Los ámbitos de aprendizaje amables son aquellos donde el reconocimiento instintivo de patrones funciona poderosamente. Por ejemplo, Garry Kasparov – quizás el más grandioso jugador de ajedrez de la historia del mundo – al explicar su proceso de decisión de movimientos dijo que “ve un movimiento, una combinación casi de manera instantánea basada en los patrones que ha visto antes”.
Pero, ¿puede la experiencia repetitiva crear habilidades en el amplio rango de escenarios de la vida real?.
Epstein demuestra en su libro cómo, desde estudiantes de cultura organizacional hasta psiquiatras que intentan predecir la evolución de un paciente, desde profesionales de recursos humanos que deciden quiénes serán exitosos en las fases de entrenamiento hasta los ingenieros, expertos y científicos de la NASA que decidieron que el Challenger despegara sin tener en cuenta todos los datos en la información que tenían disponible; en todos esos dominios donde el comportamiento humano se ve involucrado, la mera repetición de experiencias pasadas no genera aprendizaje alguno.
De hecho, en tales dominios a los cuales Epstein llama “retorcidos”, las reglas del juego no son claras. Pueden o no existir esos patrones repetitivos, por lo tanto la experiencia tiende a llevar a las personas a tomar las decisiones equivocadas, ya que son decisiones basadas en las primeras soluciones que vienen a la mente. A esto se le da el nombre de “fijación cognitiva”, y la forma de evitarla es justamente lo contrario al aprendizaje por repetición, o las 10.000 horas de práctica.
La lectura de “Range” es atrapante y desafiante, nos hace repensar las corrientes actuales dominantes de “expertos con conocimientos omniscientes” para abrir paso al reconocimento de aquellos quienes en lugar de andar por una sola ruta deciden “viajar por una autopista de 8 carriles”. Tanto unos como otros son esenciales en los equipos de tomas de decisiones, incorporar personalidades variadas para tal fin ha de traer los mayores beneficios a corto y largo plazo, en la diversa gama de proyectos del mundo actual, que ciertamente es más “retorcido” que “amable”.