
Coronavirus pone en riesgo la inclusión femenina en la política
La llegada del coronavirus ha supuesto diferentes tipos de oportunidades y retos al sistema político; sin embargo, la participación activa por parte de figuras femeninas en dicho entorno ha marcado la diferencia en la forma de afrontar la pandemia. La esperanza es que los entes gubernamentales en todo el mundo puedan resguardar la inclusión de las mujeres en la política aún más allá del Covid-19.
Durante el segundo semestre del 2020 los datos estadísticos muestran que la pandemia generada por el Covid-19 se ha categorizado como perturbador del rango de acción política en el mundo. Las suspensiones de las actividades de los poderes públicos han hecho que se medite en las consecuencias que esto podría traer a corto y largo plazo para la democracia y la sociedad.
Según un reportaje realizado por Carnegie Endowment, el coronavirus ha sido el responsable de suspender o limitar las actividades de los parlamentos, a causa de las medidas de distanciamiento social y bioseguridad. Alrededor de 73 elecciones han sido reprogramadas para evitar el contagio.
Todo esto sin tomar en cuenta las acciones de restricción ciudadana que han sido tomadas por los gobiernos para limitar la movilidad de sus habitantes en función de su salud; esto ha frustrado la libertad la libertad de expresión y reunión de las personas.
En consecuencia, algunos gobiernos con características autoritarias han aprovechado toda la situación de emergencia causada por el Covid-19 para centralizar el poder ejecutivo en el mando de la nación.
¿Cómo estos comportamientos y acciones afectan la brecha de género?
La verdad es que son muy pocas las investigaciones que se han centrado en estudiar a profundidad cuáles son los efectos que podrían traer estas acciones y comportamientos, sobre la brecha de género que ha venido afectando la política desde hace siglos.
Si de cobertura hablamos, durante la pandemia del coronavirus los medios de comunicación se han encargado de destacar la funcionabilidad de las políticas pandémicas en los países presididos por figuras femeninas.
El nivel de respuesta que han tomado estas mujeres para solventar la crisis generada por coronavirus permite que se destaque la participación femenina en un mundo que ha venido siendo liderado por hombres. La Canciller de Alemania Angela Merkel y la primera ministra de Nueva Zelanda Jacinda Ardern destacan como las figuras más prominentes de la esfera mediática.
En un ámbito más generalizado, estas noticias positivas ocultan un tema mucho más amplio, en cuanto al movimiento de inclusión femenina que se venía gestando mucho antes de la pandemia alrededor del mundo.
La llegada de la pandemia ocasionó serios problemas socioeconómicos y políticos dentro de la sociedad; deteniendo los avances obtenidos en pro de la disminución de la brecha de género dentro de la política.
25 aniversario de la Plataforma de Acción de Beijín
El Covid-19 llegó en medio de los preparativos del aniversario 25 de la Plataforma de Acción de Beijín, un elemento que ha venido dando impulso a las actividades en pro de la participación y defensa de lo derechos feministas dentro del ámbito político.
Dando por sentado que la participación femenina dentro de la política ha experimentado algunos avances; la verdad es que estos han sido excesivamente lentos y desiguales. En algunos países, la inclusión de figuras femeninas en la esfera política ha sido mínima, incluso nula, especialmente en lugares administrados por gobiernos autoritarios y antiliberales.
Según algunas líderes y defensoras de los derechos sociales, políticos y electorales de las mujeres en más de diez países, entre ellas Saskia Brechenmacher, cuya investigación se enfoca en el género, sociedad civil y gobernabilidad democrática; muestran que la pandemia ha generado cuatro riesgos y oportunidades para el desempeño político de las mujeres en la sociedad.
“Los gobiernos y los proveedores de asistencia deben actuar con rapidez para garantizar que la pandemia no provoque un endurecimiento de las estructuras políticas excluyentes. Los procesos políticos que reflejen las diversas experiencias de los ciudadanos y rindan cuentas a los grupos sociales marginados producirán respuestas pandémicas que mitiguen en lugar de profundizar las desigualdades sociales y de género”, asegura, Saskia Brechenmacher.
Riesgos ponen en peligro la participación electoral femenina
Sin dejar a un lado ninguna región, todas las mujeres se enfrentan principalmente a cuatro riesgos que sitúan en jaque la participación femenina en el plano político a medida que la pandemia sigue su rumbo.
No es un secreto que las crisis han traído como consecuencia la disminución de la seguridad económica de la mujer en general, haciendo que la mayoría vuelvan a desempeñar trabajos domésticos y de cuidados sin remuneración.
Según algunas estadísticas, en los Estados Unidos la fuerza laboral femenina ha disminuido más rápido que la de los hombres. Mientras que, según la ONU, en el sur y sureste asiático las mujeres tienen mayor probabilidad de realizar tares triples del cuidado de adultos y niños durante la pandemia, limitando el tiempo destinado a realizar cualquier otra tarea.
Esta situación aumenta la brecha de género existente dentro del poder financiero, además de consumir la cantidad de tiempo para que las mujeres puedan asumir papeles políticos dentro del plano social; esto como primer riesgo.
En segundo lugar, la paralización que han tenido que afrontar los principales entes políticos formales, los han llevado a realizar sesiones o prácticas políticas informales; esto ha conllevado a la generación de nuevas normas que favorezcan al grupo dominante.
En tercer lugar, las campañas electorales en línea y la participación de los usuarios trae consigo algunas desventajas tangibles para las candidatas y las votantes. En promedio, el género femenino cuenta con un acceso a internet más limitado, por ende, menos dominio de las plataformas online.
Por último, la pandemia ha opacado la participación y las acciones de las figuras políticas femeninas, debido a que gran parte de los agentes políticos de alto mando son hombres. Por lo tanto, el género masculino lidera los debates políticos, anuncios públicos y ruedas de prensa, a pesar de que las líderes ocupan el mayor índice de afecto social.
Fuentes
How the Coronavirus Risks Exacerbating Women’s Political Exclusion. De https://carnegieendowment.org