
La nueva normalidad
El bienestar ahora contará con nuevas reglas, ¿Quién puede saber cuán efectivas serán? El ensayo y error será el método que predomine, por lo menos en el corto plazo (1 año).
Se está viviendo un momento en el que la humanidad necesita enfrentar las circunstancias producidas por la pandemia del COVID 19. Los brotes formarán parte de esta etapa de la raza humana. Tal vez los seres humanos estamos entrando a una era en la que las relaciones entre personas, el concepto de los establecimientos comerciales como: malls, restaurantes, gimnasios, tiendas, salas de cine, etc. y las costumbres sociales tendrán que adaptarse a los nuevos escenarios.
¿Es parte de un ciclo de la historia humana?
Quizás el ser humano ha tenido que enfrentar esta situación para caer en cuenta de lo frágil que es. ¿Hacía falta un evento que sacudiera a la humanidad? En la historia más reciente, solo las guerras con armas o con dinero han ocupado el interés de los hombres. Pero ahora un simple virus, algo tan pequeño ¿Cómo puede hacer tanto daño? ¿Cómo puede obligar a todos a cambiar su forma de vida? No hay armas que puedan con un virus, ni de las más avanzadas. No hay poder económico ni religioso que pueda con él, una vez que surge, solo queda investigar y descubrir cómo combatirlo. Eso lleva tiempo, adaptación, cambio y por supuesto, como en este caso, una lamentable pérdida de vidas.
¿Qué tan amenazados están los adultos mayores? ¿Qué tan amenazados están los países más pobres o los pobres de los países ricos? ¿Están destinados a pagar el precio más alto?
¿La nueva libertad?
Sin duda se perderá una importante cuota de la libertad que por lo menos era concebida amplia en países democráticos. El simple hecho de querer salir a dar un paseo para tomar aire puede ser suprimido por un rebrote del virus. Los restaurantes podrían cerrar de nuevo si así lo amerita el protocolo sanitario en caso de un brote.
Los brotes es seguro que vendrán, algunos serán suaves y no afectarán la nueva normalidad; sin embargo, vendrán otros más duros que es posible que requieran confinamientos y medidas muy severas. Si las sociedades no se adaptan a estos cambios, el costo en vidas será mayor. Ya ha pasado en esta pandemia del COVID 19 y con la anterior más reciente conocida como la Gripe Española.
¿Quién dice que la gente no se rebelará? ¿Qué medidas aplicarán si esto sucede?
¿Qué pasará con la nueva libertad?
Afortunadamente las sociedades democráticas están buscando innumerables opciones para que los ciudadanos estén bien informados, están estableciendo nuevas reglas sociales, comerciales, de salud. Los gobiernos están frente a un enorme reto, en esta oportunidad no se trata de ganar unas elecciones, se trata de algo mucho más profundo, más trascendental y no pueden dejar de cumplir con su misión, que es lograr el mayor bienestar de sus conciudadanos.
Un poco de calma y sucede algo especial.
La naturaleza no detiene su ritmo y retoma espacios. En días de confinamiento las imágenes de zorros por las calles de Nueva York, pavos reales paseando por el Retiro de Madrid, patos en fuentes romanas, delfines en canales de Venecia, son solo unos pocos ejemplos del impacto que el humano tiene en su entorno. Lo que sucede es algo tan natural que no debería sorprendernos; pero nos hemos apartado tanto del planeta que esas imágenes nos resultan extraordinarias.
O nos adaptamos o…nos volverá a pasar.
Las playas, las oficinas, los sanitarios, los conciertos, los eventos deportivos que aglomeraban multitudes, hasta un evento social tan sencillo como una boda, todo verá una transformación. ¿Cree que es una posición muy pesimista? Esa es una manera de ver las cosas; pero el pesimismo nada tiene que ver con la realidad. La inflación de un país no aumenta porque se es pesimista, un avión sufre desperfectos y cae, no porque se es pesimista, estas cosas suceden porque se pueden proyectar y se desarrollan protocolos para evitarlas y aun así suceden. ¿Imagina que se repita una pandemia y nos tome de nuevo como nos tomó esta? ¿Cuánto cree que llevará recuperar el bienestar pre pandémico?
