La música en vivo, baja el telón

Algunos estudios indican que en promedio pasamos expuestos a la música entre 3 y 4 horas al día. Eso nos moviliza la vida, nos relaja, nos divierte, nos trae recuerdos, nos hace conectarnos más y en definitiva nos hace más felices. Pero disfrutar de la experiencia de la música en vivo es otra cosa. ¿Cuándo la tendremos de nuevo?

El Covid 19, ha puesto contra la pared a la industria que la sostiene. La música en vivo baja el telón por el confinamiento y las normas para evitar el contagio. Restaurantes no pueden tener ese plus, que en el caso de muchos era una de sus ventajas competitivas más importantes, porque como se sabe, un restaurante ahora, es mucho más que buena comida.

Por otro lado, están las salas de eventos que presentan agrupaciones musicales en vivo, esas, cuya vida depende casi en absoluto de estos eventos, están con las manos en la cabeza, el no parece haber algún rayo de luz que ilumine el camino.

Que suene la música

Quienes hacen la música, no solo disfrutan ese proceso, interpretarla los conecta con lo que esta transmite. Pero para muchos no poder expresar su obra de arte en vivo, es lo peor que les puede pasar.

Leyendo un artículo titulado La música en vivo se acomoda a la nueva normalidad” de la revista Rolling Stone, que publicó el diario argentino, La Nación. Iba entendiendo la angustia de un rockero acostumbrado a hacer piruetas y saltos, mientras cantaba en sus presentaciones y que ahora estaba haciendo lo mismo; pero frente a 400 butacas vacías en frente, que tenían cintillos amarillos con letras negras que decían “Cuidado, Peligro”. Además de que había personal de seguridad para evitar que los músicos se acercaran entre sí.

En el caso de Argentina, llegó una flexibilización que les ha ido permitiendo a los artistas el uso de una de las tecnologías más usadas por la música en los últimos 4 años, el streaming, que permite disfrutar videos o audios usando internet sin necesidad de descargarlos al dispositivo usado para hacer la reproducción.

La experiencia vivida con el streaming, es algo a lo que quizás deban acostumbrarse artistas y espectadores ¿Será la nueva forma de ver un concierto? La pandemia marcará el curso a seguir y quien sabe que pueda surgir.

El artista

Llegan los músicos a un teatro con medidas de seguridad anti Covid 19. Cada día antes del concierto, mientras se adelantaban los preparativos, hubo que hacer una declaración jurada. Alcohol en zapatos y manos, aparte del stage manager (quien coordina la tarima), había alguien pendiente de avisar si se estaba demasiado cerca de otro integrante del grupo, para indicarle que se mantuviera alejado y respetara la distancia física ¿Puede imaginarlo?

Es algo nuevo, diferente; pero sin duda la energía, la espontaneidad, la libertad que ofrece la música, se ve truncada. Pero eso es lo que hay hasta ahora. Además, la producción aumenta los costos porque hay que tener por lo menos 3 cámaras, un buen director, editor de videos en vivo, es un show de tv y hacerlo no es barato ¿Estará la gente dispuesta a pagarlo?

Para hacer el concierto vía streaming, una audiencia de 10 personas, cada uno respetando un área de 15 m2 por individuo, nada de personas mayores a 60 años, no pueden haber embarazadas u otras personas que estén en el segmento considerado de riesgo. Son parte de las reglas que hay que cumplir ¿Tienen todas las agrupaciones musicales la capacidad para cumplir con el protocolo? ¿Qué pasará con los que no puedan? ¿Recibirán ayuda del gobierno?

Los espectadores.

Nunca se podrán vivir las emociones propias de una presentación en vivo viendo un concierto por streaming. Eso es algo que debe estar más que claro; pero permite vivir experiencias diferentes. En este caso la creatividad en cada hogar donde se ve el concierto le pondrá el toque especial.

Los espectadores pueden estar más cómodos, la familia puede ver el concierto junta, les saldrá más barato, porque solo uno será el que pague, los demás van gratis o se dividen el costo entre todos. Eso sí, para disfrutar al máximo, habrá que equiparse con un buen sonido, un buen aparato de tv y excelente conexión a internet.

¿Es el fin? Ha comenzado la cuenta regresiva

Los empresarios del sector no se rinden, los festivales musicales, a los que concurren gran cantidad de artistas se están reinventando y eventos multitudinarios como el famoso Lollapalooza tiene estimado realizar el evento para noviembre en el Hipódromo de San Isidro de Buenos Aires, Argentina.

Quien ha ido a un concierto a escuchar a uno de sus artistas favoritos, sabe lo que se siente, y también sabe que es una experiencia difícil de igualar. El estar en un lugar con miles de personas alrededor, todas vibrando al ritmo de su majestad, la música, cantando juntos, arropados por el imponente poder que proviene de torres de sonido y embriagados por el impresionante despliegue de luces y color, es algo casi celestial ¿Está cercano su final?

Millones de dólares en pérdidas en todo el mundo parecen confirmarlo. Algunos son de la tesis que si esto llega así a final de año el sector estará quebrado.

Madrid es solo un ejemplo del impacto de la pandemia en el mercado de los eventos musicales en vivo. Esta ciudad tiene unos 17 mil conciertos anuales y junio, julio y agosto sumarán pérdidas de mil millones mensuales, siendo conservadores.

En el resto del mundo, giras como las de Rolling Stones que estiman beneficios por el orden de los 10 millones de dólares o la despedida Elton John que ha recaudado 225 millones de dólares. A esas cantidades hay que sumarles los empleos directos e indirectos y toda la cadena de beneficios económicos y de promoción, que suponen para las localidades donde estos se presentan.

El gran salvador, el streaming

Cifras de 2016, de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica, señalaban que Argentina lideraba el consumo de música en Suramérica con 140 millones de dólares de un total de 60 que movilizaba la región para ese año. Reportan expertos del sector que el streaming ha seguido incrementando su penetración, eso es una muy buena noticia.

En el caso de Europa el escenario es similar, esta forma de obtener música se ha convertido en la fuente de ingresos más importante de los artistas de la música grabada. Youtube, que es el medio que más usan los amantes de la música para buscar canciones a penas factura 24, 2 millones de los 231,7 que están en el escenario.

Krueger y el premio Nobel, Daniel Kahneman, hablan de la relación entre lo que usamos la música y lo que pagamos por ella. Concluyen que es la ganga del siglo, porque es una de las cosas que nos hace más felices y por las que gastamos muy poco.

Los álbumes dejaron de ser el negocio, ahora todo se sostiene en los conciertos y el streaming pasa a generar beneficios con potencial interesante ¿Cuál será la nueva realidad?

De lo que ganan los artistas, un promedio entre el 60% y 80% viene de los conciertos los álbumes cada vez aportan menos a sus cuentas.

La intérprete de We Are Never Ever Getting Back Together, Taylor Swift, la conocida agrupación Radiohead y el cantante de country Garth Brooks, son solo algunos de los famosos que ya usan una nueva fórmula para obtener mayores beneficios. En su estrategia de ventas no solo tienen los conciertos, sino también el streaming.

Los eventos deportivos han sido un buen ejemplo del uso de esta tecnología y como ha sido tan bien recibida por los consumidores, es un elemento positivo, dentro de todo lo que sucede a causa de la pandemia, para pensar que la música seguirá sonando.


En este escrito expreso mis ideas y opiniones inspiradas en el artículo “La música en vivo se acomoda a la nueva normalidad” de la revista Rolling Stone, que publicó el diario argentino, La Nación. Fuentes consultadas: eleconomista.es y BBC News

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