La Saga Snowpiercer

¿Quién no ha escuchado ahora de la saga Snowpiercer? Es una de las series más vistas en Netflix en estos momentos. Pero ¿cuál fue su historia?

En algún momento alrededor de 2005, Bong Joon-oh estaba escribiendo el guión de la película con la que consiguió una alta notoriedad:  The Host. Como parece ser el caso durante su proceso creativo, el joven cineasta gustaba de deambular por las tiendas de cómics en Seúl, en busca de inspiración. En una de sus incursiones el futuro director ganador del Oscar se topa con una copia de Snowpiercer, según él mismo, lo leyó todo mientras estaba parado en la planta baja de la biblioteca. La historia, el escenario, todo en el libro le parecía material cinematográfico. Es por eso que, saliendo de la tienda con una copia bajo el brazo, Bong Joon-oh se reunió con los productores Lee Tae y Park Chan-wook. Compraron los derechos del cómic, filmaron una película, se convirtió en un éxito tanto en Corea como en Francia y luego se convirtió en un programa de televisión en suelo estadounidense. Esa es la historia oficial, la bonita, la que ha sido cuidadosamente arreglada, sin embargo, el éxito de este relato no fue tan mágico como parece, de hecho, estuvo repleto de truncamientos, demoras, cambios y demás desventuras que hacen mucho más interesante el éxito actual de esta gran saga.

Primero hay que saber un poco sobre la historia de la industria del cómic en Francia. Si alguna vez hubiera un nombre que alguien tendría que saber en el universo del comic francés, sería René Goscinny. Goscinny fue el creador de Asterix y muchos otros cómics menos conocidos, pero lo más importante es que fue el editor y jefe de Pilote, una revista de cómics en la que se publicaron series como Asterix, Blueberry o Valerian et Laureline. En los años 60, Goscinny era como el padrino de los cómics en Francia, contratando personas como Jacques Tardi, Jean Giraud antes de convertirse en Moebius, Phillipe Druillet o Marcel Gotlib. Pero a Goscinny le gustaban las historietas educativas y familiares, una mentalidad aún extendida hasta nuestros días en suelo francés.

Y como suele suceder donde hay más de una cabeza brillante, se produjo un cisma en Pilote para crear nuevas revistas de cómics para adultos. El más conocido de ellos sería Métal Hurlant, fundado por nada menos que Phillipe Druillet, Jean-Pierre Dionnet y Jean Giraud / Moebius, cuya reputación se convirtió en un fenómeno mundial. Y una de las personas que se contrató para este nuevo magazine de comics para adultos fue Jacques Lob, que trabajó en Pilote por un tiempo, más no bajo el mando de René Goscinny. Había sido ilustrador de otras pequeñas revistas de cómics de antemano y finalmente consiguió un trabajo en Pilote con la crème de la crème. Aun así, en aquellos días Lob quería convertirse en ilustrador y es bajo la guía de Jean-Michel Charlier quien en ese momento era su jefe, que Lob finalmente descubre y desarrolla el talento por el que todo el mundo lo recordaría, el de un escritor. Jacques Lob se convirtió rápidamente en un escritor establecido, creando series como SuperDupont, un superhéroe francés o Delirius, el cómic que escribió para Phillipe Druillet, que se considera la obra maestra de Druillet.

Según Jean-Pierre Dionnet, Jacques Lob siempre había estado obsesionado con el urbanismo desenfrenado de sus días. Sus frecuentes viajes a Nueva York y la manera en la que Robert Moses cambió el diseño de la ciudad durante los años 70 lo tenían cautivado. Esto parecía una obsesión para Lob, que primero desarrolló un mundo construido únicamente en grandes autopistas con un cómic corto llamado Supercar antes de convertir esta idea en una serie en las páginas de Pilote. También es a través de la revista Pilote que Lob conoció a Alexis, quien se convertiría en el primer ilustrador de la primera versión del Snowpiercer. Lob había estado jugando con una idea de un tren gigante que viajaba a través del paisaje nevado para escapar del fin del mundo.

Lamentablemente, Alexis falleció, a los 31 años, dejando a Lob, de 46 años, con unas dieciséis páginas. Mirando hacia atrás, es bastante seguro que esto afectara profundamente al escritor. Sería aún más evidente cuando se constatara cuán sombrío resultaría ser el producto final. En esos tiempos se jugaba con la idea de crear una revista llamada “A suivre”, que se puede traducir como “continuará”. El concepto detrás de la revista era no tener historias cortas, sino más bien unas novelas gráficas reales separadas en capítulos que los clientes comprarían de manera regular para obtener toda la historia. Se suponía que el Snowpiercer de Lob y Alexis era el ganso dorado de la nueva publicación hasta que uno de los creadores murió de un aneurisma.

En cierto modo, la saga Snowpiercer podría haber terminado allí. Era una obra de amor, Lob había emprendido, en esta primera versión, la historia centrada en una joven llamada Couetsch, el nombre de la esposa de Lob, que tuvo que subir a un tren interminable después del fin del mundo. A través de este viaje, Couestch estaría acompañado por un oso parlante. Este no es exactamente el Snowpiercer que conocemos, este no fue el Snowpiercer que sedujo a Bong Joon-oh. Después de la muerte de Alexis, la Saga Snowpiercer tomó un giro más oscuro.

