
Un mundo porno: ¿a puertas cerradas o a vista de todos?
Un trabajo de Bradley para la Escuela de Leyes de Notre Dame, titulado Prolegomenon on Pornography, sostiene que los portales de pornografía obtienen más visitas al mes que Netflix, Amazon y Twitter juntos. Además, aunque mucho del material pornográfico disponible online es libre o pirata, la industria genera, solo en Estados Unidos, alrededor de 10 billones de dólares. Bradley recalca que, en la actualidad, es apreciable la integración de la pornografía a nuestro día a día y que se ha normalizado, convirtiéndose incluso en una moda.
Putnam y Gartstein, dos profesionales de la psicología que enseñan esta disciplina a nivel universitario construyeron un reporte acerca de cómo la cultura forma la personalidad de los individuos. De acuerdo con sus estudios, si bien se demuestra que la cultura afecta la forma en que los padres educan a sus hijos y esto, a su vez, repercute en la forma en que los niños han de comportarse, también es posible demostrar que los valores culturales tienen influencia en los pequeños y tienen un ciclo de vida de largo plazo. Es decir que todo lo que es parte de la cultura colectiva ayuda a moldear a los seres humanos en desarrollo. ¿Y qué más cultural que la pornografía, un elemento cuya presencia a nivel mundial data desde hace más de cientos de décadas y recauda millones de dólares al mes?
Analicemos primero la influencia de la pornografía en los hombres. ¿Por qué en los hombres? Porque este es el público primario, el que con más frecuencia consume material pornográfico. El Insitituto de Estudios Familiares (IFS por sus siglas en inglés) analizó la diferencia en el consumo de pornografía entre hombres y mujeres, con una muestra total de 21,555 personas de diferentes estatus civiles. 57% de las mujeres que tenían citas casuales reportó nunca ver pornografía para uso persnal, frente a un 25% de los hombres. En la categoría de “saliendo seriamente”, un 60% de las mujeres dijo “nunca” con respecto a un 25% de los hombres; en la categoría “comprometidos”, las cifras fueron un 61% de mujeres frente a un 38% de los hombres; y en la categoría “casados”, las cifras fueron un 65% de las mujeres frente a un 37% de los hombres.
Uno de los artículos publicados por Psychology Today discute la conexión entre Trump y la pornografía, y este es material que puede ser discutido largamente en otra ocasión; lo rescatable para lo que nos concierne es la mención de los estudios hechos por Robert Jensen, profesor que ha escrito varios documentos de carácter investigativo sobre el impacto de la pornografía. Jensen manifiesta que la pornografía sirve como un espejo en el cual se puede apreciar cómo los hombres que internalizan el concepto tradicional de masculinidad ven a las mujeres.
Sin embargo, dicha visión termina siendo equívoca cuando estos hombres se encuentran a corta distancia de la mujer real. La objetivización que se hace en la pornografía es una fantasía que solo puede vivirse como espectador tras una pantalla. Del otro lado, incluso las mujeres que actúan son de carne y hueso y los editores deben de recortar todas aquellas pausas donde los seres humanos, sin importar de qué sexo o género sean, necesitan atender a su humanidad, física y psicológica.
Pero los hombres que creen en la fantasía porque solo tienen acceso al producto final, pueden terminar experimentando dos tipos de emoción al lidiar con sus parejas en la realidad. Según Psychology Today, pueden aceptar la desilusión o enojarse. Cuando se enojan, esa ira puede dirigirse hacia la pareja en diversas formas: activa y violenta, o pasiva y corrosiva.
Es casi imposible escapar de la pornografía en la actualidad cuando el sexo es una herramienta tan útil dentro del mundo de la publicidad, y recordemos que, mientras que la pornografía no puede mostrarse públicamente y colocarse en cualquier parte de las calles de la ciudad o del mundo online, la publicidad sí. La delgada línea entre la pornografía y la publicidad se vuelve más y más tenue a medida que se comprueba que, mientras más sexualizado sea el material promocional, más ventas generará.
Business News Daily discutió la relevancia del sexo en la publicidad. Tom Reichert, profesor en la Universidad de Georgia, corroboró la efectividad del sexo para las ventas, recalcando que su poder radica en su capacidad para pasar inadvertido. Hay un aumento percibido en cuanto a la cantidad de material audiovisual sexualizado que las marcas de las categorías de belleza, entretenimiento, viajes e higiene usan. About Face, una organización que busca redimir el cuerpo femenino y evitar la objetivización de la mujer, cuestiona el uso de la imagen femenina sobre sexualizada para vender artículos puesto que provoca un deterioramiento en la propia autoestima de la mujer y distorsiona la capacidad del hombre para visualizar a la mujer como un ser humano en lugar de una cosa. Un efecto parecido al que ejerce la pornografía.
MediaSmarts analizó la controversia entre la publicidad y la pornografía tomando como casos marcas como American Apparel, Diesel y Axe. En su análisis incluyó la experiencia de Randye Holder, del New York Times, a quien una joven había manifestado que la forma de presentarse de una chica de llamar la atención de un chico a través de redes sociales es con una foto en bikini.
La misma lógica es puesta en práctica por quienes son percibidas como artistas. Por ejemplo, Nicki Minaj deja muy poco a la imaginación en su videoclip Anaconda, que incluso tiene una versión censurada y una sin censura. De tal manera, la serie Games of Thrones tienen excesivas escenas de violencia y sexo que ni siquiera forman parte del material original de los libros. The Atlantic cuestionó esto ya que, según el autor de los libros, George R. R. Martin, el sentido de describir estas escenas en los libros es parte de la historia puesto que, o bien sirven un propósito, o son parte del contexto medieval. Sin embargo, los creadores de la serie, Benioff and Weiss, han agregado horror sexual innecesario.
Parece que la pornografía puede ser completamente aceptada por la sociedad siempre y cuando no se llame pornografía. Si se llama videoclip, serie, película hollywoodense, aviso publicitario, puede ser libremente publicada y estar al alcance de grandes y chicos.
El texto anterior expresa mis ideas y opiniones inspiradas en
Porn, A Reflection of Our Culture en https://www.psychologytoday.com/us
How where you’re born influences the person you become en https://theconversation.com/us
The Porn Gap: Gender Differences in Pornography Use in Couple Relationships en https://ifstudies.org/
Prolegomenon on Pornography en https://scholarship.law.nd.edu/
About Face en https://about-face.org/
The Excessive Sexual Violence on HBO’s ‘Game of Thrones’ en https://www.theatlantic.com/world/
Why Sex Sells…More Than Ever en https://www.businessnewsdaily.com/
https://medismart.net/ en https://medismart.net/