Jose Timarchi es un ingeniero industrial radicado en la ciudad de Lima. Compagina su profesión con su gran pasión, que es la música. Miembro del grupo musical Innfusion, e impulsador de varios proyectos artísticos. Nos comunicamos con él para someterlo a nuestras curiosas preguntas y conocer más de sus proyectos, amor a la música y sensibilidad social.
Bueno, yo de profesión soy ingeniero industrial y dentro de eso mi rubro de especialidad son los proyectos de consultoría e innovación. Ya llevo varios años entrando a empresas para ver qué problemas tienen y ayudándolas a salir de eso. En paralelo me dedico a la música desde los 8 años.
En mi colegio (Carmelitas) había clases de música como en varios colegios, y hubo un año, durante 1998 que un nuevo profesor decidió cambiar las flautas dulces por zampoñas (instrumento de viento típico de los andes) y me enganchó. Empecé mi camino musical a través de la música folclórica hasta que a los 14 a los empecé con la guitarra acústica y de allí armé mi bandita, fui sacando covers y los proyectos fueron evolucionando y madurando. Nunca deje de articular mis proyectos artísticos con mi profesión, actualmente soy miembro de Innfusion, una banda instrumental formada en el 2009 donde los instrumentos son siempre los protagonistas de las canciones, generando movimiento y emoción.
Yo creo que el factor clave es la constancia en el sentido de que en un trabajo de oficina los horarios están dados, pero en un proyecto artístico no, así que tiene que ver mucho con fuerza de voluntad para no dejar de hacerlo. Ya que muchos proyectos artísticos se terminan quedando atrás por el simple hecho de dejadez. A pesar de haber estado con mucho trabajo, podía haber dejado de tocar por una o dos semanas, pero siempre volvía para retomar. Creo que eso es muy importante. El hecho de ponerse horarios y organizarse es vital. Más allá de manejar dos cosas en paralelo, el tema es siempre mantener tus proyectos andando.
Ahora le estoy dando casi todo mi tiempo a The Jingo Project, un colectivo musical que manejo desde hace 5 años, que tiene como propósito esencial darle un espacio a músicos emergentes para que tengan su primera grabación y para que puedan tocar en vivo. Y así han sido más de 5 años de chamba, hemos generado más de 120 videos y hemos trabajado con más de 100 músicos en Lima y Arequipa. Y ahora con el tema de la pandemia tuve un giro en el proyecto y empecé a aplicar un poco mi experiencia en empresas tratando de aplicarlo a la música. Ahora estoy investigando aplicaciones de data science y de modelos de gestión para cambiar la industria musical localmente y ojalá que luego eso pueda expandirse. La pandemia está mostrando varias falencias en el sector cultural, así que he virado un poco el proyecto no solo a hacer música sino también a ver cómo cambiar la industria musical y que funcione como una industria verdadera.
A nivel personal no logro buscar algo para conmigo, yo simplemente disfruto hacer música y eso sucede cada vez que tengo oportunidad de tocar. Y para con los demás es simplemente compartir (con otros músicos) y hacer que la gente se acerque más a la música. Cuando es para mí es para disfrutar, y cuando es para el resto es para compartir.
¡Wow! Me encantaría y todavía sigue vivo, tocar con Quincy Jones. He visto su documental en Netflix hace poco y es un tigre de tigres. Que tal legado, es una leyenda viva. Ha trabajado con muchos músicos talentosos además de él mismo ser un gran artista. Además tiene una visión super amplia sobre la música, la cual es una fuerza transformadora de la sociedad. Sería un golazo tocar con él.
¡No! Eso está bien difícil, porque cada vez que pienso en super poderes, pienso en volar y aunque eso no tenga mucho que ver con la música de seguro que lo justificaría diciendo que puedo hacer entradas magistrales llegando desde el cielo a cualquier escenario. No sé si tenga que ver mucho con música, pero definitivamente me quedo con volar.
(Risas) Hay una lista bien grande, pero se me está pasando por la cabeza Salt Bae, un cocinero turco que cocina carnes. Sería locazo que le guste lo que hago y que terminemos haciendo un video con él echándole sal a la carne.
Me dejas pensando porque inmediatamente pienso en que debo escoger una canción favorita y pues no tengo una. Sin embargo escogería una canción que pusieron en el concierto de despedida de George Harrison cuando falleció, que se llama “I will see you in my dreams”. Una canción hermosa con solo voz y ukelele.