Cindy Díaz es una actriz de cine, teatro y televisión de origen peruano-japonés. En el 2018 APRECI (Asociación Peruana de Prensa Cinematográfica) le dio el premio a Mejor Actriz de Reparto de Cine por su papel de Sheyla en la premiada cinta peruana Rosa Chumbe. Es una de las actrices jóvenes más prometedoras del Perú y una apasionada por su trabajo y las artes en general. Confinada en casa, cumpliendo la cuarentena en Lima, como la mayoría de peruanos, recurrimos a los medios digitales para comunicarnos con ella y hacer esta entrevista.
Siempre quise ser actriz de cine y empecé haciendo cine, luego me enteré que era una manera poco usual de los actores, ya que la mayoría empieza haciendo teatro, luego televisión y finalmente cine. Así que empecé mi carrera al revés, pero me siento afortunada y agradecida por ello. Mi primera película fue Contracorriente, una gran oportunidad para poder aprender sobre el séptimo arte ya que en adelante es lo que he continuado haciendo. Luego de Contracorriente protagonicé mi primera película, Evelyn, y fue la mejor oportunidad para sacar todo el potencial que tenía como actriz y que ni yo misma sabía que tenía. Pero si no hubiera tenido la experiencia de haber trabajado en Contracorriente quizás no podría haberme desenvuelto tan bien en Evelyn. Luego cuando regresé a Perú (Evelyn es una película grabada en España) continué con El Evangelio de la Carne, Planta Madre y Rosa Chumbe.
En cine los más importantes han sido Contracorriente que ganó el premio del público en el Festival de Sundance, catalogada también por IMDb como la mejor película peruana. Evelyn, por la que estuve en los premios Goya, pero incluso hasta el año pasado que tuve la oportunidad de volver a España, he seguido yendo a festivales, coloquios, conversatorios, llevando la película como si recién la hubiera hecho el año pasado, esto se debe a que el tema trata sobre la explotación sexual y al ser un tema hasta hoy vigente, muchos creían que la película se había estrenado recientemente. Así que eso sirvió de mucho para seguir hablando de la película. Luego vino el Evangelio de la carne que fue un éxito aquí en Perú y tuvo la oportunidad de estrenarse en París y Nueva York y por último Rosa Chumbe, que ganó muchísimos premios y estas dos últimas películas junto con Contracorriente fueron elegidas en Perú para postular a los Oscar, así que creo que he tenido bastante suerte con respecto al cine.
En televisión el personaje que más alegrías me ha dado y del cual la mayoría de mis seguidores se acuerdan es Milagros la Caperuza en la serie Al Fondo hay Sitio. Creo que la mayoría de personas me reconocen más por ese personaje que por cualquier otro trabajo que he hecho. También tengo que mencionar a Marjorie en la serie Solo una Madre, fue el personaje que más retos me planteó en televisión, una madre alcohólica que renegaba de su maternidad y era el antagónico de la historia.
Y en teatro lo más importante que he hecho ha sido la Cándida Eréndira y Savia. La primera por ser un cuento de Gabriel García Márquez dirigido por Jorge Ali Triana, un gran director colombiano que quiero y admiro. Y Savia, ya que fue un sueño hecho realidad ser dirigida por Chela de Ferrari y haber tenido la oportunidad de interpretar un texto de Pepo León. Además, trabajar en La Plaza y el Teatro Británico fue un anhelo desde siempre.
Porque es mi vida, es lo que le dio sentido a mi vida desde que fui pequeña. Sencillamente es la razón por la que existo.
Si tuviera un mayor talento para la ciencia me hubiera encantado ser científica. Pero me gustaría estudiar más adelante antropología o historia. Me gusta mucho el estudio del hombre y la historia, porque a través de ella conozco en mayor profundidad al ser humano y sobretodo los errores que no se deben volver a cometer.
Me he animado a escribir, a probar ser guionista. Ya antes escribí una obra, con la que terminé mi carrera de artes escénicas llamada La Número 18. Y ahora en cuarentena me animé nuevamente a escribir y gracias a unas amigas también me animé a cantar. Ahora canto. Siempre creí que no podía cantar por un trauma de la infancia. De pequeña yo cantaba muy bonito, pero hice una travesura en el colegio por lo que me castigaron y no quise volver a cantar nunca más. Ahora me estoy reconciliando con esa faceta mía y estoy dejando que mi voz se vuelva a expresar por medio del canto, así que puede haber novedades a futuro con respecto a eso también.
Esperanzador, mucha gente no ha parado a pesar de la cuarentena. Así que creo que quienes seguimos remando vamos a sacar el mundo adelante, somos más fuertes que la pandemia. Creo en las ganas de salir adelante y seguir haciendo un mundo mejor, aunque haya días en que parezca imposible. Debemos concentrarnos en el presente y construir de a pocos, sin querer apresurar nada. Tratando de controlar la ansiedad que ha sido muy fuerte en esta cuarentena y centrándonos más en lo realmente importante, que son las cosas más sencillas de la vida: Estar agradecidos y cuidar nuestra salud.
Temo que por el tiempo en el que hemos estado aislados la gente se apresure y quera “recuperar” el tiempo perdido y terminemos destruyendo y acabando más con el mundo. En este lapso el mundo sin seres humanos alrededor ha tenido la oportunidad de mejorar, sanar y verse libre de contaminación. Ese es mi temor, que empeoremos el mundo.