
Generación COVID: la educación de los niños en el 2020
Definitivamente el 2020 ha traído consigo una serie de cambios inesperados que cambiarán la historia para siempre. Entre las modificaciones más resaltantes se encuentra el abrupto salto de la educación presencial a la online, una modalidad que antes del virus no tenía mucha acogida en el Perú.
De hecho, un estudio realizado por la Online Business School de España especulaba que cerca del 50% de la educación superior se daría por la vía online. Aún más, dicha escuela de negocios planteaba que en el 2030 podría ser posible que los egresados de diferentes casas de estudios no reconocieran instrumentos como pizarras y motas ya que no habría necesidad de su uso en un aula digital.
Sin embargo, parece que nos estamos adelantando a tal futuro a causa del virus. El salto de las aulas físicas a las aulas online en el Perú no puede compararse con una zancada: es más una especie de salto con garrocha. La UNESCO publicó un reporte con estadísticas sobre la cobertura de la red wifi en diversos países. Según este, solamente el 25% de los hogares tiene acceso a internet desde sus hogares.
No es de extrañar que más de un analista haya lanzado la ineludible pregunta de si la educación a distancia funciona en un país como el Perú, un cuestionamiento aplicable no solo en este país sino también en otros de América Latina. El director del grupo Educación al Futuro, Justo Zaragoza, se pronunció en una entrevista para RPP al respecto. Según su apreciación del tema, a poco más de 30 días de la cuarentena obligatoria, de los 6000 mil colegios privados que hay a nivel Lima, solo casi 1200 colegios privados habrían sido capaces de presentar un plan virtual de estudios pues ya contaban con la infraestructura digital necesaria. Mientras, alrededor de 5000 colegios no habían implementado ningún sistema virtual.
Los centros educativos con mayores problemas para atender la demanda y ofrecer las herramientas necesarias para una correcta y satisfactoria educación a distancia serían aquellas instituciones pequeñas o con un alumnado prioritariamente conformado por niños de menos de 10 años. Zaragoza plantea que la educación online para los pequeños involucra retos para los que no estábamos preparados, no solamente en cuanto a la cobertura de la red wifi en el país o la configuración de los planes de los colegios, sino también en cuanto a la disponibilidad de recursos en los hogares.
La responsabilidad recae en el hogar
Existe la concepción de que la escuela es un segundo hogar pero, ahora que la escuela se encuentra, precisamente, dentro del hogar, ¿qué tan activo es el papel de los profesores en la educación a distancia cuando se trata de los niños de primaria? La UNESCO enfatizó en el reporte emitido en mayo de 2020 que el papel de los padres es más relevante hoy que nunca cuando se trata del avance del aprendizaje de los hijos en casa.
Gestión contempló en uno de sus artículos que las videollamadas que algunas instituciones sostenían por Zoom con el fin de ahorrar recursos solo duraban 40 minutos, tiempo insuficiente comparado con los, aproximadamente, 90 minutos que solían durar las clases presenciales por materia. Por otro lado, el director de la Fundación SM Perú, Alberto Almendres, alude que los alumnos más jóvenes tienen la capacidad de prestar atención a una computadora por cerca de 40 minutos, razón por la cual es difícil intentar alargar el tiempo que dura cada clase.
Para estimular la educación a distancia, las instituciones plantean diversas dinámicas de forma online y dejan tareas. Para que la ejecución de dichas actividades se realice, los padres deben cooperar. Queda en ellos supervisar el desenvolvimiento de sus niños y asegurarse de que tengan todos los materiales necesarios para participar en las ejecuciones.
La revista Greater Good explora técnicas para evitar que el estrés se apodere de los padres durante la pandemia. El problema que enfrentan muchas familias es que deben cargar con muchas responsabilidades al mismo tiempo. Rebecca Branstetter, psicóloga educacional, escribió un artículo para Greater Good donde da a conocer los desafíos de los padres en estos momentos. Ahora, además de lidiar con las incertidumbres propias que una pandemia genera, una mayor fricción en su vida de pareja, las exigencias del trabajo y las inseguridades internas, también tienen que aprender a ser profesores en casa.
Lo que es más, el estrés aumenta al no tener un ambiente propio y bien equipado para que cada miembro de la familia realice las actividades de su rutina. Algunas familias se han dado cuenta de que la banda ancha no es suficiente para soportar todo lo que tienen que hacer simultáneamente de forma online. Por otro lado, otros hogares no cuentan con suficientes dispositivos disponibles para que tanto los padres como los hijos puedan trabajar de forma remota y estudiar a distancia, respectivamente.
Casos excepcionales que enseñan lecciones
El panorama es todavía más complicado para los padres de niños con habilidades especiales. A pesar de que el gobierno lanzó la iniciativa “Aprendo en casa” para impulsar la educación de niños de distintos grados académicos, así como de aquellos con habilidades diferentes, la Coalición por el Derecho a una Educación Inclusiva fue enfática al exigir que dicha plataforma sea más inclusiva.
Según La República, la Coalición expresó que tanto el contenido como la interfaz de la plataforma no suplían las necesidades de niños con diversas discapacidades, ya sean auditivas, visuales, etc. También alzaron su voz sobre el enfoque de la plataforma, que señalaron estaba orientada al crecimiento del estudiante a través de la exploración y la creación para los estudiantes regulares, mientras que, cuando se trata de la educación especial, está dirigido a las familias, lo que dificulta el desarrollo de la autonomía de dicho alumnado.
Por otro lado, otro caso que despierta gran alarma es el incremento de las denuncias de abuso y violencia hacia menores de edad que la línea 100 ha registrado. El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) publicó un registro de las agresiones notificadas dentro de los primeros 4 meses del presente año. Existen más de 12 mil casos donde las víctimas son menores, así como poco más de 2500 llamadas a la línea 100 donde los denunciantes eran niños y adolescentes.
Para muchos de ellos, el colegio era una zona segura dentro de la cual refugiarse. Ahora, varios de estos niños y adolescentes deben de convivir con sus abusadores. Sin la posibilidad de sentirse protegidos en sus propias casas, estos niños no tienen mayores oportunidades de acceder a la educación online o de incluso aprovecharla si es que tienen acceso a ella.
La pandemia nos ha traído grandes lecciones como sociedad. No solo ha sacado a relucir las varias falencias de nuestro sistema de salud, sino que también nos ha forzado a mirar a nuestros niños y reconocer su vulnerabilidad. La educación en el 2020 marca la introducción de toda una generación a la era digital y, ojalá, también de una mayor inclusión de las minorías.
El texto anterior expresa mis ideas y opiniones inspiradas en
La tendencia de aprender de forma virtual en https://elcomercio.pe/
The Importance of Monitoring and Improving ICT Use in Education Post-Confinement en https://sdg.uis.unesco.org/
La educación virtual en el país: ¿está funcionando? en https://gestion.pe/
La gran prueba de la educación virtual: ¿Cómo un docente puede entusiasmar a sus estudiantes? en https://rpp.pe/
¿Funciona la educación virtual en el Perú en https://educacionalfuturo.com/
How to Reduce the Stress of Homeschooling on Everyone en https://greatergood.berkeley.edu/
Con “Aprendo en casa” niñas y niños con necesidades educativas especiales continúan con su aprendizaje en https://www.drelm.gob.pe/drelm/
Demandan mejoras en la educación a distancia para niños con discapacidad en https://larepublica.pe/
Estadísticas – Atención Integral a víctimas de Violencia Familiar y Sexual en https://www.gob.pe/mimp