Una pequeña mirada a la ciudad.
Una familia de tres personas está acostada en un parque, eso no parece inusual; no obstante, están dentro de un círculo demarcado con una línea blanca y hay otros círculos en la verde grama que están separados por un espacio de metro y medio, en donde hay parejas, en otros hay personas leyendo y en otros solo personas hablando. Esta es la nueva imagen de un parque, que busca mantener la distancia física para mayor seguridad.
El servicio costará más.
Adler, el mesero de un restaurant en Alemania, recibe el pedido de una de pareja en una mesa vía teléfono móvil, ahora su menú está en digital y a través de esa misma vía se hace la solicitud de la comida y se paga. Ahora son solo hay 5 mesas, de las 10 que tenían antes de la pandemia. Es necesario mantenerlas a distancia prudencial para respetar el distanciamiento físico. Guantes y tapabocas son parte del atuendo del único empleado de tres que quedó con trabajo.
El transporte público está reactivándose y los espacios entre cada asiento ocupado llegan a dos asientos vacíos, están demarcados, el espacio no usado produce que solo pueda viajar un tercio de la población que normalmente viajaba, obligatoriamente deben llevar mascarillas.
“Los viajes en tren, en avión, los cruceros, son negocios que viven en el filo. El margen de beneficio siempre está en peligro, son muy susceptibles a los cambios ¿Cuánto costarán ahora para ser rentables?”
Ocultos tras la máscara.
Los rostros no pueden apreciarse y no es sencillo identificar a alguien. En los lugares donde por razones culturales y estilos de vida se es muy distante; quiero decir que se es más anónimo. Esto no tiene un impacto mayor que el ver a la gente con un tapaboca, algo que denotaba enfermedad o contaminación extrema, que no es poco decir. Pero para los pequeños pueblos y países latinoamericanos, cuyo estilo de vida es más cercado; es decir, la gente es más amigable, el impacto social es más fuerte.
Aprender la lección es importante.
Las escuelas reciben a los niños que voluntariamente deciden ir, el personal de las instituciones reactiva el trabajo presencial. Experimentando, con fórmulas creativas para guardar el distanciamiento físico; pero ¿Cómo puede hacerse en el mismo espacio físico que antes? Los salones de clase no se harán más grandes, la cantidad de alumnos no será menor. Tal vez haya la necesidad de hacer nuevas escuelas y otras instituciones educativas ¿Quiénes pagarán por ellas?
Es obvio, que no todos los países podrán llevar una parte de su formación online. El formato educativo está diseñado para clases presenciales ¿Cuánto demorará un nuevo modelo en salir? ¿Será desechado una vez que la aparente normalidad se presente o habremos aprendido la lección?
¿A sala llena quedará solo como un decir?
Imagine la situación en una sala de cine, ¿Cómo comer palomitas de maíz y tomar refresco con un tapabocas puesto? Ya no se podrá medir el éxito de la función viendo la sala llena. De la misma manera que no se verá en el teatro, que ahora tiene un público que percibía la experiencia muy distinta a lo que ve ahora en una pantalla de uh móvil o de un computador.
“Son las pequeñas cosas que hacen que las grandes cosas funcionen, lo cotidiano. Cada impacto en la vida de la gente marca el rumbo de los gobiernos, de los negocios, del comercio y de las civilizaciones”.
Las ciudades, los pueblos, los sitios cerrados, los abiertos, están cambiando o preparándose para ello y cada sociedad responderá de modo particular. Como ha ocurrido en otros momentos de la humanidad, los que tienen mayor poder, marcarán las pautas para que el resto que quiera formar parte de los beneficios de sus modelos se adapte a ellos. Los que no, se aislarán del nuevo camino que ha decidido transitar la humanidad, para enfrentar los nuevos retos por venir.
En este escrito expreso mis ideas y opiniones inspiradas en la situación actual frente a la pandemia del COVID 19.