El Cinturón de Fuego del Pacífico ¿cómo nos afecta?

Muchos se preguntarán ¿qué es el Cinturón de Fuego del Pacífico? También llamado Anillo de Fuego del Pacífico, comprende toda una extensión que bordea la costa del Océano Pacífico y está caracterizada por ser una zona de subducción en donde predomina una intensa actividad volcánica y sísmica en el territorio que abarca.

Este cinturón se extiende por más de 40.000 kilómetros desde Nueva Zelanda hasta la costa oeste de Sudamérica, pasa por las costas del este de Asia y Alaska y las del noreste de Norteamérica y Centroamérica. En términos geológicos, marca los bordes de la placa del Pacífico y de otras pequeñas placas tectónicas que forman la corteza terrestre.

Los puntos rojos demarcan la extensión del Cinturón de Fuego del Pacífico que tiene forma de herradura. Los puntos de colores representan los sismos ocurridos en las localidades (desde 1900 a 2013), los triángulos amarillos representan los volcanes y las líneas amarillas los bordes de placas tectónicas. 

Hay que recordar que nuestro planeta Tierra se encuentra formado por placas tectónicas, algo parecido a un rompe cabezas, donde unas piezas calzan perfecto, algunas no tanto y otras se superponen entre sí. Cuando las placas tectónicas no calzan perfecto, existe fricción entre ellas (porque anualmente se mueven sólo unos milímetros) y cuando una está por encima de la otra, ocurre lo que se denomina subducción de placas tectónicas (una placa litosférica oceánica se hunde bajo otra placa, ya sea oceánica o continental) esto genera una gran acumulación de tensión en los lugares donde ocurren estos procesos.

En esta región ocurren alrededor del 90% de los terremotos regulares y 80% de los terremotos más grandes.

Y como todos los océanos y continentes se encuentran sobre estas placas tectónicas, una buena parte de la población acarrea las consecuencias de la naturaleza de nuestro planeta. Cada vez que se libera la tención producida por la fricción generada por el roce de las placas tectónicas ocurren sismos. De igual manera como ocurre con las erupciones volcánicas, que son debido a la presión y el calor que hacen subir el magma hacia la superficie y brota en forma de lava. Los restos de la roca fundida y los gases del centro de la Tierra, son expulsados por el cráter principal de los volcanes o por alguna otra salida o fisura en la Tierra.

A lo largo del Cinturón de Fuego del Pacífico existen 452 volcanes y concentra más de 75 % de los volcanes activos e inactivos del mundo.

Y te preguntarás ¿esto nos afecta a todos?

La respuesta es no, depende de donde te encuentres. Si vives en algún país que esté sobre el Cinturón de Fuego o en sus cercanías, probablemente estés acostumbrado a los sismos y sus consecuencias, que no son todos de la misma intensidad y que a lo largo de la historia se han tenido sus episodios de desastres naturales que el hombre no puede controlar, como tsunamis, terremotos catastróficos y erupciones volcánicas catastróficas, que han causado numerosos estragos a escalas globales e incluso extinciones masivas de especies.

Sin dejarlo de lado, mencionaremos alguno de los eventos producto de Cinturón de Fuego.

  • Erupción del Krakatoa, en Indonesia: el volcán tuvo erupción en 1883 y lo que se sabe es que la explosión fue tan violenta que acabó destrozando la propia isla en la que se encontraba el volcán en varios pedazos. Murieron 36.000 personas y cientos de pueblos fueron destruidos. Esta erupción produjo una nube de cenizas que se extendió por todo el mundo, llegando hasta Europa y produciendo una bajada de 1.5ºC en la temperatura global. En 2018 la erupción de Krakatoa causó un tsunami en las costas de Sumatra y Java que mató a 430 personas.

 

  • Erupción del volcán Nevado del Ruiz, en Colombia: este enorme volcán había pasado 70 años dormido y en 1985 tuvo una pequeña erupción, expulsando lava y fundió el 10% del glaciar de la montaña, esto produjo cuatro lahares distintos, que arrasaron varios pueblos cercanos en donde murieron 23.000 personas arrastradas por el barro.
  • Monte Pinatubo, en Filipinas: en 1991 Filipinas sufrió la segunda mayor erupción volcánica del siglo XX, luego de que el Monte Pinatubo despertó tras estar 500 años dormido. La explosión del Pinatubo destrozó el monte y la nube de ceniza cubrió de oscuridad 125.000 kilómetros cuadrados. Hubo que lamentar 850 muertos, pero habrían sido miles de no haber realizado una exitosa campaña de evacuaciones.
  • Tsunami luego del terremoto de Japón: en 2011 Japón sufrió un terremoto de 9 grados, seguido de tsunami con olas de 10 metros de altura, que arrasó con pueblos enteros y provocó un desastre nuclear, cuya radiación aún continúa con sus daños. ¡Trágico!
  • Tsunami luego del terremoto de Chile: en 2010 ocurrió un fuerte sismo de 8,8 grados de magnitud en la escala de Richter e hizo estragos en el centro-sur de Chile. Este sismo duró cuatro minutos en las zonas cercanas al epicentro y más de dos minutos en la capital chilena, produciendo un tsunami que impactó en las costas de este país. Lamentablemente tuvo un saldo de 525 muertos y 25 desaparecidos.

Como estos eventos, existen millones más a lo largo de toda la costa del Pacífico y usualmente cuando hay sismos de grandes magnitudes el Cinturón de Fuego se ‘activa’ y puede desencadenar respuestas de volcanes y sismos de diferentes magnitudes en estas zonas, desde Indonesia hasta Chile como sucedió el pasado 10 de marzo de este año…

¡medio mundo con algo en común!

 

El texto anterior representa mis ideas y opiniones inspiradas en: https://www.geoenciclopedia.com/cinturon-de-fuego-del-pacifico/

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