“Isis. El retorno de la Yihad”, de Patrick Cockburn

Un mundo en el que cualquier miliciano puede tomar a una niña mayor de 9 años como esposa. Si una persona roba le será cortada la mano; pero si el robo se hizo con un arma, la pena es la crucifixión. Si alguien comete pecado, será apresado de inmediato, si la sharía (la ley del Corán) determina que el pecado cometido es una traición a ISIS será decapitado en una plaza pública ¿Qué mundo es este?

La verdad sobre ISIS, no es un guión para una serie de TV, es la vida real. Este es el mundo que conocen quienes están bajo el control de la organización yihadista de mayor importancia que intenta tomar físicamente control de territorios en Oriente Medio y que persigue a todo aquel que no esté sometido a sus creencias.

¿Quiere saber sobre la llamada Guerra Santa? “Isis. El retorno de la Yihad”, es el título de un libro escrito por Patrick Cockburn, en el que hace conocer una realidad que va más allá sobre lo que se alcanza a ver en medios de comunicación.

Cockburn es un periodista irlandés que trabajó para el Financial Times y para The Independent. Es un conocedor de la dinámica del Medio Oriente, donde trabajó por 40 años. Si alguien puede contar, con fuentes muy bien documentadas, sobre el impacto de una organización como ISIS, es él.

Todo empezó en el segundo semestre de 2013. Los yihadistas, fieles que se esfuerzan en transitar el camino de Dios, tomaban una ventajosa posición armada en Siria. Isis, que anteriormente era Al Qaeda, aumentaba su poder. Comenzando 2014 tomaron Faluya y el gobierno no pudo recuperarla ¿Cómo un grupo no podía ser derrotado por un gobierno que contaba con un ejército?

Y empiezan a surgir datos que van dejando ver las costuras al problema. De las 15 divisiones que enviaron a Anbar, 5 habían sido enviadas a luchar solo con 4 cartuchos de municiones. De buena fuente el autor supo que los soldados pasaron hambre, el dinero fue malversado por los comandantes. Bajas y deserciones marcaron las campañas. A mediados de año, el grupo tomó Mosul y no hubo resistencia alguna ¿Qué estaba pasando?

Había comentarios de que los comandantes del ejército de Irak, compraban sus jerarquías militares, con la intención de hacer dinero estafando y sobornando. El rumor, era más que eso, era una terrible verdad y mientras los soldados desertaban, sus generales huían vestidos de civil.

La estrategia fue desconcertante para el mundo, ISIS había mostrado que militarmente estaban muy bien preparados y habían atacado puntos débiles.

Aunque el autor no entra en el terreno de lo que es políticamente correcto o no, deja saber que Estados Unidos, después del ataque a las Torres Gemelas, se lanzó contra los enemigos equivocados. Cockburn, señala que mientras se daba trato de estados hostiles a Irak y Afganistán, a Arabia Saudí y a Pakistán, que estaban más comprometidos con la causa de Al Qaeda, se les dieron libertades.

El autor es enfático al asegurar que mientras no haya un reconocimiento por parte del gobierno americano, de que estos dos últimos países mencionados son de los mayores promotores del islamismo extremista, será muy poco lo que se pueda avanzar para comenzar a ganar la batalla en contra de los yihadistas.

En la obra, el autor encara a el tratamiento que le dan los medios de comunicación occidentales a la situación. Manifiesta que no hay un seguimiento a lo que representa este movimiento tan peligroso para el mundo.

Considera que las noticias relacionadas son itinerantes, que no se va al fondo del asunto y que no se le da la debida atención. Es muy directo al afirmar que no es un enfrentamiento entre musulmanes, que es un enfrentamiento con todo aquello que no esté alineado con su percepción del mundo.

Cockburn, indica que lo que sucede en Siria es un ejemplo de lo que en realidad sucede. Occidente interviene en el conflicto y le inyecta el dinero necesario para que quienes luchan contra Bashar al Assad, se arme; sin embargo, ISIS se queda con esas armas ¿Qué puede hacer la población? ¿Es una ayuda en realidad? Los ciudadanos están entre la espada o el precipicio. ¿Preferirán la tiranía de al Assad o a los islamistas extremistas que controlan todo con dolor y muerte? La población prefiere a quien puede infringirle menos daño y ese es el dictador Bashar al Assad, contra quien lucha occidente.

La violencia de ISIS solo es comparada por el autor, con la que los Jemeres Rojos, el régimen que mató a 1,7 millones de personas en solo 4 años, llevaron adelante en Camboya. En su caso para defender una idea utópica, la de una estructura agraria sin clases.

No solo es un problema del Medio Oriente.

La dimensión del problema con ISIS parte de la premisa de que es un movimiento que quiere ser perdurable, que como ningún otro ha logrado controlar espacios físicos importantes. Se autofinancia, a diferencia del modo de operar de otros movimientos, que básicamente eran y son financiados por factores de poder.

Los medios para llegar a audiencias vulnerables para alinearlas y ganar adeptos son más diversos, como youtube, por ejemplo, donde el primer terrorista youtuber, Abdelilah Himich, enseña en sus tutoriales cosas como; la forma de acuchillar a un rehén o cómo hacer una bomba en la cocina de la casa.

Tal vez muchos niños y adolescentes estén siendo influenciados por estos extremistas, con la intención de hacer que cometan atentados en los lugares donde viven, no se trata de Oriente Medio, ISIS busca llevar su guerra contra todos.

Hay más radicales que islamistas afirman algunos expertos, como el periodista español Javier Lesaca. Este, también investigador del tema ISIS, revisó 1.320 videos de Daesh (ISIS) y pudo darse cuenta que guardan mucha relación con video juegos que son muy populares en occidente y no son mezquitas lo que más abunda.

America’s Army, que es usado para captar candidatos para la fuerza armada estadounidense o el famoso, Call of Duty Black Ops, son de los juegos modificados y sustituyen a los militares norteamericanos por milicianos terroristas, así promueven su movimiento.

El libro “Isis. El retorno de la Yihad”, es un documento que es recomendado para apreciar la verdadera magnitud de lo que significa el regreso del movimiento yihadista al escenario mundial.

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