
Ruth Bader Ginsburg, el adiós a una pionera de la igualdad de genero
El viernes 18 de septiembre dejó este mundo una de las personalidades más destacadas de la lucha moderna por la justicia social y los derechos igualitarios. Durante la mayor parte de sus 87 años de edad, la jueza de la Corte Suprema de los EEUU, Ruth Bader Ginsburg, recibió tanto cariño por parte de la población que su velatorio duró dos días seguidos. Transgresora dentro de la sociedad estadounidense inclusive luego de su ausencia física, esta pequeña mujer fue una eterna luchadora cuyo legado le asegurará un lugar entre las personalidades más influyentes en la historia de este país.
Mientras estuvo con vida, cualquier examen superficial sobre la apariencia física de la jueza Ruth Bader Ginsburg hubiera resultado tan incongruente como desacertado. Su metro y medio de estatura y sus 45 kilos no representaban la enorme fortaleza interior ni la tenacidad con la que esta mujer oriunda del barrio de Brooklyn -Nueva York- se desempeñó tanto en su vida como en su carrera. Si bien fue el cáncer de páncreas lo que finalmente terminó con su vida, ella ya lo había vencido una vez en el año 2009, diez años más tarde de haber hecho lo propio con un cáncer de colon.
Nacida en una devota familia judía el 15 de marzo de 1933, Joan Ruth Bader demostró ser una alumna aplicada a lo largo de su educación primaria y secundaria. Fue durante su primer semestre en la prestigiosa Cornell University de su Nueva York natal cuando conoció a quien sería su futuro marido, Martin Ginsburg, un joven que años más tarde terminaría convirtiéndose en un prominente abogado. Justamente fue su prometido –ambos se casaron ni bien Ruth se graduó en Cornell- quien comenzó a inculcarle a la joven Ruth un profundo interés por sus pasiones intelectuales. Éstas la llevaron a estudiar leyes en la Harvard Law School, en donde se destacó por ser la primera mujer en trabajar en la redacción de su influyente periódico.
Las contribuciones de Ruth Bader Ginsburg a la jurisprudencia de los EEUU y a los derechos femeninos comenzaron mucho antes de su llegada a la Corte Suprema de este país. A principios de la década de los 70s, Ginsburg co-fundó el Women’s Rights Project, una gran iniciativa que apuntaba a establecer la igualdad de género dentro de la sociedad y el aparato legal norteamericano ya que, según sus propias palabras: “Los derechos de las mujeres son una parte esencial dentro de la agenda de los derechos humanos”.
Durante su campaña del Women´s Right Project en contra de los -hasta ese entonces- arcaicos estereotipos de género dentro de la ley, Ginsburg ganó cinco trascendentales casos en la Corte Suprema que establecieron los comienzos del tratamiento igualitario para las mujeres de su país. Además de la tenacidad y brillantez con las cuales argumentaba sus casos dentro de los juzgados, ella contribuyó con docenas de artículos que demostraban las injusticias ocasionadas por la fuerte discriminación de género que dominaba el aparato legal de ese entonces. En el año 1980, el presidente Jimmy Carter la nominó para que integre la Corte de Apelaciones de Washington DC, llegando a referirse a ella como un “Faro de la Justicia”.
Tras más de una década desempeñando su función con un pragmatismo y atención a los detalles que le ganaron el respeto de sus colegas, el 14 de junio del año 1993 Ginsburg aceptó la nominación del presidente Bill Clinton para que forme parte del grupo de jueces de la Corte Suprema de los EEUU. Uno de sus primeros logros –además de ser la segunda mujer en la historia de este país en ocupar ese cargo- fue el fallo United States v. Virginia del año 1996, en el cual se determinó que la admisión exclusiva de hombres en el Virginia Military Institute violaba la cláusula de protección a la igualdad de género. La magistrada escribió en el fallo que estas generalizaciones “ya no justifican el negarles las oportunidades a las mujeres cuyos talentos y capacidad las excluyen de la descripción promedio”.
Como una muestra de su tolerancia y objetividad, la jueza Ginsburg mantenía una excelente relación con sus colegas más conservadores de la Corte Suprema federal, aun teniendo ella misma un pensamiento decididamente más liberal. El vigor que siempre demostró para ejercer su cargo le valió el apodo de “Notorious RBG”, en un guiño al icónico rapero neoyorquino Biggie Smalls, también conocido como The Notorious BIG.
Gracias a su pública objeción por el fallo de la Corte Suprema en el caso Ledbetter v. Goodyear, en el año 2009 -durante el mandato del presidente Barack Obama- el Congreso norteamericano promulgó la ley que prohíbe la discriminación salarial en los espacios de trabajo. También durante este período, el voto de la jueza Ginsburg ayudó a sostener la ley Affordable Care Act (Obamacare) la cual le permitió a más de 16 millones de estadounidenses acceder a una atención médica de bajo costo. A pesar de que no tuvo la misma suerte con la decisión de la Corte en 2013 en donde se declaró inconstitucional la Voting Rights Act de 1965 (una ley que impedía la discriminación de los votantes) su disconformidad con ella le valió el apoyo y los elogios de las organizaciones de derechos civiles.
La jueza Ruth Baden Ginsburg fue una tenaz defensora de aquellas leyes que promovían una sociedad más justa para todas las personas, sin distinción de género, raza o condición económica. Sin embargo, cabe destacar que su espíritu luchador no se destacó solamente en el ámbito legal. El fallecimiento de su madre el día anterior a graduarse de su secundaria, la batalla de su marido con el cáncer o sus propios problemas de salud, todos estos golpes que le dio la vida sólo lograron fortalecer aún más su determinación y su deseo por batallar contra las injusticias sociales. “No me iba a sentar en un rincón y llorar” fueron palabras suyas que aún recuerda el profesor de la Harvard Law School, Tomiko Brown-Nagin.
Sus colegas, familiares y el público en general se reunieron el sábado 19 de septiembre en las afueras de la Corte Suprema para despedir los restos de Joan Ruth Bader Ginsburg, una mujer que logró cambiar positivamente las vidas de millones de norteamericanos. Tan sólo una semana después -siempre fiel a la tendencia transgresora que la destacó en vida-, ella se convirtió en la primera mujer en ser honrada al yacer dentro de la Capilla del Capitolio de los EEUU. Tras 27 años de ejercer como jueza dentro del máximo tribunal federal de su país, la memoria de esta pequeña pero aguerrida defensora del derecho igualitario seguramente sólo lograra agigantarse con el paso del tiempo.
El texto anterior expresa mis ideas y opiniones inspiradas en
Ruth Bader Ginsburg becomes first woman to lie in state in US capitol. (https://www.bbc.com/)
Ruth Bader Ginsburg. (https://www.britannica.com/)
The life and legacy of RBG. (https://news.harvard.edu/)