Cómo transformar los nuevos modelos educativos

Una de las consecuencias que más afecto a nuestras sociedades luego de las cuarentenas impuestas por el coronavirus Covid-19 han sido los cierres de los establecimientos educativos. Pero, mientras en muchos casos este hecho generó una división entre aquellos jóvenes que pueden acceder a un aprendizaje virtual, también recalcó la importancia de implementar un nuevo modelo educativo. La Comisión Internacional sobre el Futuro de la Educación (establecida por la UNESCO) elaboró un reporte que presenta 9 ideas sobre cómo se puede llevar adelante esta transformación.

Si bien es cierto que las restricciones de la actual pandemia obligaron a muchos estudiantes a recurrir a la tecnología como un medio exclusivo de aprendizaje, con ello también el mundo pudo visibilizar la enorme brecha que divide a quienes pueden acceder a este sistema de aquellos que no tienen esa posibilidad. Mientras los primeros podrán participar de una revolución en el sistema educativo que apunta a una mayor interacción de los alumnos con la tecnología, los últimos han quedado verdaderamente en el limbo.

Las posibilidades que ofrece la tecnología como un medio efectivo de enseñanza y aprendizaje son tan importantes como numerosas. Como complemento de lo aprendido en el salón de clases, los alumnos pueden incrementar su conocimiento a través de aquellas aplicaciones virtuales que mejor se adapten a sus intereses personales. Asimismo, los maestros pueden acceder en tiempo real a los avances de sus estudiantes (aun cuando se encuentran fuera de la escuela) y así acompañarlos pedagógica y emocionalmente. De acuerdo a Sean Tierney, Director de Estrategias de Enseñanza y Aprendizaje para las oficinas asiáticas de Microsoft, la tecnología puede brindarle a cada alumno una atención educativa personalizada.

Pero, si bien existen incontables proyectos en marcha que han aprovechado la situación actual para promover un sistema educativo que se complemente en un futuro con la tecnología, una gran parte de los estudiantes a nivel global no cuentan con los medios necesarios para acceder a ella. Según la UNESCO (organización de las Naciones Unidas que se especializa en la ciencia, la educación y la cultura) la mitad de los estudiantes a nivel global no cuenta con una computadora en sus hogares, mientras que sólo el 57% de ellos tiene acceso a internet. La situación es peor aún en el África subsahariano: solamente el 11% de su población posee una PC en sus casas y, dentro de este bajo porcentaje, tan sólo el 18% puede acceder a la world wide web.

La UNESCO considera que las vulnerabilidades que la actual pandemia logró visibilizar en cuanto a las posibilidades de aprendizaje por parte de la comunidad global de estudiantes deben ser abordadas por todos los gobiernos del planeta. Sus recomendaciones para lograr una mayor equidad educativa en el futuro se basan en el apoyo solidario que cada país desarrollado esté dispuesto a ofrecerles a aquellas naciones que no cuentan con los medios tecnológicos necesarios y que además han sido fuertemente golpeadas por la actual pandemia.

Estas recomendaciones se traducen en nueve ideas concretas que serán fundamentales para promover un desarrollo educativo eficiente y equitativo en un mundo transformado por la pandemia de Covid-19:

  1. Compromiso para fortalecer la educación como un bien común. En este primer punto, lo que se busca es lograr que el aprendizaje, al igual que la salud, se maneje con una equidad total que le permita a cada sociedad crecer de una manera más armoniosa.
  2. Expandir la definición del derecho a la educación. Tal como lo evidenció la actual pandemia, ya no es suficiente clasificar a la educación simplemente como la oportunidad de acceso a un establecimiento de enseñanza: la posibilidad de conectarse a una red de internet también debe ser considerada como un derecho.
  3. Valorar la profesión y la colaboración pedagógica. Durante el curso de la pandemia se ha podido apreciar el enorme coraje, voluntad e innovación de los educadores. Es por ello que es necesario alentar la autonomía de los maestros para que actúen y colaboren con mayor flexibilidad.
  4. Promover la participación y los derechos de estudiantes, jóvenes y niños. Se trata de hacer partícipes a las nuevas generaciones de alumnos a una futura restructuración educativa que genere los cambios que más los favorezcan.
  5. Proteger los espacios sociales provistos por las escuelas durante las transformaciones educativas. Debido al indispensable valor social que tiene la educación presencial en el salón de clases, se busca preservarlo mientras se le añaden aquellas actividades extracurriculares que se generen fuera de él.
  6. Posibilitar el acceso libre y gratuito de la tecnología a maestros y estudiantes. Con esto se busca que la comunidad educativa pueda contar con las herramientas digitales que se ajusten a sus necesidades, sin tener que depender del software de empresas privadas.
  7. Garantizar la enseñanza científica dentro del conjunto de materias. Este punto es fundamental para promover el conocimiento científico y luchar activamente contra la desinformación.
  8. Proteger el financiamiento doméstico e internacional de la educación pública. Junto con los servicios sociales y de salud, es necesario que los gobiernos y organizaciones educativas de todo el mundo se movilicen en favor de una educación pública y debidamente financiada.
  9. Promover la solidaridad global para acabar con los niveles actuales de inequidad. Es fundamental lograr un compromiso internacional que busque cooperar multilateralmente para frenar la explotación del poder y así alcanzar un mayor compromiso humanitario entre las naciones.

La actual pandemia ha presentado grandes desafíos en cuanto al futuro de la educación, los cuales deben abordar los gobiernos de todo el mundo. Las Naciones Unidas, a través de la UNESCO, está realizando una concientización global para que los nuevos modelos educativos sean tecnológicamente inclusivos y equitativos. Sus recomendaciones son el resultado de la investigación de expertos en el área pedagógica y pueden ser una herramienta vital para lograr esta transformación.

En el año 2019, la UNESCO lanzó la iniciativa llamada El Futuro de la Educación: Aprendiendo a transformarse como una manera de repensar la manera en que el conocimiento puede rediseñar a la humanidad y el planeta. Sin embargo, jamás pudo esta organización imaginarse que, tan sólo unos pocos meses más tarde, una devastadora pandemia evidenciaría la fragilidad de los modelos educativos actuales. La manera en que la crisis sanitaria actual ha desestabilizado los procesos de aprendizaje de millones de alumnos alrededor del mundo ha generado una presión que demanda acciones concretas y urgentes.

Por sobre todo, la cuestión más importante que destaca éste y otros organismos internacionales apunta a generar una mayor equidad de oportunidades en la comunidad educativa que posibilite un acceso irrestricto y globalizado a la tecnología. Solamente mediante la ayuda solidaria de las naciones más poderosas hacia aquellas que, aun antes del comienzo de la pandemia, presentaban enormes falencias estructurales en sus sistemas educativos, el mundo podrá contar con una nueva generación de jóvenes estudiantes lo suficientemente preparados para poder ingresar a los modelos educativos del futuro.


El texto anterior expresa mis ideas y opiniones inspiradas en
Education in a post-COVID world: Nine ideas for public action. (https://en.unesco.org/)
Schools after COVID-19: From a teaching culture to a learning culture. (https://news.microsoft.com/)
Covid-19: A Global Crisis for Teaching and Learning. (https://unesdoc.unesco.org/)

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