El camino total, Salvador Benesdra

camino

La mayoría de las personas se encuentran constantemente en la búsqueda del crecimiento personal, por medio de acciones o situaciones generadas en medio de un entorno social y que además permiten alcanzar lecciones de vida.

Durante la primera etapa de los 90s, Salvador Benesdra se toma el tiempo de sumergirse en el mundo de la autoayuda, que desde hace algún tiempo vine siendo aclamada por la sociedad; ya que enfoca desde diferentes puntos de vista elementos capaces de evocar sensaciones de reflexión en el lector.

Sin embargo, el autor asegura que la postura autocompasiva y autocomplaciente presente en la mayoría de los textos de autoayuda pueden llegar a ser trillados y poco eficientes en la vida del lector. En el camino total, se busca mostrar una nueva perspectiva de los libros de autoayuda.

Acercándose a la cultura oriental

Para darle un buen fundamento a cada uno de los enunciados presentes en el libro, el autor se adentra en los misterios y enseñanzas de la cultura oriental, filosofías que se unen majestuosamente a exitosos avances psicológicos, siendo los responsables de la puesta en escena de técnicas alejadas de la ingenuidad, y que impulsen la superación personal ante las crisis.

Como un fundamento general, el autor maneja la idea de que la superación del dolor viene a flote cuando primero se acepta; ya que, en la mayoría de los casos, se tiende a huir o alejarse del dolor, sin saber que esto puede llegar a ser perjudicial en los procesos de sanación personal, el dolor debe ser afrontado de frente, a tal punto que desaparezca.

El camino total se inspira fuertemente en el pensamiento zen, aunque para algunos críticos, en algunos fragmentos de la obra el autor plantea argumentos anti-zen, lo que si es cierto es que la obra direcciona las capacidades que debe tener un individuo para transformar alguna motivación o fuente de energía, en un motor que lleve a la superación de la crisis.

Transformando energías

El camino total es un libro de autoayuda que vale la pena leer, pues se ha considerado una obra muy arriesgada, que deja a un lado los planteamientos típicos, alegóricos, que buscan darle a la vida un sentido figurado.

En este libro el autor no deja ningún aspecto de la vida a un lado, incluso se atreve a rosar los temas relacionados a la muerte.

A diferencia de otros textos, en el camino total las técnicas dispuestas para el lector no buscan condicionarlo para que acepte tomar un punto fijo ante la vida, una felicidad preestablecida o paz determinada, sino que plantea un método que transforme energías vividas durante las crisis para que sean productivas.

Afrontar las emociones en lugar de alejarse de ellas, se volverá una pieza clave para comprender los medios que llevan al humano a comprender su propio yo, dándole un nuevo sentido a las crisis y dificultades vividas.

El dolor debe ser una energía con la que se debe aprender a vivir, no alejándolo del camino como si de un desconocido se tratase, sino transformándolo en un objeto trasformador, que luego se irá desvaneciendo.

En cuanto a la depresión y la angustia, el autor plantea que de igual manera debe ser aceptada en cada individuo; sin embargo, al igual que el dolor, deben ser transformadas, no dejando que estas tomen posesión del ser, sino que más bien forjen altos niveles de resistencia, con el objetivo de alcanzar la habilidad de faquir.

El faquir es un personaje religioso de las culturas orientales, lleva una vida íntegra en oración y que vive austeramente; además, se caracteriza por someterse a mortificaciones muy increíbles sin que estas causen algún tipo de dolor o daño a su ser.

Lucidez y eruditismo

Bajo una narrativa en tercera persona, Benesdra logra plantear un texto único, cargado de múltiples puntos de vista, que tienen como propósito desnudar temas que resultan paradójicos en  otras obras de autoayuda.

También, dogmatismos que se han caracterizado por ser elementos de batalla dentro de la autoayuda, buscan ser desmitificados bajo el uso de la filosofía, pensamientos orientales de superación, psicología y neurociencia.

Esto abre paso a un texto, que, para algunos críticos, lo posicionan entre los más altos estándares del eruditismo; una obra que rescata temas sociales de interés para los lectores, como lo es la economía, política, deporte, historia y literatura. Siendo estos algunos de los elementos usados para ejemplificar situaciones que llevan al lector a sufrir dolor.

El nivel de lenguaje y contenido inmerso dentro del texto, aunque se conoce que es una obra de autoayuda, resulta muy difícil de ser clasificado, pero algo de lo que se puede estar seguro es que el autor del libro es un hombre capaz de darle otra cara a la cotidianeidad, rompiendo paradigmas.

En cada página es muy probable percibir altas dosis de genialidad, dolor bien enfocado a probar un punto, reflexión y matices de humor, que van dirigidos a trascender el sentido primigenio de los textos de autoayuda.

Autor que exuda trascendencia 

La mente que se desliza entre párrafos de exuberantes planteamientos de origen zen es el psicólogo, periodista y escritor Salvador Benesdra, quien a lo largo de su vida ha desarrollado múltiples trabajos docentes y terapéuticos en epistemología genética.

Durante sus estudios de postgrado vivió en Francia y Alemania, siendo fácilmente comprendido gracias al dominio de siete idiomas. Durante su carrera como periodista, desarrollo especialización en economía política internacional.

Entre sus obras más resaltantes destaca su única novela “el traductor” con la que llegó a ser el finalista del premio planeta en el 1995. Como un dato curioso, el camino total fue escrito paralelamente con la novela el traductor, sin lugar a dudas, dos grandes éxitos que lo llevaron al reconocimiento internacional.

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