ENTREVISTA

CHELI GONZALES

Cheli Gonzales es una actriz peruana graduada de la facultad de artes escénicas

Cheli Gonzales es una actriz peruana graduada de la facultad de artes escénicas de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Su talento para interpretar una cantidad de personajes multifacéticos es una de sus principales características. Ha trabajado en teatro y televisión; también ha incursionado en dramaturgia y guión.

 

Con una mirada muy particular de las cosas y con una pasión por lo que hace, se dispuso a responder nuestras preguntas con entusiasmo, siempre poseedora de una visión particular y asertiva de lo que está aconteciendo a nivel mundial.

¿Qué hizo que te acerques a la actuación?

Lo que hizo que me acerque a la actuación fue el cine, porque cuando era chiquita y veía películas con mi papá, me imaginaba haciéndolas. Siempre me gustó, pero cuando crecí y tuve mayor conciencia del mundo, me di cuenta que al actuar yo podía generar un aporte en la forma de vivir de las personas y en el sistema. En ese momento lo relacionaba bastante con la psicología que era mi segunda opción de carrera, ya que veía que en ambas había que observar y no juzgar a las personas; en el caso de la actuación, a los personajes. La actuación tenía para mí una mirada horizontal hacia todo. Le fui encontrando no solo lo artístico sino también una especie de servicio para las personas. Además, cuando empecé a asistir al teatro me sentía identificada con los personajes o las situaciones, pues ahí me di cuenta que la actuación era algo mucho más profundo y además útil para las personas.

¿Cuál es el personaje más difícil que has tenido que hacer?

Me han tocado interpretar 3 princesas en obras de teatro y siempre me ha resultado difícil representar ese tipo de energía. Siempre me miré desde afuera y sentía que se me veía un poco ridícula. La visión que tengo sobre mi misma nunca ha sido de una mujer delicada y de hecho siempre trato de ser una persona más firme, fuerte. Quizás sí soy una persona delicada y puede que por eso mismo hayan llegado a mi ese tipo de personajes, pero parece que yo me niego a eso. Puede que esa sea la razón por la que me he sentido siempre rara al interpretar princesas. Pero luego de los ensayos y la practica todo fluye mejor, sin embargo, al inicio no puedo evitar juzgar y sentirme tonta. Creo también que es pura pose de mi parte demostrar que soy lo contrario a una princesa.

 

¿Cómo es hacer una obra en cuarentena? ¿Qué te agrada y que no te agrade de ello?

Hacer una obra en cuarentena, así como muchas cosas que he tenido que hacer en este período que aún no termina, ha sido difícil, retador. Al principio me generó un poco de impotencia. Sentía que no era lo mismo, que estaba de alguna forma traicionando el concepto o lo ritual que se crea cuando estás haciendo una obra de teatro. Ha sido complejo, pero también lo he disfrutado mucho ya que es una especie de experimento. Mientras avanzas con el proyecto no sabes si tendrá éxito, pero en el camino te das cuenta que funciona, a pesar de que difiera completamente de lo que es hacer teatro. Empezando por el código actoral, la expresión, la mirada, la postura, la proyección, el volumen, todo cambia. Al recibir la reacción del público al finalizar la obra, ya que prendían sus micrófonos para comentar la función, se sentía una suerte de acercamiento con como realmente es el teatro. No llega a ser lo mismo, pero igual se sentía cierta satisfacción. Sin embargo, debo de confesar que no me llega a satisfacer del todo. Lo que no me agrada de hacer teatro de esta forma es la falta de percepción de tu compañero. No puedes percibir su energía, su respiración, su voz, ya que no llega en directo, sino unos segundos después. Eso hace que esto de la acción reacción no sea tan verdadero y creo que eso es lo que me desagrada.

