La biblioteca del siglo XXI

Antes se iba a una biblioteca porque los libros que se necesitaban estaban allí. Los libros eran costosos y tener todos los que hacían falta aún más. Pero la realidad cambió, ahora muchos de esos libros están en internet, al alcance de su teléfono. ¿Qué pasará con las bibliotecas? ¿Desaparecerán?

La primera vez que Alexander fue a una biblioteca de una universidad fue en 1987, era la biblioteca central, jamás había visto un edificio tan grande para una biblioteca. En los pasillos de la planta baja del edificio había una cantidad importante de jóvenes con instrumentos musicales, tocaban, otros practicaban bailes, otros leían, algunos solo hablaban y algunos ensayaban como para una obra de teatro. Quedó realmente impresionado, nunca pensó ver algo así en una biblioteca.

Fred, su amigo le guiaba, porque él ya tenía un año estudiando en la universidad y conocía la dinámica. Llegaron a la entrada, mostraron sus carnets de estudiantes y pasaron. Una hermosa bibliotecaria les atendió. Mientras Fred colocaba los datos de los libros que necesitaban para investigar en el ordenador, Alexander solo veía a través del vidrio cómo era la biblioteca por dentro.

En una ficha en la que se anotaban los códigos de los libros, vaciaron la información que necesitaba la bibliotecaria para ir por los libros y pasaron a la sala de lectura y la joven bibliotecaria les llevó los libros. Fue una experiencia inolvidable para Alexander, en ese tiempo el uso de computadoras era muy escaso y ver y usar unas en la entrada fue realmente muy emocionante.

Darwinismo digital

Luego de 33 años muchas bibliotecas siguen trabajando igual y al conversar con los bibliotecarios manifiestan que el volumen de visitantes es cada vez menor. ¿Para qué los pueblos han usado las bibliotecas? Han sido lugares para que la gente vaya por información, por conocimiento; pero ¿Qué pasa ahora que esa información y ese conocimiento están al alcance de cualquiera con conexión a internet y un smartphone? ¿Por qué ir a una biblioteca si puedo tener lo que busco en cualquier lugar en donde tenga señal de internet, como una playa, por ejemplo?

Las bibliotecas necesitan adaptarse a los cambios tecnológicos y sociales, estos cambios son tan rápidos que la velocidad de adaptación se ha ido quedando rezagada. Las especies digitales evolucionan en velocidad y variedad produciendo más contenido y están moviendo el uso de las bibliotecas a los usuarios y las necesidades de estos.

La biblioteca del futuro, como cualquier otro producto o servicio, debe irse acompasando con el ritmo de las necesidades que van apareciendo. Muchas tienen sus páginas web; pero siguen luchando para que la gente no se quede en lo virtual y vayan a la biblioteca física.

No sé qué piensa Ud.; pero de no crear ambientes atractivos, en usos y tecnologías, las bibliotecas se irán quedando poco a poco sin visitantes. El arte en sus diferentes manifestaciones podría ayudar mucho. Realizar actividades como exposiciones, promover actividades musicales, algo como lo que vio el joven universitario en la historia con la que comienza este escrito, podrían captar la atención más gente que vaya a las bibliotecas. Cada una tiene su espacio y en función de él y sus recursos, deberá crear un sitio para compartir, más que solamente para leer.

Lo importante es no perder el norte, entender que la biblioteca es un centro de información, de conocimiento y eso es algo que no está restringido solo a los libros.

¿Qué conseguía antes en una farmacia? Solo medicamentos ¿Verdad? Ahora cuando va ¿Hay solo medicamentos? ¿Le disgusta conseguir crema para el cuerpo, talco, o lápiz labial? ¿Ha dejado de ser una farmacia?

¿Némesis?

La tecnología no es la enemiga de las bibliotecas; por el contrario, es una gran aliada, solo que si se quiere ver a la biblioteca como se hacía antes, si se quiere obligar a la gente a usar algo que no les funciona en su nuevo modo de vida, habrá que buscar otro nombre para el lugar al que concurran las personas para adquirir conocimientos e información y ese lugar, además, incluso podría llegar a dejar de ser físico. La resistencia al cambio solo ocasiona pérdida de tiempo.

