
Exoesqueletos y discapacidad: El sueño de volver a caminar
Hasta hace apenas un par de décadas atrás, para todas aquellas personas que sufrían una parálisis en sus extremidades inferiores, la posibilidad de ponerse pie era tan sólo un sueño. Actualmente, la ciencia y la tecnología han conseguido realizar notables avances en el desarrollo de exoesqueletos robóticos que ayudan al usuario a realizar fluidos movimientos de sus piernas. Probablemente este sea uno de los usos más prácticos que los seres humanos podamos darles a los constantes avances tecnológicos que destacan al comienzo del nuevo milenio.
Históricamente, para muchas de las personas que sufrieron lesiones en su médula espinal o parálisis en sus piernas debido a algún accidente, la posibilidad de volver a caminar siempre fue un anhelo incumplido por la ciencia. La pérdida de movilidad de los miembros inferiores ha sido siempre considerada por la medicina como una cuestión irreversible, dejando a sus pacientes en el limbo de la desesperanza. A partir de los comienzos del nuevo milenio, todo eso comenzó a cambiar radicalmente.
Pero, a pesar de que su implementación actual parezca revolucionaria, la creación del primer exoesqueleto robótico data de mediados del siglo pasado. En 1965, General Electric desarrolló a Hardiman, un exoesqueleto diseñado para proveerle al usuario una mayor fuerza física. Sin embargo, debido a su gran tamaño y extensas conexiones de cable, este innovador traje robótico poseía un uso muy limitado. A lo largo de los años subsiguientes, otros institutos y universidades consiguieron crear exoesqueletos similares, pero esta vez con la intención de asistir a personas con discapacidad motriz.
Recién en el año 2001, la empresa suiza Hocoma lanzó al mercado a Lokomat, el primer exoesqueleto utilizado para la rehabilitación de pacientes que sufren parálisis en sus piernas. Se trata de una máquina fija que le permite al individuo caminar sobre una cinta deslizable mediante el uso de un traje que se ajusta a todo el cuerpo. Si bien su capacidad se limita a la rehabilitación estacionaria de pacientes, esta tecnología le abrió las puertas a diferentes laboratorios y empresas para comenzar el desarrollo de trajes móviles más avanzados.
Fue a partir del año 2010 en que comenzaron a llegar al público las primeras versiones de exoesqueletos capaces de proveerles de mayor movilidad a personas parapléjicas. Si bien es importante destacar que estos pacientes deben apoyarse en muletas y ser supervisados por un profesional, gracias a estos trajes muchos de ellos pudieron dar sus primeros pasos desde que perdieron el uso de sus piernas. ReWalk es una de las empresas que actualmente está logrando masificar este tipo de exoesqueletos mediante el desarrollo y venta de una amplia gama de productos.
ReWalk Robotics nació de la mano de Amit Goffer, un inventor israelí quien, luego de quedar cuadripléjico en 1997, comenzó a diseñar una serie de exoesqueletos basados en su propio uso de asistentes para la discapacidad motriz. Luego de varias pruebas clínicas, en 2010 la FDA (Administración de Comida y Drogas de los EEUU) aprobó a ReWalk I, el cual todavía se utiliza para la rehabilitación supervisada de pacientes dentro de los hospitales. Dentro de su amplia gama de productos se encuentra el Rewalk Personal 6.0, un avanzado exoesqueleto que incluye motores en su cintura y rodillas, permitiéndole al paciente dar pasos de acuerdo a leves movimientos de su centro de gravedad.
No hay que descontar el hecho de que los exoesqueletos más avanzados y eficientes del mercado resultan prácticamente inalcanzables para la mayoría de las personas con discapacidad. El ReWalk Personal 6.0 llega a tener un valor por encima de los U$D80 mil dólares y es un sistema que sólo se encuentra cubierto por un limitado número de obras sociales privadas.