Todo esto se debe a que el editor en jefe de A suivre en ese momento, Jean-Paul Mougin, no quería que el proyecto desapareciera. El hombre creía profundamente en el potencial que se escondía detrás del proyecto y, como si estuvieran haciendo una película, comenzó un casting para ilustradores. Pero Lob rechazó a todos los artistas que fueron propuestos. En algún momento alrededor de 1981, el propio Jacques Lob contactó a un joven ilustrador llamado Jean-Marc Rochette.  Con un carácter más oscuro, la trama fue retorciéndose y encrudeciendo, al igual que el frio invierno en el que el Snowpiercer existía.

Jean-Paul Mougin realmente creía en el Snowpiercer, lo suficiente como para ponerlo en la portada de A suivre para su número 58, que contenía la segunda parte del Snowpiercer de Rochette y Lob. Y la verdad es que la serie se hizo lo suficientemente famosa como para vender muchas copias, antes de ser empaquetada en una sola novela gráfica y conseguir buenas ventas de igual modo. Habia nacido Snowpiercer.

Según Rochette, a pesar de que el cómic obtuvo algunos premios y muchas críticas positivas en los principales medios de comunicación, realmente no entendió cuán importante llegó a ser el cómic. Aun así, dos años después, Jacques Lob se convirtió en el primer y ÚNICO escritor en obtener el Gran Premio en el Festival de Angulema, la convención de cómics más grande de Francia.

Cuatro años después de su gran éxito, en 1990, Jacques Lob falleció. Durante su vida, Jacques Lob rechazó dos ofertas para hacer adaptaciones cinematográficas del Snowpiercer. Rochette, que no estuvo durante las conversaciones, cree que Lob tenía su creación demasiado cerca de su corazón, como un padre tratando de proteger a su hijo, lo que consideró su mejor logro. Mientras Lob todavía estaba vivo,     Benjamin Legrand que trabajaba de vez en cuando con Rochette, le pidió que escribiera una adaptación cinematográfica de Snowpiercer para un productor de películas. Un proyecto que no se llevó a cabo, según Legrand, incluso hubo un tercer proyecto de adaptación que fracasó porque el productor propietario de la empresa que compró los derechos disolvió la productora.

Aún así, después de que tanto Legrand como Rochette no pudieron terminar una serie, llamada Le Tribut, se dirigieron a A suivre durante sus años crepusculares, ambos creadores decidieron intentar obtener una continuación de The Snowpiercer. Habiendo trabajado al menos dos veces juntos, acordaron rápidamente lo que querían que fuera, qué expansión agregarían al páramo helado que Jacques Lob les había dado como herencia. El primer tomo tuvo muy buena acogida sin embargo por temas de contexto político social en el país, no se pudo seguir con la saga.

Parece que el Snowpiercer es una creación que nunca ha sido fácil. Rochette comenzó a pensar que su único gran libro simplemente sería olvidado, una joya del pasado, destinada a morir con aquellos que lo disfrutaron durante los años 80.

En Francia cuando han pasado muchos años y hay copias de libros que no se han vendido, el editor contacta al autor y le pregunta si quiere comprar las copias que quedan, y si no, simplemente las desechan. Según Legrand, esto es lo que sucedió con la secuela de The Snowpiercer. Casterman, el editor de ese entonces lo contactó para saber si quería volver a comprar cada libro, y así lo hicieron.

Luego recibieron una carta de Corea indicando que alguien por ahí quería comprar los derechos para hacer una adaptación cinematográfica. Una vez más, el destino del Snowpiercer había estado en peligro, y algo, en algún lugar, había salvado al tren que nunca disminuía la velocidad. Y sin embargo es aún más fortuito de lo que parece. Que Joon-oh haya encontrado una copia del Snowpiercer en una biblioteca coreana no es realmente una sorpresa. Según el director, a él siempre le gustaron los trenes, su sensación cinematográfica y la guerra de clases que sirve como columna vertebral para toda la saga Snowpiercer. Pero lo interesante es que Joon-oh nunca debería haber podido elegir una copia del Snowpiercer, porque los derechos para publicarlo nunca se compraron a Casterman antes de 2006, y Joon-oh compró su cómic en 2004. Una copia pirata del cómic francés es lo que nos honró con la adaptación de la película Snowpiercer.

Después de eso, la historia es más conocida. El Snowpiercer se convirtió en un gran éxito, pero la saga editorial detrás del Snowpiercer fue tan dura como el cuento en sí, una sobre lo último que queda de la humanidad luchando en un tren de metal en un camino a ninguna parte, una historia de muerte, guerra de clases y desesperación a través de la inmensidad de un invierno eterno, en un tren que nunca se detiene. Ese es el Snowpiercer, de mil y un vagones de largo.


El texto anterior expresa mis ideas y opiniones inspiradas en
https://www.espinof.com/series-de-ficcion/snowpiercer-rompenieves-diferencias-serie-que-emite-netflix-comic-original-pelicula-bong-joon-ho
https://cinemania.20minutos.es/series/cronologia-snowpiercer-serie-anterior-posterior-pelicula/
https://www.elmundo.es/cultura/2020/05/25/5eca994221efa0951f8b4677.html

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