
¿Se gesta un conflicto armado mundial?
Luego de la Segunda Guerra Mundial, que concluyó en 1945, con entre 50 y 60 millones de muertes, el terror de la guerra y de sus consecuencias sobre el bienestar de las personas, colocó a los involucrados en una posición en la que de ningún modo los gobiernos del mundo podían permitirse una nueva guerra.
La ONU nació con la muerte de la guerra y nació con la intención de mantener la paz y la seguridad de los países aliados que firmaron el memorable acuerdo. Aquellos 51 países, que hoy son 193 de los 194 que existen, según datos de Naciones Unidas.
Latinoamérica en la segunda guerra.
Después de Pearl Harbor, Brasil fue el país que más soldados envió a la batalla, alrededor de unos 30 mil y se vio forzada a responder ante el ataque nazi a 18 de sus buques. Venezuela se sumó aportando petróleo. En 1942 sufrió, en el Golfo de Venezuela, el hundimiento de 2 tanqueros petroleros por parte de submarinos alemanes.
Argentina mantuvo una posición distinta, no fue muy colaborativa con Estados Unidos. Perú solo se dedicó a defenderse ante cualquier ataque, al igual que Chile, que tuvo una participación meramente diplomática. Uruguay participó en un importante encuentro naval en el Río de La Plata del que salieron victoriosos. Cuba colaboró con apoyo naval, le fueron hundidos 5 buques mercantes y acabó con un submarino alemán y México que tuvo también una destacada participación muy activa con aviadores con su escuadrón 201.
Después de todo una guerra en Europa terminó impactando al continente americano ¿Puede volver a suceder?
El origen del mal.
En 1992 llega al poder el caudillo militar Hugo Chávez, que luego de un golpe de Estado fallido, entró al ruedo político y ganó las elecciones en Venezuela, con un discurso socialista-marxista. Hablaba de igualdad, de patriotismo y de condenar a la corrupción campante, en una de las democracias más elogiadas del planeta.
El principal socio comercial de Venezuela, país con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, era Estados Unidos. Chávez decidió diversificar sus relaciones políticas y comerciales, lo que sonaba muy razonable; pero en el fondo estaba haciendo una migración hacia un polo ideológico mundial más a fin con sus postulados. Así Rusia y China se convirtieron grandes aliados de su gobierno.
Con precios muy favorables de su principal y casi único producto de exportación, el petróleo, que alcanzó su cenit en 2008, cuando llegó los 150 dólares por barril. Consolidó un importante bloque geopolítico. El caribe estaba bajo su influencia económica y política. Fue el artífice de organizaciones internacionales como UNASUR, MERCOSUR y el ALBA. Su idea era crear una comunidad como la europea, eso también sonaba bien; pero el componente ideológico, la corrupción y la ambición hicieron que rápidamente todo se viniera abajo.
La industria petrolera que producía 3,3 millones de barriles cuando Chávez recibió el gobierno, apenas alcanza los 732 mil en marzo de 2020. El mejor reflejo del peor desastre económico, social y político que haya vivido América Latina y uno de los más desastrosos del mundo. Hay que hacerse una idea de lo que significa tener una inflación de 10.000.000% y una caída del PIB que casi duplica a la gran depresión de 1929.
Venezuela tiene hoy dos presidentes, dos Asambleas Nacionales, dos Tribunales de Justicia y le sigue una enorme lista de cargos duplicados. El discurso que predomina es la confrontación, la guerra, el golpe de estado, una invasión. A Juan Guaidó, el otro presidente, que tiene el respaldo de Estados Unidos y otros 59 países, tiene un gobierno interino con respaldo internacional; pero que no gobierna.
El cuerpo militar del país, le es fiel a Nicolás Maduro, el presidente acusado de forjar las elecciones que dijo haber ganado.
El juego de la guerra
¿Se está gestando un conflicto armado que puede comenzar en Latinoamérica? Venezuela pudiera ser el epicentro de un hipotético y nada inverosímil conflicto armado.
“En el tablero de juego están los mayores países productores de petróleo en el mundo, en orden: Estados Unidos, Rusia, Arabia Saudita e Irán; por el otro están los mayores consumidores, a saber: Estados Unidos, China, India y Japón”.
El gobierno venezolano, que no es reconocido por más de 60 países en el mundo, detentado por Nicolás Maduro, sucesor de Chávez, en su agresivo discurso contra Estados Unidos, involucra a China a Rusia y a Irán. Los dos primeros hicieron grandes inversiones en Venezuela en tiempos de vacas gordas; pero este país representa hoy un porcentaje muy pequeño de sus inversiones.
Tal parece que usaron al gobierno venezolano y a su discurso para consolidar las relaciones comerciales con los otros países de la región. Los rusos, que después de Estados Unidos son los mayores vendedores de armas del planeta, entraron muy bien en este sector. El Comercio se dinamizó mucho en la región en la que ahora hace mayores inversiones, Rusia después de China es el mayor inversor en Latinoamérica.