En octubre del año 2019, las primeras planas de los diarios reflejaron la noticia del primer ser humano cuadripléjico en lograr mover todas sus extremidades mediante el uso de un exoesqueleto robótico. Pero la novedad no terminó allí: el paciente (un francés de 28 años) consiguió esta proeza mediante el implante de sensores en su cerebro. Dos grabadores insertados a los costados de su cabeza recolectaban las señales neuronales y las transmitían a un decodificador algorítmico. El sistema “traducía” estas señales en movimientos que eran enviados al exoesqueleto: básicamente, cada movimiento que pensaba el paciente era luego realizado por su traje robótico.
A pesar de lo revolucionario que resultó esta prueba, los especialistas aseguran que todavía falta mucho tiempo para que este tipo de tecnología llegue al mercado. Es evidente, además, que un exoesqueleto de estas características resultará extremadamente privativo para el público en general ya que, además del sofisticado traje en sí, involucra una costosa intervención quirúrgica. Pero no caben dudas de que el logro alcanzado por estos investigadores franceses será fundamental para el desarrollo de tecnologías similares en el futuro. También debemos tener en cuenta que el paso del tiempo y la llegada de productos similares abaratarán enormemente su costo.
El uso de un exoesqueleto robótico puede ser la puerta de entrada para que la humanidad comience a experimentar el fenómeno del transhumanismo. Esta doctrina se basa en el amalgamiento de la tecnología con el ser humano para poder mejorar sus condiciones de vida. Posiblemente, los exoesqueletos produzcan un paso más fluido a la próxima etapa en la ayuda tecnológica de las personas con movilidad reducida: los implantes biónicos.
Actualmente, muchos medios especializados predicen que el año 2020 será visto en el futuro como el comienzo de una feroz competencia entre los grandes fabricantes de exoesqueletos de todo el mundo. Empresas como ReWalk, Hocoma y Ekso Bionics –entre muchas otras- están ofreciendo productos cada vez más avanzados, los cuales se adaptan eficientemente a cada una de las necesidades de las personas con discapacidad motriz. Este surgimiento masivo de compañías fabricantes de exoesqueletos resultará muy positivo para los usuarios, ya que una creciente oferta tenderá a reducir el precio de sus productos.
Los continuos avances en el campo de la robótica están generando exoesqueletos cada vez más livianos y eficientes, los cuales algún día se convertirán en un medio tan común para asistir personas con problemas de movilidad como alguna vez lo fue la silla de ruedas. Sin embargo, cabe preguntarse si los avances en implantes biónicos finalmente le ganarán la partida y estos exoesqueletos serán vistos como medios de movilidad arcaicos e innecesarios. ¿Correrá peligro la industria de los exoesqueletos de convertirse en una tecnología obsoleta dentro de unos años? Cualquiera sea la tecnología que mejor asista a las personas con discapacidad motriz, lo único que importa es que estos pacientes logren mejorar su calidad de vida.
El texto anterior expresa mis ideas y opiniones inspiradas en:
EduExo: A Brief History of Robotic Exoskeletons. (https://www.eduexo.com/resources/articles/exoskeleton-history/#:~:text=A%20Brief%20History%20of%20Robotic%20Exoskeletons&text=The%20development%20of%20robotic%20exoskeletons,the%20lifting%20of%20heavy%20objects. )
CBS News: Robotic exoskeletons: Helping paraplegics walk again. (https://www.cbsnews.com/news/robotic-exoskeletons-helping-paraplegics-walk-again/)
ReWalk: ReWalk: More Than Walking. (https://rewalk.com/rewalk-personal-3/)
Reuters: Paralyzed man walks again with brain-controlled exoskeleton. (https://www.reuters.com/article/us-health-exoskeleton/paralyzed-man-walks-again-with-brain-controlled-exoskeleton-idUSKBN1WI2HQ)
NR Times: 2020: The year of the exoskeleton? (https://www.nrtimes.co.uk/2020-the-year-of-the-exoskeleton/)