
Jürgen Habermas: Una biografía (Stefan Müller-Doohm)
Conocer a Jürgen Habermas, uno de los personajes con mayor peso de pensamiento en el siglo XX, resulta una experiencia muy enriquecedora. Sus ideas de la comunicación, la sociedad, su comportamiento y sus reglas, abre la mente al lector sobre las causas y consecuencias de lo que es y puede llegar a ser nuestra vida social.
Stefan Müller-Doohm, ha producido una obra cuyo título es: Jürgen Habermas: Una biografía, en la cual el autor se pasea por el proceso de creación de las teorías del protagonista, que como él mismo manifestó, han sido lo que le dio razón a su existencia.
Sin duda tiene una importancia superior en el texto, su obra maestra; La teoría de la acción comunicativa, cuyo fondo es el desentrañar las bases de la cultura política democrática y deliberativa.
En el libro, aparte de narrar la esencia de las obras de Habermas, se presentan las polémicas generadas por sus opiniones, no solo en Alemania, sino en el resto del mundo, donde también el impacto de sus obras ha movido el pensamiento. Sus debates acerca de la reunificación alemana, el rearme, la desobediencia civil, la tecnología genética, las guerras del Golfo, entre otras, tienen un especial espacio en esta biografía.
“Desarrollaré la tesis de que cualquiera que actúe de manera comunicativa debe, al realizar cualquier acto de habla, plantear reclamos de validez universal y suponer que pueda ser reivindicado”.
Jürgen Habermas.
Lo que hay que entender.
El pensamiento humano se nutre del lenguaje y este es arbitrario. La silla se llama así, porque con ese nombre fue llamada y así se nombran todas las cosas. ¿Cómo pensar en algo que no exista en el lenguaje? Si consigue algo nuevo, debe nombrarlo o de otra manera no podrá transmitirlo y se perderá, así de poderoso es el lenguaje.
Somos seres lingüísticos y gracias a eso podemos relacionarnos. Hemos evolucionado al punto de tener ciudades y países que nos permiten a una enorme cantidad de personas, vivir bajo unas reglas determinadas sin destruirnos unos a otros.
“La tarea de la pragmática universal es identificar y reconstruir las condiciones universales de posible comprensión mutua”.
Jürgen Habermas.
Siendo no tan fácil de leer, por la complejidad y lo elaborado de su pensamiento, tal vez se pueda percibir cierta contradicción en sus postulados.
“¿Cómo puede haber comprensión mutua entre personas que no se comunican con la sencillez que pueda entender hasta el menos instruido? ¿Qué igualdad puede concebirse entre un discurso de alguien aventajado educativamente con alguien que ni remotamente lo es?”
Habermas es sin duda un prominente pensador; pero aterrizar las ideas de igualdad en un mundo tan desigual, no es cosa que resulte tan fácil de asimilar.
Quizás, las críticas a quienes conformaban la Escuela de Frankfort, porque pertenecían a una burguesía que existía producto de los beneficios del mismo capitalismo que criticaban, hagan que pase por el pensamiento la posibilidad de cierta lejanía de lo práctico de sus ideas.
El origen de todo.
La Escuela de Frankfurt, un grupo de pensadores que se fundó en Frankfurt, en momentos previos a la Segunda Guerra Mundial. Básicamente estudiaron el Marxismo y su impacto político y social. Es un compendio de los análisis de la sociedad, el capitalismo y la cultura del siglo XX.
Criticaban severamente al modelo capitalista y una de las referencias era el modelo de implementado por Henrry Ford. En aquel tiempo el hombre era considerado una máquina más. Está presente una dura crítica al manejo de las masas para el consumo de productos, incluidos el arte y la cultura.
Por un lado, los trabajadores eran sometidos al yugo del capitalismo en el trabajo en las fábricas y por el otro, cuando no estaban trabajando, el mismo modelo los manejaba con comunicación hábilmente diseñada para inducirles formas de vestir, de comer, de divertirse, etc.
El hombre alienado, disciplinado según las normas establecidas por unos pocos que dominan a las mayorías, poco podía hacer para salir de ese círculo vicioso y destructivo.
La teoría crítica, como fue conocida a esta corriente del pensamiento, cobró importancia con la incorporación de hombres como Jürgen Habermas.
¿Quién es Habermas?
Un hombre de pensamiento crítico, de pensamiento agudo y no muy sencillo de digerir. Hay que prepararse bien para leer su extensa obra.
“La razón comunicativa, es ciertamente una tabla insegura y vacilante, pero no se ahoga en el mar de las contingencias, aun cuando tal estremecimiento en alta mar sea el único modo como puede dominar las contingencias”. Jürgen Habermas.
Este prominente sociólogo y filósofo alemán, es considerado el mayor representante de la segunda generación de la Escuela de Frankfurt, enseñó filosofía y sociología en la prestigiosa Universidad de Frankfurt.
Su obra incluye la propuesta de un Marxismo no ortodoxo que se aleja del pensamiento de que la sociedad es una organización esencialmente productivista. Sus ideas apuntan a un acercamiento entre lo teórico y lo práctico. La excesiva carga burocrática y despolitización de los ciudadanos son contrarias a su propuesta.
Su crítica al positivismo es por demás conocida. Rechaza la universalidad y defiende lo necesario que significa tener explicaciones genuinas. Desarrolla la Teoría de la acción comunicativa. En ella juegan papeles de primer orden, el discurso de comunicación de segundo orden y la ética del discurso, tanto de uso común como el que se da a nivel institucional.
El diagnóstico social de la era moderna, es otro componente esencial de esta obra. Temas como la unidireccionalidad y sus devastadores efectos vistos en los mercados, por ejemplo. Su concepción sobre lo racional para entender los problemas de las normas que incluyen la ética y la moral y como impacta a la sociedad.
“¿Cómo funciona una democracia moderna? Un grupo de expertos unilateralmente deciden sobre leyes, sobre salud, sobre deuda y los ciudadanos ¿Acaso se enteran? ¿Lo entienden?”
Habermas defiende la concepción subjetiva de una racionalidad que es práctica y el tratamiento del discurso para justificar normas que son universales. Apunta, entre otras cosas, ¿Cómo hay universalidad sin acuerdo de todos los ciudadanos haciendo y ejerciendo la política?
Imaginar que un país A establece unas reglas en el mercado petrolero y las impone a un país B. ¿Estas normas del país A son universales porque las hizo unilateralmente y los demás deben aceptarlo? Obviamente no hay racionalidad en esto, si el país B, que es la otra parte no es considerado para establecer las normas, entonces este simplemente no las respetará, es su derecho.
Esta es una situación que se da, incluso en los niveles más sencillos del proceso de comunicación en las sociedades.
La democracia deliberativa y participativa requiere de la intervención en igualdad de condiciones de todos los que se someten a las normas de esa sociedad. Democracia no es votar, se trata de igualdad de derechos para deliberar sobre todos los asuntos que afectan a todos.
Este pensamiento ha navegado con buen viento en un mar de partidos políticos que buscan mejores formas de convivencia social.
Habermas, teoriza sobre mayor comunicación como camino al encuentro y al entendimiento entre los ciudadanos y sus instituciones. Muestra un camino para que se reconozcan a todos por igual.
Esta biografía de uno de los pensamientos más influyentes del siglo XX, es digna de ser leída, digerida y analizada para poder entender, desde su posición, en dónde está navegando la sociedad democrática del mundo y hacia donde la está conduciendo el viento.
En este escrito expreso mis ideas y opiniones inspiradas en la obra Jürgen Habermas: Una biografía de Viktor Emil Frankl.