Los chinos también aprovecharon la oportunidad y se convirtieron en los financistas más fuertes del país caribeño. Su interés, el petróleo, el oro, los diamantes, el coltán y otros minerales raros que en abundancia se encuentran en ese país. Aparte del negocio de la extracción, el otro fuerte de la inversión asiática está en infraestructura y su principal socio en la región es Brasil, aunque Venezuela llegó a recibir 65 mil millones de dólares en préstamos pagados con petróleo. En esta última etapa ya no hay financiamiento; pero no dejarán sola a Venezuela; porque hay intereses económicos importantes; pero ¿Son razones suficientes para ir a una guerra?
Irán es el otro país clave en un posible escenario bélico, comparte con el gobierno de Nicolás Maduro, uno de los presidentes de Venezuela, un proyecto revolucionario que busca un cambio en el orden mundial, ambos se hacen ver como los grandes enemigos de Estados Unidos.
En el otro bando están E.E.U.U. y sus países aliados, que defienden un modelo diferente para vivir en armonía con el mundo. Los primeros son países comunistoides, exceptuando Irán que tiene un modelo religioso donde existe un líder supremo. Los segundos defienden la democracia como la mejor vía para alcanzar el bienestar social.
¿Por qué los Estados Unidos iría a una guerra? Venezuela se convirtió en un problema y no en una inversión. No solo es petróleo, también es la entrada de un conflicto religioso y violento que sale del Medio Oriente para afectar a toda Latinoamérica, mucho más cerca de E.E.U.U. ¿Está Donald Trump en una condición que le permita una aventura de este tipo? Nadie sabe de qué es capaz Trump. Lo que si es sabido es que todavía Estados Unidos es la mayor potencia armada del globo.
¿Rusia tiene tanto que perder en Venezuela como para apoyar un conflicto armado en contra de estados unidos de Norteamérica? Como China, solo quieren asegurarse de que les paguen lo que les deben. Es bueno saber que tienen en garantía el 49,9% de Citgo, empresa venezolana con sede en Estados Unidos, que refina petróleo, comercializa gasolina y otros lubricantes. Gracias a Venezuela ahora pudieran los rusos entrar al mercado estadounidense y de qué manera.
¿Qué ganaría Irán? Se aliaría con un igual en América Latina, llevando sus modos violentos a países que jamás pensaron tenerlos y abriendo la posibilidad de crear un capítulo violento en ese lado del mundo con repercusiones inimaginables. Irán cuenta con la cuarta reserva de petróleo más grande del mundo.
¿Y China? Venezuela es el segundo país con mayor riesgo de una lista de 36. La Academia de Ciencias Sociales, una de las instituciones más influyentes de China no ve con los ojos que antes veía a Venezuela. Fue un negocio que no salió bien, como en ecuador, y otros países aliados de Venezuela y con un mismo discurso político. No es previsible que dejen a un lado al país sureño; pero no habrá más dinero para financiar, por lo menos no como antes.
“China a crecido mucho en armamento militar, saben que los portaviones estadounidenses, son su manera de ganar espacios y ya se han preparado para eso; pero les interesa es Asia, el pacífico”.
El otro país que aparece como la gran excusa para un conflicto bélico, es el vecino de Venezuela, Colombia, que cuenta con bases norteamericanas y que ha sido equipado con armas y entrenamiento de los más avanzados. El gobierno venezolano de Maduro dice que quieren invadirlo desde Colombia, que quieren generar un altercado que sirva de excusa para comenzar un enfrentamiento de proporciones insospechadas.
Estados Unidos tiene un bloqueo financiero sobre Venezuela, acusan de terroristas y narcotraficantes a sus gobernantes. El presidente y sus colaboradores tienen orden de captura emitida por estados unidos y se ofrecen recompensas de 15 y 10 millones de dólares por ellos. Para el 26 de abril de 2020, los norteamericanos tienen cercado por el Mar Caribe al país en una operación antinarcóticos y desde el 25 de ese mismo mes, han entrado varios cargueros iraníes con gasolina que fue comprada con oro. Por el bloqueo, no debieron haber pasado; pero de no haberse permitido el paso, pudieron haber alegado de que era una ayuda humanitaria y eso hubiese dejado muy mal a los americanos.
China, Rusia e Irán, estratégicamente están tan lejos, sus intereses son tan distintos. Una alianza podría horadar lo que tanto les ha costado para llegar a donde han llegado ¿Vale la pena una guerra? Difícil es saber lo que se esconde; pero viendo el pasado de estos países puede alguno atreverse a hacer algún pronóstico. ¿Las grandes guerras serán solo económicas o se volverá a lo que eran antes? La mayor gravedad radica en que ahora hay muchas bombas nucleares.
Cada uno juega su juego y nadie puede saber si alguno de los involucrados tiene tanto que ganar, que solo necesita una excusa para mover unas piezas y dar jaque mate.
En este escrito expreso mis ideas y opiniones sobre una posible escalada armamentista que surja en Latinoamérica. Se consultaron fuentes como: BBC, The New York Times, Bancaynegocios.com, OPEC y escritos de Samuel Leillen.