¿Las mascarillas afectan la comunicación?

Con la llegada del COVID-19 y las protecciones pertinentes para combatirlo, utilizar mascarillas se ha convertido en un accesorio más de nuestro día a día. Salir de casa sin ellas nos ha hecho regresarnos más de una vez, todo para protegernos y proteger a quienes nos rodean. Pero, aunque nos aleja del virus y nos protege de cualquier tipo de amenaza a nuestra salud, mutila nuestras expresiones faciales, porque la nariz y la boca están cubiertas y es lo que refleja parte de las emociones que queremos expresar cuando nos comunicamos ¿cómo nos perciben los demás? ¿esto afecta directamente nuestra comunicación? ¿interactuar con los demás es lo mismo que antes? Estas son algunas de las preguntas que se analizarán en este post.  

La comunicación forma parte de nuestro ser, es una necesidad y lo complementan nuestras expresiones faciales, nuestros ademanes y ese toque de personalidad que caracteriza a cada persona. Es esencial para que nos podamos desenvolver en el mundo y sea cual sea la condición de cada ser humano, ya sean deficiencias visuales, auditivas o vocales, todos hemos podido desarrollar un tipo de comunicación que practicamos y nos funciona.

En este sentido, la comunicación no verbal juega un rol primordial y se caracteriza por transmitir un mensaje mediante gestos, signos, ademanes y expresiones, sin utilizar palabras, por lo que, al hacer uso de la mascarilla, parte de los medios que utilizamos para transmitir nuestras expresiones se ven interferidas por este nuevo accesorio.

La conducta no verbal desarrolla varias funciones en el proceso de socialización, en primer lugar, ayuda a definir nuestra identidad, demuestra el grado o la capacidad que tenemos de relacionarnos y de mostrar empatía hacia los demás, ayuda a comprender los mensajes, transmite emociones y sentimientos e influye en los demás y en nosotros mismos, así que sin duda, se torna muy importante.

“Perdemos más de la mitad de la comunicación no verbal con el uso de las mascarillas”, explica Cristian Salomoni, vicepresidente de ACoNVE (Asociación que agrupa a expertos en comunicación no verbal)

Todos nos encontramos bajo la misma situación, utilizar y llevar una mascarilla puesta, que implica un cambio en la forma de relacionarnos y comunicarnos con los demás. Incluso en el caso de la comunidad con dificultades auditivas, que representa el 5% de la población mundial, ya se han diseñado mascarillas transparentes para facilitar la lectura de los labios que es una parte importante para aquellos que usan lenguaje de señas.

De igual manera el entendimiento y la empatía se ven mermadas ante una situación en la que debemos guardar distancia social y tapar parte de nuestro rostro.

Actualmente, más de 50 países aproximadamente obligan a usar máscaras en público, sin embargo, muchos ciudadanos en países sin regulaciones estrictas los usan para protegerse a sí mismos y a otros de contraer coronavirus. Por lo menos en muchos países, particularmente en Asia, suelen usar máscaras para protegerse contra la contaminación que se ha vuelto una costumbre y norma.

Por todas estas razones, al hecho de comunicarnos se le suma un reto grande que podemos ir manejando gradualmente para hacerla más efectiva, porque los seres humanos desde los inicios han estado increíblemente sintonizados para leer las expresiones faciales de los demás e interpretar de manera correcta el mensaje que desean transmitir. Aprender a leer las emociones de un rostro podría ayudar a la interacción social, reducir los malentendidos y ayudar a un grupo a funcionar de manera más eficiente y armoniosa.

Los ojos y la boca son las regiones más informativas porque tienden a ser las más expresivas. Por eso analizamos inconscientemente las expresiones cuando hablamos con alguien, esto lo combinamos con sus palabras para descubrir lo que alguien está tratando de decirnos. Aun así, cada característica por sí sola puede comunicar ciertas emociones, como, por ejemplo, región de la boca, en particular, es buena para expresar sentimientos de felicidad, mientras que los ojos nos pueden mostrar sentimientos de disgusto, molestia y en algunas ocasiones tristezas y felicidades.

  • En busca de otras alternativas: una opción útil es encontrar nuevas formas para interpretar mejor a las personas y obtener una comunicación efectiva. Una de las claves para interpretar correctamente las expresiones faciales es prestar atención a la postura corporal, el movimiento corporal y el contexto. Existen muchos libros sobre esto que nos pueden dar herramientas útiles para leer estas señales, “El lenguaje del cuerpo” de Allan Pease es uno de ellos. Los ademanes y las posturas de una persona en un encuentro social nos pueden decir mucho de sus pensamientos y sentimientos, porque hasta las expresiones de su rostro nos pueden engañar.

Algunos médicos han encontrado una manera excelente de sobrellevar la situación, ya que ocultar su rostro se torna problemático cuando se quiere parecer amigable. La idea consiste en adherirse a las batas médicas fotos con cara sonriente de sí mismos, en un intento por aliviar la ansiedad del paciente que no puede observar quién tiene realmente en frente ¡magnífico! Esto crea una mayor empatía hacia el paciente y se logra una mejor atención.

Adicionalmente, muchas empresas y personas han creado mascarillas con detalles y estampados amigables para que las personas no se sientan intimidadas por utilizar mascarillas simples, unicolores o quirúrgicas, y ha sido de gran ayuda para personalizar el cómo nos queremos ver.

La idea es adaptarnos a las circunstancias y buscar alternativas que nos ayuden a mejorar nuestra comunicación con los demás y aprender nuevas habilidades debido a las nuevas costumbres adoptadas, al menos hasta que todos estemos inmunes al virus.


El texto anterior expresa mis ideas y opiniones inspiradas en: 
https://www.bbc.com/future/article/20200609-how-face-masks-affect-our-communication

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