Los enigmáticos retratos Afro de Lynette Yiadom-Boakye

La aclamada artista londinense Lynette Yiadom-Boakye está revolucionando el mundo de la pintura moderna a través de sus cuadros de figuras ficticias. Debido a la constante escalada de racismo que invade a los principales países occidentales, sus retratos de personajes afrodescendientes le otorgan a esta lamentable grieta étnica un necesario alivio. Exponiendo en las más prestigiosas galerías de arte moderno de todo el mundo, esta singular artista ha conseguido destacarse en un estilo artístico que siempre fue dominado por el hombre blanco.

La convivencia racial está atravesando tiempos tumultuosos en el Reino Unido, en donde las marchas por el Black Lives Matter chocan permanentemente con organizaciones de extrema derecha. Mientras muchos afrodescendientes británicos luchan para que la sociedad de este país respete plenamente sus derechos, una joven artista negra continúa presentándole al mundo sus pinturas que desafían toda convención posible.

Lynette Yiadom-Boakye es una pintora cuyo talento la ha hecho merecedora de numerosos premios, nominaciones y elogios, tanto por parte de la prensa especializada como de sus colegas. Si bien ella nació 31 años atrás en la ciudad de Londres, sus padres son inmigrantes ghaneses, por lo que su éxito cobra aun mayor trascendencia dentro del arte afrodescendiente del Reino Unido. Sin embargo, es el singular estilo artístico que Yiadom-Boakye domina con inigualable calidad lo que la convierte en una verdadera gema de la pintura moderna internacional.

El arte figurativo es una rama de la pintura que tuvo se época de esplendor durante el período que abarca al Renacimiento hasta llegar al siglo XIV. Se trata de un estilo muy utilizado por gran parte de los Viejos Maestros, tales como Alberto Durero, Miguel Ángel y Leonardo da Vinci y el cual básicamente se enfoca en retratar la realidad humana lo más fielmente posible.

Muchos de estos afamados pintores comparten con Yiadom-Boakye la representación al óleo de personas, aunque la artista londinense se destaca por dos grandes diferencias: todos sus personajes son afrodescendientes y se han originado exclusivamente a partir de su inagotable imaginación.

Mientras los maestros del arte figurativo más clásico se ocupaban en pintar a ilustres personajes de la aristocracia del Viejo Mundo, Lynette Yiadom-Boakye se especializa en representar a la comunidad afrodescendiente. A pesar de que las figuras que ella decide trasladar al lienzo son totalmente ficticias, éstas impactan por su poderosa humanidad e insondables motivaciones.

La técnica que utiliza Yiadom-Boakye les otorga a las figuras que pueblan sus cuadros una apariencia atemporal y melancólica. Si bien sus pinceladas al óleo utilizan colores apagados y no buscan sobrecargar a la obra con detalles, es en esta simpleza en donde radica su enigmático mensaje: sólo bastan las sombras y los contornos justos para invitar al espectador a reflexionar sobre la imagen representada. Las posturas, los gestos y las expresiones faciales de los personajes retratados por Yiadom-Boakye resultan ser tan humanos que resulta sorprendente que éstos no se traten de personas reales.

La joven artista londinense asegura que la improvisación cumple un rol fundamental en sus creaciones, las cuales ella es capaz de finalizar en tan sólo un día. Comenzando con una estructura formal, Yiadom-Boakye luego deja que su inspiración dirija su pincel y le dé forma a cada uno de sus cuadros, los cuales mayormente muestran a hombres y mujeres en una actitud de reposo.

Tal es el caso de Repose III (2017) que, con su protagonista descansando plácidamente en un sillón, representa la actitud característica que adoptan la mayoría de sus personajes. Sin embargo, un buen número de ellos también suelen mostrarse en movimiento y de una manera tan natural que asemejan a una fotografía.

En Willow Strip (2017), por ejemplo, dos mujeres bailan tomadas del brazo con gran soltura mientras se miran a los ojos sonriéndose cálidamente. Los económicos trazos de pintura nos recuerdan que, muchas veces, las pinturas más evocativas son aquellas que prescinden de los detalles exagerados.

Si algo distinguen a los individuos creados por Yiadom-Boakye, son sus inescrutables expresiones. Es el caso de Mercy Over Matter (2017) ya que, si bien su personaje principal se dedica simplemente a observar a un pequeño pájaro que reposa sobre su dedo índice, es prácticamente imposible determinar lo que este individuo está pensando.

Los retratos de Lynette Yiadom-Boakye se enfocan en resaltar el carácter simple y cotidiano del ser humano, desprovistos todos ellos de las pretensiones y pomposidad que siempre distinguió al arte figurativo clásico. Probablemente, lo más destacable de sus cuadros sea el hecho de que todos sus protagonistas son afrodescendientes, una cuestión que le otorga a esta talentosa pintura una cualidad única y hasta necesaria.

El empeño de Yiadom-Boakye por retratar exclusivamente a individuos de su misma etnia le ha valido merecidos elogios, aunque no todas las opiniones han resultado ser positivas. La propia pintora admite que sus obras pueden invitar a algunas personas a considerarlas como politizadas, aunque ella misma asegura que su punto de partida siempre ha sido la relación que existe entre sus personajes con el lenguaje de la pintura.

Su pasión por las artes plásticas sólo encuentra comparación con su avidez por la lectura y la escritura. Este es un hecho que puede notarse claramente al repasar los títulos de sus cuadros, los cuales son tan intrigantes como los hombres y mujeres que son allí retratados. Lejos de tratarse de simples descripciones de cada uno de ellos, la artista dota con aún más más oscuridad el trasfondo de sus personajes.

Otorgándole a cada una de sus dos ocupaciones el lugar que le corresponde, ella manifiesta que escribe sobre lo que no puede pintar y pinta sobre lo que no puede escribir.

Además de haber sido la ganadora del premio Carnegie Prize del año 2018, Yiadom-Boakye estuvo muy cerca de recibir el Turner Prize, una de las distinciones más prestigiosas del mundo artístico internacional. Actualmente, la carrera de esta joven pintora continúa en continuo ascenso, presentando gran parte de su colección en la afamada Tate Galerie de Londres. Su talento no sólo es elogiado, sino también extremadamente bien compensado, ya que varios de los cuadros de esta artista se venden en el catálogo de Sotheby´s en un precio que comienza en los U$D500 mil y llega alcanzar el millón y medio de dólares.

Luego de pasar décadas enteras siendo utilizados como simples y pintorescos adornos en el mundo de la pintura occidental, la artista Yiadom-Boakye coloca a la comunidad afrodescendiente en el centro de la escena. Sus enigmáticos personajes rebosan de estilo y humanidad, realizando actividades de la vida cotidiana que –paradójicamente- resultan ser misteriosamente interesantes.

Quizás, a través de su interés natural por retratar a personajes afrodescendientes en un estilo antiguamente dominado por artistas caucásicos, esta talentosa pintora pueda llevar un necesario mensaje integrador a la brecha racial que existe actualmente en el Reino Unido.


Fuentes
McGreevy, N. (3 de Diciembre de 2020). Stunning Paintings of Fictitious Black Figures Subvert Traditional Portraiture. Smithsonian Magazine. Obtenido de https://www.smithsonianmag.com/
Laster, P. (2 de Mayo de 2017). Lynette Yiadom-Boakye talks about creating fictional characters through portraiture. TimeOut. Obtenido de https://www.timeout.com/

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