
Pensar estratégicamente, Xavier Gimbert

La estrategia comenzó a hacerse necesaria en tiempos lejanos gracias a la guerra. Antes, como ahora, busca conseguir en cualquier ámbito de la vida el logro de los objetivos.
El mundo empresarial ha acogido y hecho esencial este concepto, porque comprende los elementos necesarios a considerar para poder librar las mil batallas que hay que dar en el cada vez más competitivo mundo de los negocios.
El Dr. en Administración y Dirección de Empresas, Xavier Gimbert, hace un tratamiento muy bien explicado del tema en uno de sus libros, Pensar estratégicamente. Su vasta experiencia como directivo empresarial, como docente y consultor empresarial, enriquece un contenido que le brinda al lector conocimiento de gran valor académico y práctico.
Gimbert comenta que el ingenio estratégico puede lograr cosas en apariencia imposibles y refiere el caso de Apple e IBM, ¿Cómo Apple pudo destronar a un gigante de su época como IBM? La respuesta es con ingenio estratégico.
Cambios y turbulencia
¿Qué es más confuso que una batalla? ¿Qué es tan cambiante como la guerra?
Cuando un líder no ha desarrollado la capacidad de proyectar lo que podría suceder, sus decisiones podrían poner en peligro a quienes le siguen; pero ¿Cómo puede hacerlo con tanto ruido, con tantos cambios y con tantas recomendaciones que vienen de sus subalternos?
La dinámica mundial es cada vez más exigente con las competencias en liderazgo y tener la habilidad de tener un pensamiento estratégico puede hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Parece sencillo; pero con tantos cambios en el camino, cualquiera pueda perderse o desviarse de su misión. Eso significa que hay que invertir más tiempo, más dinero, contratar y entrenar a talento humano equivocado, invertir en las áreas que no son prioritarias o peor aún, incursionar en un negocio que no es el suyo, las consecuencias pueden llegar a ser irreversibles.
Parafraseando a Gimbert, debido a la tecnología, la velocidad de los cambios en los mercados es muy violenta, las variables son muy diversas y también cambian con mucha rapidez, por esta razón decidir estratégicamente en un entorno así, es muy complejo.
El autor plantea que es necesario tener una estructura de pensamiento estratégico bien hecha, sin ella muchos detalles del entorno pasarán por el lado de los tomadores de decisiones y estos no se darán cuenta de ello, lo que hace un flaco favor al logro de los objetivos de la empresa.
Cuando hay estructura de pensamiento estratégico, se pueden ver mejor las variables que afectan y podrían afectar en el futuro al negocio, porque este tipo de pensamiento es un modelo que permite proyectar a mediano y largo plazo, no al acostumbrado cortoplacismo.
La velocidad de los cambios hace que los tomadores de decisiones se enfoquen en resolver los problemas del momento, lo que hará que la empresa se mantenga vendiendo, funcionando; pero podrían caer en la trampa, y muchos lo hacen, de centrarse tanto en eso que no se preparan para el mediano y largo plazo, lo que conduce a empresas que tienen una corta vida.
Es como cuando una persona tiene un cuadro de temperatura alta y se concentra en tomar un medicamento para volverla a su estado normal, se preocupa tanto en eso, en lo inmediato, que desatiende una enfermedad que podría en unos días o meses acabar con su vida. El médico no hace eso, él está preparado para ver el panorama más ampliamente. Él sabe que si no elimina la fiebre el paciente podría morir, de manera que buscará conocer el origen de esa fiebre, que sabe solo es un síntoma de algo mayor y una vez que da con la enfermedad, toma la decisión para el mejor tratamiento.
El médico persigue erradicar la enfermedad, curar, y lo hace pensando estratégicamente no resolviendo problemas del día sin pensar en lo más importante, que es preservar la vida de su paciente, en las mejores condiciones posibles.
De la misma manera sucede en el mundo empresarial. Pensar, estructurar, modelar estratégicamente no asegura que el paciente se salvará y tendrá una larga vida, así como en la empresa tampoco asegura el éxito; pero minimiza la incertidumbre que es el peor enemigo en la toma de decisiones, el riesgo es algo que siempre estará presente.
El Dr. Gimbert, dice en su libro Pensar estratégicamente, que “el objeto final de la estrategia está en el entorno” …significa que, a diferencia de la respuesta operativa, que vive en el mundo interno de la empresa, resolviendo problemas relacionados con las finanzas, el talento humano, la producción, etc., no es asunto estratégico.
La respuesta estratégica atiende a lo relacionado con lo que pasa afuera de la empresa. Lo que pasa con los clientes, cómo cambian sus gustos, lo que está haciendo la competencia para mejorar y qué se debe hacer para enfrentar lo que eso pueda ocasionar.
Otros aspectos que el autor coloca en el contexto de la estrategia son la economía, las leyes, la política, la tecnología y a la sociedad. Hay que hacer notar que las empresas no son sistemas cerrados, son sistemas abiertos y en función de esto es que el pensador estratégico actúa.
El libro es de gran ayuda para entender cómo interrelacionar la información que se tiene, cómo analizarla, los conceptos y los modelos del pensamiento estratégico que sirven de guía para entender mejor los procesos.
La forma de presentar la información no requiere que el lector sea un avezado en temas administrativos o gerenciales. La obra está presentada en lenguaje llano, fácil de entender, propio de un docente, que sabe de la importancia de la sencillez a la hora de compartir el conocimiento.
En este escrito expreso mis ideas y opiniones inspiradas en el libro “Pensar estratégicamente” de Xavier Gimbert.