Masayoshi Son: El hombre que más ha perdido dinero en el mundo.

Si te caes mil veces, levántate mil una.

Masayoshi Son, durante tres días fue más rico que Bill Gates. Es un verdadero guerrero empresarial y financiero. No hay alguien sobre la tierra que haya perdido más dinero que él (63.000 millones de euros en un solo evento), se volvió a levantar y ha vuelto a caer; pero sigue siendo el segundo hombre más rico de Japón.

Desde muy temprana edad desarrollamos sueños y muy pocas personas logran alcanzar esos sueños. Muchos se rinden, a otros se les olvida, otros son coartados, unos pocos aupados; pero hay otros que, pese a la adversidad, a lo difícil que resulte lograrlo, trabajan y trabajan, enfrentan cada revés con valentía y con disciplina y los consiguen.

Masayoshi Yasumoto, ahora Masayoshi Son, tenía el sueño de conocer al hombre que fundó Mc Donald’s Japón. Den Fujita era uno de los más venerados empresarios del país Nipón.

Con la entereza propia de un guerrero, de alguien que no se rinde, luego de insistir con llamadas infructuosas. Decidió ir a Tokyo y después de llegar a la entrada del despacho del reconocido empresario, le indicó a la secretaria que escribiera lo que debía decirle a Fujita, “No tienes que mirarme. No tienes que hablar conmigo. Puedes seguir trabajando. Solo quiero ver tu cara”. Hay que tener mucha valentía y una enorme pasión, para algo así. ¿Qué cree que ocurrió?

Aquella osada iniciativa le funcionó. El joven pudo hacer su sueño realidad, pudo hablar con él y recibir sus consejos. Masayoshi atendió la recomendación que le hizo el empresario de que se fuera a Estados Unidos a estudiar informática y a aprender inglés. 

Como era de suponer, viajó a estados Unidos, se fue a California y días después de matricularse solicitó reunirse con el director. Sin titubeos le dijo al director que su objetivo era ir a la universidad lo más pronto que le fuera posible.

La valentía no es suficiente, el dinero tampoco lo es, la voluntad y la fortaleza del carácter mueven al hombre ha realizar lo que para otros es imposible. Ese tipo de personas son difíciles de conseguir, lo bueno es que todas esas cualidades se pueden desarrollar con una buena formación.

Con disciplina y gran dedicación logró completar su educación secundaria en el asombroso tiempo de tres semanas y de inmediato se enfiló a la universidad para presentar las pruebas de acceso. Las pruebas se hacían una al día hasta completar 5 pruebas, que se realizaban de manera consecutiva. De nuevo Masayoshi hizo una petición formal para que le eliminaran el límite de tiempo asignado a cada prueba debido a la limitación que tenía con el idioma inglés.

Cada día estuvo haciendo cada examen hasta la media noche, siempre apoyado con un diccionario. En dos semanas llegó la notificación de haber sido aceptado, Masayoshi, estaba en Berkeley.

Comenzó el juego

Luego de leer un artículo sobre microchips, su mente solo pensaba en lo que estaba a punto de suceder en el mundo de la informática, pronosticaba una revolución. Ese sería el comienzo de un recorrido a través de un camino que lo llevaría a convertirse en el segundo hombre con más dinero en la tercera potencia económica mundial, Japón.

Uno de los profesores del joven japonés, Forrest Mozer, contó que Masayoshi le hizo la propuesta de crear un traductor electrónico. Su plan de negocios no era para nada interesante; aunque la idea sí. El joven logró venderle a Sharp el traductor por la suma de un millón y medio de euros.  Mozer pudo advertir el potencial de aquel chico, él mismo no pensó que el muchacho fuera lograrlo. Llegó a decir que algún día ese joven se convertiría en el dueño de Japón.

A su regreso a Japón y ahora como Masayoshi Son, estaba dispuesto a ir por la senda del emprendimiento. Con apenas 24 años creó Softbank (banco de software) y hasta ahora sigue dirigiendo la compañía. Es una de las grandes palancas para los proyectos de índole tecnológico. Su principal apuesta estuvo siempre orientada a los ordenadores personales y llegó el momento, el gran estallido de las punto com. Hacía apenas un año su fortuna crecía exponencialmente, cerca de 9 mil millones de euros al día, una cifra abrumadora. Pero todo se derrumbó ¿Y qué pasó? Masayoshi se volvió a levantar.

Viviendo en el filo

Masayoshi es un verdadero guerrero de los negocios. No le teme a los fracasos y siempre sale airoso de nuevo, con mayor fuerza y sin perder la valentía de volver a la pelea. Mayores riesgos significan mayores beneficios. Su osadía de apostar en grande por empresas emergentes le ha hecho ganarse fama y también mucho dinero.

Es una estrategia en la que las pequeñas pérdidas acumuladas son compensadas con enormes ganancias producto solo unos pocos aciertos.

Un ejemplo de ello fue el apostar por la empresa Alibaba, del ahora uno de los hombres más ricos del mundo, Jack Ma. Cuando lo hizo, la empresa contaba solo con unos 100 mil usuarios y Masayoshi se arriesgó y hoy es dueño de una cuarta parte de la octava empresa mejor valorada del mundo. La compra de participación le costó 18 millones y ahora vale 120 millones.

Un nuevo revés

Este guerrero de los negocios volvió a apostar por otros innovadores. En esta oportunidad los beneficiados fueron Uber y WeWork y una nueva caída entró en escena. Pero ¿Qué es una caída para Masayoshi? Él está acostumbrado a ellas y sabe cómo levantarse, según sus propias palabras a acumulado más fracasos que nadie, a perdido más dinero que nadie, por lo que si alguien ha aprendido a levantarse de ellos ese ha sido él. ¿Los fracasos pueden enseñar mucho verdad?

En 2019 Softbank perdió en esta apuesta 18 mil millones de dólares. La estrategia para levantar nuevamente es liquidar 37 mil millones en activos de la empresa para hacer frente a los compromisos y aguantar lo que se viene luego de la pandemia de Covid 19.

Un hombre que habla de telepatía, de seres humanos de 200 años y también de clonación, indudablemente ha desarrollado una visión que parece llevarle ventaja a la mayoría de los mortales. Quizás no sea mala idea arriesgarse un poco a ver más allá de lo obvio y cargarse de valentía para apostar por lo que creemos.


En este escrito expreso mis ideas y opiniones inspiradas en la vida del empresario japonés de origen coreano, Masayoshi Son. Fuentes: Forbes y el país.com.

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