
Avances en el desarrollo de una vacuna para el Covid-19
La manera en que este contagioso y letal virus ha transformado al mundo moderno fue tan inesperada como abrupta. ¿Podrá la comunidad científica cumplir con su pronóstico de 18 meses para poder desarrollar la tan ansiada vacuna? Gobiernos de todo el mundo, junto a billonarios y filántropos varios, están aportando todos los recursos disponibles para que se llegue lo más rápido posible a un tratamiento efectivo de la enfermedad. Sin embargo, la aceleración de un delicado y arduo proceso que requiere de tiempo para que resulte ser seguro y efectivo puede ser contraproducente. Veamos dónde nos encontramos en esta carrera tanto sanitaria como económica que no admite ningún margen de error.
Pasaron apenas unos pocos meses desde que el virus Covid-19 traspasó las fronteras de China y comenzó a diseminarse con brutal rapidez por todos los rincones del planeta. Se trata de una cepa viral (SARS-CoV-2) cuyos antecesores ya se encontraban bajo estudio, pero cuya nueva y continua mutación la llevó a un plano casi desconocido por los epidemiólogos actuales. Destacados organismos de salud internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) norteamericano están aprendiendo cómo funciona este novedoso virus sobre la marcha.
Si bien no se trata del virus más letal conocido hasta la fecha, esta clase de coronavirus posee cualidades que logran posicionarlo dentro de los más peligrosos. Su alta capacidad de contagio, la cual se magnifica debido a su ausencia de síntomas tempranos, sumado a una severa afección a distintos órganos como los pulmones, el corazón y el cerebro, lo convierten en un agente de gran riesgo.
La OMS lo considera 10 veces más letal que la fiebre porcina (H1N1) y, a pesar de que el coronavirus SARS posee un grado más alto de letalidad, el Covid-19 es más resistente y se fortalece aún más cuando se halla dentro del cuerpo humano. Actualmente, los síntomas del Covid-19 son atenuados mediante la administración de calmantes, antibióticos para tratar neumonías secundarias y antivirales que son utilizados para reducir estados febriles similares. Con cifras de infectados a nivel mundial que se acercan a los 5 millones de contagiados y que ya se ha cobrado la vida de más de 300 mil personas, la necesidad de una vacuna es más imperiosa que nunca.
Debido a que este virus ha demostrado como ningún otro ser un destructor no sólo de vidas sino también de economías, los países más desarrollados del mundo están llevando a cabo una colaboración sin precedentes para conseguir una vacuna. Si cada nación deja de lado sus diferencias políticas internacionales y pone todos sus recursos a disposición de este objetivo en común, posiblemente se pueda evitar que la peor pandemia del siglo XX se convierta en la más devastadora de los últimos 200 años.
Existe una cuestión fundamental con respecto al desarrollo de una vacuna que trate a un virus tan letal como el Covid-19: el tiempo. Como con cualquier vacuna en desarrollo, se necesita un gran número de pasos que los científicos deben cumplir para que el resultado sea una cura segura y efectiva. Si bien todos están de acuerdo en que la necesidad de encontrar una vacuna debe realizarse lo más rápido posible, los expertos aseguran que acortar los protocolos de laboratorio pueden terminar por generar graves efectos secundarios.
Diversas universidades y laboratorios biológicos alrededor del mundo están trabajando intensamente en acelerar los procesos que puedan llevar al desarrollo de la ansiada vacuna. En este respecto, los procesos se dividen en una fase inicial y, posteriormente, por 3 fases principales:
- Fase pre-clínica: Testeos en animales.
- Fase 1: Testeos iniciales para verificar la seguridad e identificar la dosificación en un número limitado de individuos.
- Fase 2: Testeos de efectividad y pruebas de seguridad adicionales en grupos de personas más numerosos.
- Fase 3: Confirmación de efectividad y búsqueda de efectos secundarios. Esta fase involucra el testeo en grandes números de seres humanos (por lo general decenas de miles).
La posibilidad de desarrollar una vacuna que genere la inmunidad total en un individuo es un proceso necesariamente arduo y lento. Si bien cuando se trabaja en la creación de una nueva vacuna deben seguirse estrictos protocolos de seguridad que son regulados por los gobiernos federales, en el caso del Covid-19 se está haciendo una excepción. A pesar de que el proceso se aceleró considerablemente al evitar la burocracia gubernamental, los laboratorios no deberían acelerar los tiempos requeridos para realizar pruebas en animales y seres humanos.
Los efectos adversos que pueden generar vacunas que no han pasado los correspondientes y exhaustivos testeos de rigor pueden ser aún peores que las consecuencias naturales propias de la enfermedad. Existe la posibilidad de que las personas que han sido administradas por una vacuna que no ha sido debidamente testeada puede potenciar los efectos originales del virus. Entre ellos puede encontrarse una disminución del nivel de inmunidad de la persona al virus, generando fiebres más altas y afecciones más profundas a distintos órganos vitales del cuerpo.
Recientemente, la Universidad de Harvard logró inmunizar a un grupo de monos con una vacuna que se desarrolló mediante la inserción de ADN del coronavirus Covid-19 en una vacuna de ADN plasmático. Los monos lograron generar altos niveles de anticuerpos, lo que derivó en una reducción de los niveles del virus. Los expertos se sienten optimistas con respecto a una prueba que genere la misma reacción en seres humanos, pero lamentablemente no pueden determinar la cantidad de tiempo en que los pacientes pueden estar protegidos por esta vacuna.
En definitiva, si bien nadie puede negar que los devastadores efectos sanitarios y económicos de la actual pandemia de coronavirus Covis-19 urgen la necesidad de desarrollar una vacuna en el menor tiempo posible, todos los expertos aseguran que esto puede ser un grave error. Los laboratorios y universidades de todo el mundo trabajan bajo la presión de saber que del resultado de su trabajo dependen las vidas de miles de personas.
Sin embargo, la población mundial tiene que ser realista y tener en cuenta que el desarrollo de una vacuna lleva tiempo. Debemos ser positivos y quedarnos tranquilos sabiendo que, tanto gobiernos como especialistas, están haciendo todo lo posible para encontrar la vacuna más segura y efectiva que nos proteja de este novedoso virus.
El texto anterior expresa mis ideas y opiniones inspiradas en:
World Health Organization: WHO Coronavirus Disease (COVID-19) Dashboard. (https://covid19.who.int/)
Deutsche Welle: How the novel coronavirus attacks our entire body. (https://www.dw.com/en/how-the-novel-coronavirus-attacks-our-entire-body/a-53389908)
Healthline: Here’s How COVID-19 Compares to Past Outbreaks. (https://www.healthline.com/health-news/how-deadly-is-the-coronavirus-compared-to-past-outbreaks#Novel-coronavirus-(COVID-19) )
Gavi: The COVID-19 Vaccine Race. (https://www.gavi.org/vaccineswork/covid-19-vaccine-race)
CBS News: Researchers say COVID-19 vaccine effective in monkey tests. (https://www.cbsnews.com/video/researchers-say-covid-19-vaccine-effective-in-monkey-tests/)
AAMC: Here’s why we can’t rush a COVID-19 vaccine. (https://www.aamc.org/news-insights/here-s-why-we-can-t-rush-covid-19-vaccine)