¿Es la plusvalía sinónimo de explotación?

La plusvalía es un concepto económico de tremenda importancia y en el que se ha puesto el enfoque para defender o atacar diversas ideologías. El término forma parte de la teoría económica de Karl Marx acuñada en el siglo XIX.

Por un lado, los detractores de la teoría marxista defienden que la plusvalía no es sinónimo de explotación. Por el otro, los defensores cuestionan que el valor del trabajo de una persona no se le retribuya al completo cuando el empresario se apodera de la plusvalía.

¿Qué es la plusvalía?

El término de plusvalía se conoce principalmente por los estudios del sistema económico capitalista de Karl Marx (1818—1883), que los tomó a su vez del economista clásico David Ricardo (1772—1823). El concepto supuso la base fundamental de su teoría del valor-trabajo y uno de los pilares de su crítica al capitalismo.

También llamada plusvalor, el término aparece en su extensa obra El capital. Se puede resumir en el valor que no le es pagado al obrero en función de su trabajo, pasando así a manos del empresario y estableciendo la esencia de la acumulación o explotación capitalista. Es decir, la plusvalía sería la diferencia entre lo que el obrero produce y su salario.

Dicho de manera algo más extensa, la plusvalía se puede calcular si restamos el coste de producción (el capital fijo como la maquinaria y el capital variable como los trabajadores) a los beneficios que se produzcan derivado de la labor del obrero.

Su crítica se basa principalmente en que los empresarios se aprovechan de este valor para reinvertirla en el proceso productivo de la empresa o simplemente para acumular capital, y no se retribuye a los empleados de manera directa.

Plusvalía y el valor de cambio

La teoría económica marxista sigue teniendo adeptos en el mundo de hoy, pero para muchos ha sido un modelo obsoleto desde un principio, ya que no se puede relacionar la plusvalía con un fenómeno exclusivo del capitalismo y de propiedad privada de los medios de producción.

Según las críticas más comunes, Marx no tiene en cuenta que el valor de las mercancías producidas o los servicios no se calcula únicamente por el tiempo de trabajo necesario para su obtención, sino por la ley de la demanda y el interés que tengan los consumidores a la hora de adquirirlo. Por lo tanto, el tiempo de trabajo sí que se podría medir dentro de un coste de capital variable, pero no así como valor de cambio.

En añadido, el beneficio económico derivado de la plusvalía puede reinvertirse en nueva maquinaria, nuevas instalaciones, I+D+i  y campañas de marketing en las que la empresa aumentaría el interés por su producto, llevando así a la contratación de más personal y creando puestos de trabajo que no serían posibles sin ese beneficio.

Como expresa Juan Rallo, uno de los mayores exponentes del liberalismo económico en España, «un objeto inútil carecerá de valor de cambio, por muchas horas de trabajo que cueste producirlo. La utilidad no es algo que se posea plenamente al 100 % o en ninguna medida: la utilidad es una cualidad de las mercancías que puede graduarse».

Críticas de hace más de 100 años

Las críticas a la teoría económica marxista y a su razonamiento sobre la plusvalía como concepto de acumulación o explotación capitalista son tan nuevas como antiguas.

Eugen von Böhm-Bawerk, economista y político austrohúngaro (1851—1914) echó por tierra esta teoría hace más de un siglo en su trabajo titulado Karl Marx y la Conclusión de su Sistema, publicado en el año 1896. Su argumento guarda una estrecha relación con aquel de Werner Sombart, un economista y sociólogo con cierta simpatía hacia Marx, pero igualmente crítico con la plusvalía. Sombart se expresaba de esta manera:

«En todos los tiempos, más bien temprano que tarde, los capitales se trasladan desde una esfera de producción a otra, siendo la principal causa de ello la desigualdad en las ganancias. Pero esta desigualdad muy seguramente no proviene de la composición orgánica del capital, sino de alguna causa vinculada con la competencia. Aquellas ramas de la producción que hoy florecen más que otras son precisamente aquellas con capital de muy alta composición, como la minería, las empresas químicas, cervecerías, molinos, etc.»

Böhm-Bawerk por su parte, desarrollaba su crítica de esta manera:

«Estos comentarios proveerán material para muchas inferencias contra la teoría marxista. Por el momento presento solamente una directamente vinculada con el argumento que es objeto de nuestra investigación: la ley del valor que, se concede, debe renunciar su supuesto control sobre los precios de producción en una economía donde la competencia se encuentra en plena fuerza, no ha ejercido nunca y tampoco nunca lo podrá una influencia real aún en las condiciones primitivas (del capitalismo)».

Inversión de capital

Imaginemos un ejemplo claro de plusvalía en un mundo post COVID-19 y tomemos el ejemplo de una pequeña empresa con serias dificultades económicas para mirar hacia adelante, llegando al punto de plantearse la quiebra.

Los defensores de la plusvalía como sinónimo de inversión de capital, y no de explotación o simple acumulación por parte del empresario, considerarían que el beneficio económico derivado del tiempo de trabajo de sus empleados (el cual se rige por el interés hacia el producto o servicio de la compañía), se reinvertiría naturalmente en la empresa.

Si el coste de mantener a un trabajador contratado es de 2.000 € (esta no sería la nómina del trabajador porque estaríamos añadiendo el capital fijo, es decir, la infraestructura de la empresa como luz y ordenadores) y el beneficio es de 3.000 €, la plusvalía sería de 1.000 €.

¿Qué es lo que decide hacer el empresario con esos 1.000 €? Para los detractores de la teoría marxista, la inversión de capital con la plusvalía explica el gran crecimiento que han tenido las sociedades desde la revolución industrial. Así, el empresario podría modernizar la empresa, contratar maquinaria más efectiva o incluso a un trabajador que le asesore para salir adelante en mercados internacionales. A su vez, si su producto se hace más competitivo, repercutiría en los salarios de los trabajadores actuales al aumentar el valor de este.

Sea como fuere, el concepto de plusvalía sigue siendo visto como sinónimo de explotación por algunos a día de hoy ya que nada impediría al empresario acumular capital y no reinvertirlo. Para otros, la reinversión y la constante modernización de una empresa en un sistema capitalista es necesario para la supervivencia de esta y, por ende, la supervivencia de los puestos de trabajo.


El texto anterior expresa mis ideas y opiniones inspiradas en
https://wkfinancialeducation.com/el-concepto-de-plusvalia/
https://blogs.elconfidencial.com/economia/laissez-faire/2018-05-11/errores-basicos-teoria-economica-marx-plusvalia-capitalismo_1560947/
https://bazar.ufm.edu/un-amigo-de-marx-lo-critica-dice-que-la-plusvalia-no-puede-explicar-el-origen-del-capitalismo/

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