Ved en trono a la noble igualdad: a 10 años del Matrimonio Igualitario en Argentina

El 2010 fue un año especial para Argentina. Se conmemoraron los doscientos años desde la Revolución de Mayo, la economía funcionaba relativamente bien, y el clima festivo podía sentirse en las calles. “Igualdad” era una palabra que podía verse en paredes y pancartas. En ese contexto se produjo la sanción de la histórica Ley por el Matrimonio Igualitario.

El 22 de julio de ese mismo año, Argentina se convirtió en el primer país de América Latina y el segundo en América en permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo. También fue el décimo país del mundo en otorgar ese derecho fundamental. Hoy, diez años después, parece increíble que hasta hace tan poco dos personas del mismo sexo no pudieran casarse, con todas las consecuencias negativas que eso conllevaba.

El camino de los activistas para lograrlo fue sin dudas extenso. Debieron enfrentarse al sentido común, cambiar la forma de pensar de miles y miles de personas, y en especial luchar por una ley que pusiera fin a argumentos discriminatorios.

Un breve resumen para un largo recorrido histórico

Poco tiempo antes de las elecciones de medio término de 2009, el ministro Aníbal Fernández se pronunció a favor de debatir en el Congreso sobre el matrimonio igualitario. También dijo que el expresidente Néstor Kirchner, entonces fallecido, apoyaba un debate más amplio sobre el tema. En tanto, la posición de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner era desconocida. A pesar de que el ministro Fernández aseguró que estaba trabajando en un proyecto, la ley nunca fue presentada al Congreso.

Sin embargo, los grupos LGBT siguieron luchando y de a poco fueron ganando adeptos entre los principales partidos políticos. Así, a fines de 2009, se empezaron a debatir dos propuestas. Una encuesta hecha en ese momento reveló que el 70% de los argentinos apoyaba el matrimonio igualitario. Las cosas empezaban a caer por su propio peso.

Finalmente, en mayo de 2010 se aprobó el proyecto en Diputados por 125 votos a favor y 109 en contra. Y el 15 de julio el Senado promulgó la Ley con 33 votos a favor y 27 en contra. A partir de entonces, las personas del mismo sexo tienen los mismos derechos y responsabilidades que todos, incluso al momento de adoptar niños. Esto, por supuesto, generó un fuerte rechazo por parte de la Iglesia argentina, cuyo líder entonces era el hoy Papa Francisco.

Dos años después, el 27 de julio de 2012, se produjo otro hecho significativo: Alejandro Grinblat y Carlos Dermgerd se convirtieron en los primeros hombres de América Latina en obtener la doble paternidad de un recién nacido. Su bebé, Tobías, era el hijo natural de uno de los dos hombres y nació de un vientre de alquiler. Se convirtió en la primera persona en Argentina con un certificado de nacimiento de dos padres.

Los derechos que faltan conquistar

A pesar de que la sanción del matrimonio igualitario fue un hito para el colectivo LGTB, todavía falta mucho para que la sociedad argentina viva en completa igualdad. Los femicidios y abusos se siguen produciendo en número alarmantes, y la homofobia es moneda corriente.

En una entrevista exclusiva con la web Inmario, la periodista especializada en género, Paula Giménez (@yofermina en Twitter, y columnista en FiloNews) dijo que “al volverse ley el matrimonio igualitario, junto con la identidad de género por ejemplo, lo que estos avances consiguen es que se legitime formalmente la existencia del colectivo LGTB, y si bien en la sociedad aún suceden miles de casos de homofobia e inclusive de discriminación a nivel institucional, en los papeles y en nuestro Código Civil está bien claro que estos derechos existen y rigen para todes”.

En ese sentido, Giménez pone la lupa sobre los abusos contra el colectivo trans: “algo que falta y que marca que no podemos relajarnos es la situación de las personas trans: su expectativa de vida continúa siendo de 35-40 años y la ausencia del Estado respecto a las cuestiones laborales y de violencia institucional es preocupante”. La lucha de las personas trans incluso todavía se debate si debe formar parte o no del feminismo, que en el mundo (y en Argentina particularmente) es hoy en día poderoso y transformador.  

“La Ley de cupo laboral trans existe, pero no rige”, continúa Giménez, “y el 90% de las personas de este colectivo trabajan en la informalidad. Creo que esa es la lucha más urgente respecto a derechos en Argentina y, te diría, del mundo. El estado le debe a las personas trans no solo una disculpa y un resarcimiento económico, sino además la mitad de su vida”.

Para los activistas, la Ley de matrimonio igualitario no fue un punto de llegada, sino más bien lo contrario. Desde entonces en Argentina han florecido todo tipo de colectivos relacionados con cuestiones de género. Y se estima que sólo es cuestión de tiempo para que el aborto seguro, legal y gratuito también sea un derecho, a pesar de que grupos enquistados en el poder hagan lo imposible para impedirlo.

Son años y años de marchas, de protestas, de sufrimiento, de muertos, de abusos. Como bien dice Giménez, la sociedad (y el Estado en particular) todavía le debe mucho a las víctimas del machismo y la homofobia. La reparación sin dudas llegará, y no por obra de ningún gobierno, sino por fuerza de voluntad y una incansable lucha de las víctimas que hoy buscan ser reconocidas como individuos libres. Después de todo, no hay otra manera de buscar la felicidad.


El texto anterior expresa mis ideas y opiniones inspiradas en
10 años de matrimonio igualitario: el mismo amor, los mismos derechos, en https://www.cultura.gob.ar/
Diez años de la ley de matrimonio homosexual en Argentina, pionera en Latinoamérica, en https://www.elespanol.com/
A 10 años del Matrimonio Igualitario en la Argentina, en https://latinta.com.ar

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