¿Si tuvieras que resumir esta cuarentena social con algún título de obra de teatro o película, cuál sería? )

Crush o alto impacto en su versión en español. Esta película del 2003 o 2004. Porque lo que nos ha pasado ha sido así, como un impacto. Una película donde suceden cosas entre personas que no se conocen o no tiene una relación directa. Y eso me hace pensar en la vida tal cual está pasando. Y es que estamos súper distanciados, no tenemos relación, pero ya hay algo que nos conecta a todos, y eso es algo que no ha pasado nunca. Creo que ahora todos pensamos al mismo tiempo, por mucho tiempo durante el día en lo mismo. Y creo que de alguna manera eso nos conecta y cuando todo esto acabe habrá mucho impacto entre las personas.  Creo que vamos a sentir como si ya nos conociéramos de alguna manera, como si estuviéramos unidos por algo. He redescubierto a Silvio Rodríguez en esta cuarentena y creo que también podría ponerle el nombre de una canción: La era está pariendo un corazón. Para mi esta canción habla de lo difícil que es el mundo interno de cada persona y a la vez ese mundo es tan grande, tan intenso, oscuro y brillante que todo eso junto hará que te abras camino y llegues a parir un corazón. Eso me hace pensar que todo lo que está pasando es porque en un futuro se viene algo bueno, grande. Es una visión bastante optimista de ver las cosas, pero espero que así sea. Y que con ello mejoren todos los sistemas que no están funcionando en el mundo.

¿Cuáles son tus predicciones para el siguiente año? ¿Qué esperas y que crees que pasará?

Más que una predicción creo que es un hecho. La economía ya está frágil, así que será mucho más complicado. Pero creo que la gente al mismo tiempo dará todo de si para salir adelante. También creo que la gente va a querer vivir al máximo. Muchos hemos dado cosas por sentado y hemos vivido por vivir. Creo que el año que viene la gente va a querer vivir, con lo mucho o lo poco que tenga. Siento que lo que estamos sembrando en cuarentena realmente va a ser significativo para el futuro, y creo que el arte va a tener un protagonismo en todo esto.

¿Qué ha sido lo más difícil de esta cuarentena?

(Risas) Lo más difícil ha sido convivir al 100% conmigo misma. Me considero una persona bastante sociable, además me gusta conversar, intercambiar ideas, estar de aquí para allá. Yo vivo lejos del centro de la ciudad, así que siempre he tenido que moverme para mis actividades diarias. Puede sonar superficial lo que voy a decir, pero manejar mi auto me hace sentirme empoderada, no solo cuando yo manejo, también me gusta llevar gente en mi auto, saber que si cometo algún error al manejar será culpa mía. Esa sensación de responsabilidad me empodera. Así que he tenido que condesar toda la energía explosiva que siempre he tenido en un espacio concreto. Tampoco he sido capaz de dejar de pensar en mí durante todo este tiempo. Me analizo, me reviso, me crítico. Pienso siempre en lo que tengo que hacer, en lo que quiero producir, crear. Tengo ganas de escribir cosas. Y en este tiempo me he presionado a mí misma para hacerlo. He convivido con una voz que constantemente ha estado resonándome, pidiéndome que sea productiva, sin embargo, he aprendido a ser más comprensiva conmigo misma. Ha sido como un gran viaje. 

Recomiéndanos un libro, una película y una canción. ?

Recomendaría el primer libro que he leído en cuarentena. Se llama Autoficciones, de Sergio Blanco. Son cinco obras de teatro muy fuertes que te hacen reaccionar incluso en voz alta. Una canción: La era está pariendo un corazón de Silvio Rodríguez, fue la que mencioné antes. Y la película sería: Your Name. Es un anime que me ha tocado el corazón.

¿Después de este distanciamiento social que no volverás a ver con los mismos ojos?

No volveré a ver con los mismos ojos la rutina, la normalización de la vida, de cómo actuamos y como nos movemos. Dar por sentado cada abrazo, beso, vínculo. He aprendido a valorar más las relaciones y las personas que están en mi vida. Quiénes deben quedarse y quiénes no. Voy a celebrar cada cosa buena que me pasa dentro del trabajo, mis viajes, mi vida. Quiero evitar al máximo la palabra “costumbre”. Quiero recuperar la mística que con el tiempo había perdido y las relaciones con las personas.