Un uso de la tecnología para mejorar las visitas y la calidad de estas a las bibliotecas puede apreciarse en el remake de la película La Máquina del Tiempo, del año 2001 que dirigió Simon Wells. El protagonista hace un viaje en el tiempo al futuro, al año 2030 y visita la Biblioteca Pública de Nueva York, allí le recibe Vox 114 ¿Qué es eso? Es un bibliotecario, que ofrece la información que este le pida ¿Puede imaginar a un bibliotecario fotónico?

Lo que separa a la ficción de la realidad es el tiempo.

¿Imaginó hace 30 años que podría obtener libros digitales prestados? Hoy en día Amazon Unlimited le permite hacerlo si Ud. compra un paquete que cuesta entre 7 y 9 dólares mensuales. ¿Amazon es una aproximación al fin de las bibliotecas?, hasta ahora eran las únicas que podían prestar el mencionado servicio.

Lo único que no está en internet es lo que no se ha digitalizado ¿Cuánto falta para que esto suceda?; pero cuando esto suceda ¿Qué pasará? ¿Preferirán ir las personas a las bibliotecas en vez de quedarse en casa y buscar el libro solo con introducir su nombre en un buscador?

¿Cuántos libros de Viaje al centro de la tierra de Julio Verne hay en una biblioteca? Si tienen 20 y los prestan, hasta que los devuelvan ya nadie más podrá leerlos ¿Cuántos hay en internet? ¿Cuántos pueden leer la obra al mismo tiempo?

¿La libertad y la posibilidad de que todos puedan tener acceso a la información y al conocimiento se parece más a lo que ofrece internet o lo que ofrece una biblioteca?

Ruido en la biblioteca

Una de las reglas de la biblioteca es que no se haga ruido; pero la gran biblioteca virtual que es internet, tiene mucho ruido, porque hay mucho material que no ha pasado por el control de calidad de expertos. La información puede ser desinformación, si quien busca no sabe o no tiene el criterio para filtrarla.

Las fuentes confiables tienen que batallar muy duro con influenciadores que tienen gran poder sobre sus influenciados y que por lo general hablan, opinan y recomiendan sobre cosas de las que no saben ¿Cómo hace un internauta para saber que esa información de alguien a quien admira es falsa? ¿Cómo podría saber alguien que la biblia que bajó de internet es la biblia? ¿Cómo saber que el teorema de Pitágoras que bajó de internet y que está estudiando es el teorema correcto y no otro, quién puede certificárselo? ¿Será más seguro evitar ese ruido e ir a una biblioteca y buscar en un libro reconocido?

Los buscadores de información, como Google, te dan opciones; pero tu escoges, y puedes escoger mal, una información que no venga de un especialista, una que venga de alguien que no tiene el conocimiento y reconocimiento para hacer recomendaciones o fijar posiciones sobre teorías, o teorías mal interpretadas.

Tener un bibliotecario resulta una gran diferencia entre lo virtual y lo físico, porque es un profesional que te llevará directamente a lo que estás buscando, evitando el ruido, para que el usuario no se pierda buscando. En internet todavía no se tiene.  Hasta ahora es una ventaja competitiva ¿Cuánto durará? ¿Surgirá un bibliotecario virtual con inteligencia artificial que guíe a los usuarios en la web?

La biblioteca como lugar para ir por información y conocimiento, no desaparecerá, en el futuro tal vez sea una combinación de lo mejor de dos mundos, el físico y el virtual y solo bastará que aparezca un software que sirva a los usuarios y a los intereses de una gran biblioteca como la de Alejandría; pero adaptada a nuestros tiempos. Quizás pronto llegará un empresario que vea un negocio donde otros no han visto. Tal vez el software exista, solo que hasta ahora no ha aparecido nadie que ayude a dar el gran salto.


En este escrito expreso mis ideas y opiniones inspiradas en las nuevas necesidades de los usuarios de las bibliotecas y la realidad tecnológica y social de este tiempo

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