
La nueva era universitaria
La educación ha sido impactada de manera muy relevante por la pandemia. Millones de alumnos en el mundo están viviendo una transformación, rápida y desordenada para poder superar los retos de no poder asistir al aula de clases y recibir la acostumbrada instrucción.
La universidad, el lugar donde se fundamenta el conocimiento, está en la misma situación, solo que el tipo de formación que recibe es de un nivel superior, más complejo y que hasta ahora, por su dimensión, no ha sido en su mayoría trabajada de una manera diferente a la de ir a un aula de clases y recibir el conocimiento.
¿Llegó la nueva era universitaria? La pandemia está empujando a las universidades a dar un paso hacia la educación virtual ¿Están preparadas las universidades? La respuesta es que algunas tienen un largo camino recorrido y se adaptarán mejor a los cambios que son más que necesarios. Instituciones de alto nivel como el Imperial College London trabajan con realidad virtual y realidad aumentada en las áreas de ingeniería y medicina. Pero la situación es diferente para las que tienen una muy discreta oferta de actividades online.
Han quedado atrás el pensamiento de una transformación digital orientada a alcanzar mayor accesibilidad e instrucción personalizada. La realidad exige otro modo de pensar, uno en el que las universidades puedan funcionar online, eficientemente y que puedan enfrentar nuevas crisis sin detenerse.
Hay mucho peso de lo tradicional, sobre lo nuevo, lo digital, me atrevo a decir que se minimiza el conocimiento que se puede adquirir online. Hay gente que le cuesta creer que un médico puede realizar una operación a distancia, gracias a un robot y a internet ¿Si eso se puede hacer, y de hecho se hace, por qué no se puede aprender medicina así?
Quizás sea osado decir, que no se hace porque no hay la preparación suficiente de los profesores para enseñar usando las herramientas adecuadas, la educación superior online no es posible si las universidades no cuentan con la infraestructura técnica para hacerlo y por supuesto la disposición de la directiva de las universidades para apresurar el paso hacia una transformación digital adaptada a los nuevos tiempos. La nueva realidad plantea dos escenarios, o se adaptan, o graduarse en una universidad podrá tomar mucho más tiempo que el establecido hasta ahora.
Una historia
Esmeralda Sanz, comenzó hace 10 años un curso online de introducción al mercado de capitales de su país. Era su primera vez con un curso de este tipo. Recibió una introducción sobre cómo sería la dinámica, se asignaban las clases semanales, había que investigar y semanalmente había una prueba de conocimiento.
Durante la semana, podía compartir información en un foro hecho para tal fin, allí estaban sus compañeros, de diferentes partes del país y también participaba el profesor. Este último intervenía para aclarar algunas confusiones que se planteaban en el foro relacionados con la asignación hecha.
El viernes de cada semana desde las 9 a.m. el examen estaba abierto hasta las 12 de la media noche de ese mismo día. Se podía repetir el examen todas las veces que se quisiera sin afectar la nota, eso le llamó mucho la atención a Esmeralda y en el foro compartió su inquietud.
El profesor comentó, que el método perseguía que la gente aprendiera y que la nota es una aproximación de ese aprendizaje. Pero resaltó, si en la primera vez que el alumno hizo el examen y se daba cuenta de que sus respuestas no habían sido las adecuadas, estudiaría lo que respondió mal para hacerlo mejor la próxima vez, cuantas veces quisiera o necesitara.
Vale resaltar que la nota de cada examen, solo se daba después de cerrado el mismo a las 12 de la noche.
Tres virtudes fundamentales
Integridad, pluralidad y solidaridad. Estas virtudes son imprescindibles para dar el salto a la educación virtual, tan vitupeada por los conservadores. La metodología no puede ser la misma para medir y para enseñar.
El examen en el caso planteado, no daba oportunidad para que un estudiante fuera al libro y buscara la respuesta. Porque estaba diseñado de tal forma, que eso jamás sucedería, le haría perder un tiempo valioso, porque la prueba tenía un tiempo limitado. Es indudable que la integridad juega un rol preponderante en la nueva sociedad y se fomenta de manera diferente.
La pluralidad que se plantea en una comunidad tan diversa, con fuentes de información que pueden venir desde diferentes realidades geográficas, sociales, culturales, etc., es algo que le agrega mucho valor a este tipo de metodología de estudio. Además, se estimula la solidaridad, logrando con ello uno de los objetivos primordiales del conocimiento que es el compartirlos. La nueva sociedad demandará una mayor colaboración y ya en el mundo virtual hay muchos ejemplos de éxito al respecto, el manejo de la crisis del Covid 19 es uno de ellos, emprendimientos exitosos como Airbnb, Uber, el crowdfunding, entre otros.
Siempre hay una salida
La demanda para aprender online ha tenido un crecimiento impresionante, el sitio web Coursera tuvo 10.3 millones de inscripciones en 30 días, casi 350 mil inscripciones por día. Esta web que se dedica a la formación online, se convirtió en una tabla de salvación para muchas universidades en medio del confinamiento y la incertidumbre de cuándo volverán los estudiantes al salón de clases. Se le han unido más de 260 mil instituciones. Ahora han puesto a disposición un muy interesante nuevo producto, se trata del CourseMatch.
Con tantas instituciones compartiendo en línea cursos y materias, el nuevo producto hace match en todas las materias relacionadas y propone 5 opciones para escoger y además lo hace en más de 100 idiomas. Dejo el siguiente contacto para instituciones o personas que quieran saber más: coursematch@coursera.org.
Hay que destacar que la plataforma ofrece cursos gratis, sin certificado y si en algún momento quiere el certificado solo deberá pagarlo, existen planes mensuales y anuales.
El acceso a los equipos, softwares, a la banda ancha y sus costos, son algunos de los obstáculos en el camino. Nada que no se pueda arreglar en la necesaria etapa de transición que deberán seguir la mayoría de las universidades.
La disposición de los directivos es clave y hasta ahora no hay otra forma de incorporar de nuevo a los estudiantes a la academia, además, ya es ampliamente conocido que la salida de esta crisis producida por la pandemia demorará más de lo previsto.
La formación de los docentes en el uso de las plataformas online para dar clases y las metodologías que se desarrollen en ese sentido, son también una parte medular para la solución del problema.
Los estudiantes de este tiempo tienen ya una disposición positiva, nacieron en una era de computadoras, teléfonos inteligentes e internet, ellos son quienes están en mejores condiciones, aunque el asunto económico suma en su contra.
Por otro lado, los asuntos administrativos tampoco pueden quedar por fuera. Se requerirá de grandes inversiones; pero por lo pronto hay que trabajar y hacer lo mejor que se pueda con lo que se tiene. Las universidades deben estar a la vanguardia y predicar con el ejemplo.
En este escrito expreso mis ideas y opiniones inspiradas en el artículo “Higher ed needs a long term plan for virtual learning”, de James DeVaney, Gideon Shimshon, Matthew Rascoff y Jeff Maggioncalda, publicado el 6 de mayo de 2020 por https://hbsp.harvard.edu. –
Un artículo publicado originalmente por hbr.org.