
Segunda ola trajo más violencia
La situación de las niñas y mujeres en los refugios es cada vez más peligrosa, según ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados).
La violencia física, incluida la sexual y psicológica contra las mujeres, aumentó durante la primera ola de la pandemia del Covid 19; pero esta, la segunda ola trajo más violencia y se está convirtiendo en una verdadera tragedia humanitaria.
Filippo Grandi, autoridad de ACNUR, ha indicado que es muy preocupante lo que dicen los informes sobre el riesgo que tienen las mujeres y las niñas que están en campos de refugiados de sufrir violencia de género, están siendo explotadas sexualmente, son usadas para la trata y el matrimonio forzado.
Un refugiado es una persona que solicita asilo en un lugar distinto al que nació y lo hace por distintas razones. Entre ellas se pueden mencionar la persecución política, religiosa, la guerra y la persecución de género, esta última en particular, tiene que ver con el asunto de este escrito.
Solo por el hecho de ser mujer, se puede tener que recurrir a la solicitud de un asilo y mientras esto se aprueba tiene que vivir como refugiada. Ellas huyen de las violaciones hechas por sus parejas y alcahueteados por sus sistemas de gobierno, que las ven como personas de segunda categoría.
Huyen de ser forzadas a casarse con alguien con quien no quieren hacerlo, huyen para no sufrir mutilación genital, huyen porque son tomadas a la fuerza y usadas para la explotación sexual.
Los llamados desplazados dejan todo atrás y se van en la búsqueda de un mundo mejor, están escapando de la injusticia, de la violencia. Al llegar a otros países, los que lo logran, se mantienen en pie por la esperanza; pero después de travesías tortuosas y una espera que debe hacerse en un lugar de refugio establecido por el gobierno del país al que llegan, el martirio es otro, uno que tiene que ver con las terribles condiciones de muchos campos de refugiados, sobre todo los más grandes.
Si se ve por ejemplo, un refugio de Berlín es muy distinto ver a uno en Lesbos, donde se encuentra el peor de todos los campos de refugiados del mundo, el Moria. En Berlín se pueden conseguir refugios en donde se comparte una habitación con otra persona; pero en Moria, la realidad es aterradora.
Este refugio está en la isla de Lesbos, en Grecia y se hizo ara 3 mil personas, para julio de 2020 habían 20 mil, aunque algunas fuentes hablan de cifras que están alrededor de los 10 mil.
Las mujeres reciben ataques físicos, incluso en los baños, los intentos de violación son frecuentes según manifestaron a euronews algunos refugiados, peleas están a la orden del día, muertes, basura, hay que hacer filas o colas por horas para recibir la comida, las condiciones sanitarias son muy precarias, según lo indica Médicos sin fronteras.
Se llega por unas semanas o hasta que acabe la guerra en el país de donde vienen, la realidad es que pueden pasar años refugiados.
Algunos campos se han convertido en ciudades pequeñas, con todos los servicios, llegar a uno de ellos es la esperanza que tienen cientos de miles de refugiados en el mundo.
La tormenta perfecta
El Covid 19 trajo consigo contención en un inicio, luego el confinamiento, con las conocidas restricciones de movimiento y una deprimida situación financiera, elementos que ponen en puertas una tormenta perfecta.
Si antes del coronavirus la situación era difícil para las mujeres refugiadas, ahora es mucho peor.
Datos de ACNUR, ONU y ONG’s (organizaciones no gubernamentales), recopilan información y emprenden campañas para conseguir los recursos necesarios para poder financiar programas de prevención de violencia femenina, responder a la crisis que sufren en los campos de refugiados además de darles asistencia jurídica y psicológica.
En Camerún según ACNUR, desde que comenzó la pandemia, el 26% de los casos de violencia de género involucran a niños. En la República Centroafricana, cada hora se registra un incidente de violencia de género y eso es solo lo que se registra.
Bangladesh, es otro de los lugares mencionados en los informes de violencia de género del organismo. El 42% de los refugiados manifestaron que las mujeres y las niñas vivían más inseguridad dentro de sus habitaciones desde que comenzó la pandemia.
En Colombia, en América Latina, el aumento de las llamadas por denuncias de violencia doméstica alcanzó el 153%. En ese mismo país, los refugiados venezolanos vieron un aumento en violencia de género del 40%.
La realidad actual de los refugiados, en especial de las mujeres, quienes sufren por partida doble los embates del Covid 19, necesita del apoyo de todos los que contamos con estabilidad, incluso durante la pandemia.
Ante las escasas oportunidades de conseguir un trabajo, una mujer tiene más posibilidades de caer en la pobreza, en la indigencia. Eso las hace más vulnerables. Ellas deben cuidar del hogar, incluyendo el cuidado de los niños y ancianos ¿En qué tiempo pueden trabajar?
Por otro lado, la misma situación financiera, que sus parejas se hayan quedado sin empleo y que en tan indeseable ambiente tengan que quedarse juntos todo el día, se convierte en un caldo de cultivo para que sufran violencia doméstica.
Los gobiernos deben invertir ingentes cantidades de recursos financieros para hacer frente a la pandemia; pero al mismo tiempo se debe atender a los refugiados ¿Quiénes tendrán prioridad? ¿Quiénes necesitan más?
Arrendar una carpa por mes, puede costarle unos 2 millones de euros a un gobierno, local o federal, en el caso de Alemania. Ante la abrupta cantidad de refugiados los gobiernos hacen grandes esfuerzos, el Covid hace que haya menos recursos para dirigirlos a esta emergencia. Europa está entre los países que reciben más refugiados en el mundo y también de los que viven mayores desafíos con la pandemia.
Ojalá, más nos integremos para ayudar, desde sus diferentes roles, a estas personas que tanto lo necesitan.
Fuentes
En este escrito expreso mis reflexiones sobre el tema de la violencia contra las mujeres en los campos de refugiados. En esta oportunidad me he inspirado en el artículo “UNHCR warns second wave of COVID pandemic driving further violence against refugee women and girls” publicado en unhcr.org.
Fuentes: Dw.com, elpaís.com, euronews, lavanguardia.com y ACNUR.