
Prejuicios inconscientes de los educadores en las escuelas
La discriminación por raza, religión, estrato social o género, son temas que han ganado una mayor tolerancia a medida que pasa el tiempo, ya sea en instituciones educativas o en la vida cotidiana, y aunque existe una parte de la sociedad que no entra en el grupo de los “tolerantes”, existe una mayor empatía por parte del otro grupo. Pero ¿qué sucede cuando existen prejuicios o sesgos inconscientes en el comportamiento humano? ¿implica discriminación? Si en el ámbito educativo un educador actúa con prejuicios inconscientes hacia sus estudiantes ¿esto los afecta?
Todas las personas estereotipan automáticamente pues poseen prejuicios inconscientes que están presente en sus vidas o se van adquiriendo con el tiempo, así sea difícil de reconocer. Esta naturaleza forma parte de algo que no es posible controlar a menos que se logre una conciencia al respecto.
En este sentido, muchos educadores luchan con prejuicios inconscientes en las escuelas como en su vida diaria, que a menudo, sin saberlo, pueden perpetuar en algún tipo de discriminación que afecta negativamente a los estudiantes. Suele ocurrir más con el tema del racismo y discriminación por estrato social, pero no se escapa el sesgo por temas religiosos o de género que forman parte de temas sensibles para algunas personas hoy en día.
Según investigaciones, sólo el 2% de nuestra cognición emocional es consciente; para el resto, nuestro comportamiento es inconsciente y aquí es donde residen los sesgos inconscientes. Estas reacciones están influenciadas por nuestros antecedentes, entorno cultural y experiencias personales, y contribuyen a juicios rápidos y evaluaciones de personas y situaciones.
Aunque sea difícil de aceptar, un sesgo inconsciente implica un condicionamiento a la discriminación, en menor o mayor medida, y ocurre cuando se trata a una persona con preferencia según su raza, religión, estrato social o género. De la misma manera como ocurrió en el experimento de los afroamericanos Kenneth y Mamie Clark a finales de los años 30. El experimento de la muñeca involucró a varios niños de cinco años que recibieron dos muñecas. Ambas muñecas eran completamente idénticas, excepto por el color de la piel y el cabello. Una muñeca era blanca con cabello amarillo, mientras que la otra era marrón con cabello negro. Luego se les hicieron preguntas a los niños preguntando cuál era la muñeca con la que jugarían, cuál es la muñeca bonita, cuál se ve mal, cuál tiene el color más bonito, etc. El experimento mostró una clara preferencia por la muñeca blanca entre todos los niños en el estudio. Una de las conclusiones del estudio es que un niño negro a la edad de cinco años es consciente de que estar “coloreado en la sociedad estadounidense es una marca de estatus inferior”.
Siendo niños de tan solo cinco años de edad, ya poseían o expresaban prejuicios raciales (o juicios con base a la apariencia física). El estudio enfatiza que a muy temprana edad ya estamos absorbiendo información acerca de preferencia con base en apariencia física, patrones de belleza y prejuicios raciales. Quizás hasta de manera inconsciente ya que a tan temprana edad no existen aún consciencia moral para decidir que es correcto y que no. Esto puede indicar que en muchas ocasiones un sesgo inconsciente puede marcar o predeterminar la manera en que tratamos a otros sin tener consciencia de la misma y el impacto de nuestras acciones.
Por eso, hablar sobre este tema es muy importante porque ayudará a los maestros y educadores a comprender que no se les está acusando de no preocuparse por sus estudiantes, de albergar malas intenciones o de caer en la discriminación, con esto se les está tratando de ayudar a tomar conciencia sobre lo que dicen en el aula de clases y cómo actúan, ya que pudieran tener prejuicios inconscientes que repercuten directamente en sus alumnos. Con todo esto ¿cómo el sesgo inconsciente de los educadores afecta a los estudiantes?
Se ha observado el comportamiento de los educadores y estudiantes en el salón de clases, y la falta de atención, que los estudiantes no se integran o que se cohíban de participar abiertamente, son algunos de los principales indicios de algún sesgo inconsciente de parte del maestro. Por su parte, el maestro puede estar dirigiéndose a un grupo en particular, dándole la espalda a cierta área del salón o dándole un trato diferente a ciertos estudiantes. Estos casos lo han estudiado y observado repetidas veces Tracey Benson, profesor asistente en la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte, autora del nuevo libro Unconscious Bias in Schools junto con Sarah Fiarman, director de desarrollo de liderazgo en EL Education.
Las conductas de los profesores en ocasiones no son intencionales, por lo que es importante mantenerse alerta a la forma en la que hemos sido formados y de cómo se está actuando. Es necesario monitorear el comportamiento personal y tener mayor conciencia de ello.
Maureen Costello, directora de Teaching Tolerance, un proyecto del Southern Poverty Law Center que trabaja para lograr la equidad en las escuelas, alienta a los maestros a desarrollar un sentido de reflexión. Ella recomienda que los maestros se pregunten “¿La forma en que me estoy acercando a este estudiante está afectando los resultados?” Y consideran que los maestros deben realizar una auto revisión:
- ¿A quién llamas y con qué frecuencia?
- ¿Necesito cambiar a una técnica aleatoria?
- ¿Cómo puedo sentar a los estudiantes o agruparlos?
- ¿Estoy tratando a todos por igual cuando se trata de tarea?
Sin duda alguna, hay voluntad de ser mejor, los profesores quieren lo mejor para sus alumnos y a veces lo que se quiere transmitir con los actos no llega al receptor de la manera correcta. A partir de ese principio, existen ánimos de abordar las discrepancias en el rendimiento escolar entre los estudiantes y ver cómo es posible mejorar en este aspecto.
El texto anterior expresa mis ideas y opiniones inspiradas en
https://www.gse.harvard.edu/news/19/11/harvard-edcast-unconscious-bias-schools
Información obtenida de: https://www.cogolife.com/2587/sesgo-inconsciente-en-el-aula.html