
La Generación Igualdad, al frente del feminismo latinoamericano
Si bien el año 2020 resultó ser económicamente trágico para millones de personas alrededor del mundo, fueron las mujeres quienes debieron enfrentar otra nefasta condición derivada de la pandemia: los feminicidios. Este es un hecho más que se suma al resto de las dificultades cotidianas que ellas deben resolver, en muchos casos, solas: desocupación, discriminación y atropellos de todo tipo. En el caso particular de Latinoamérica, la campaña Generación Igualdad continúa su lucha para visibilizar los hechos de injusticia y violencia de género que aquejan a toda la región.
Ya se cumplieron 25 años desde la creación de la Plataforma de Acción de Beijing, un compromiso mundial que se adoptó en el año 1995 por 189 gobiernos de todo el mundo. Más de diez metas se plantearon allí para resolver de manera activa la desigualdad que sufren las mujeres en distintas esferas de la vida, entre ellas: pobreza, salud, medio ambiente, derechos humanos, economía y violencia.
Desgraciadamente, este último punto ha sido uno de los más difíciles de resolver a lo largo de la extensa historia de inequidad de género que padecen la mayoría de los países del mundo.
El problema principal radica en que, a diferencia del resto de las cuestiones a las que apunta resolver este programa, la violencia que sufren a diario miles de mujeres se da a lugar en sus hogares. Y este es un ámbito en el que ningún Estado puede ejercer control efectivo alguno, sobre todo en regiones en vías de desarrollo como Latinoamérica.
Peor todavía es el hecho de que, a lo largo de la historia, en la mayoría de estos países la violencia familiar fue provocada o –al menos- tratada con indiferencia por sus propios gobiernos.
Durante la desaparición de personas a cargo de la dictadura militar de los años 70s en Argentina o los masivos feminicidios ocurridos en la localidad mexicana de Ciudad Juárez durante la década de los 90s, en cada una de estas difíciles situaciones siempre fueron las mujeres quienes se movilizaron por conseguir una justicia que siempre llega a cuentagotas.
De acuerdo a un informe de 2018 a cargo de las Naciones Unidas, Latinoamérica cuenta con una tasa de feminicidios de 1,6 cada 100 mil habitantes, lo que la convierte en la región mundial más letal para las mujeres después de África. Esta situación ha generado una ola feminista que, respaldada por la organización ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, trabaja para mejorar la seguridad y calidad de vida de las mujeres de la región.
La campaña Generación Igualdad es llevada adelante por las Naciones Unidas y, desde su inicio a mediados del año 2020, se propone reunir a las próximas generaciones de activistas en favor de los derechos de las mujeres.
La actual Directora Regional de la organización ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, la uruguaya María Noel Vaeza, asegura que esta campaña busca transformar una realidad llena de discriminación y violencia femenina.
ONU Mujeres nació con el objetivo de otorgarle a las movilizaciones feministas callejeras un vehículo institucional más organizado y con el gran peso político que poseen las Naciones Unidas. A través de Generación Igualdad, las mujeres de Latinoamérica cuentan con un mayor respaldo para que sus reclamos de “Ni una menos”, “Todas vivas las queremos” y otros gritos de protesta lleguen a toda la sociedad.
Esta se trata de la cuarta ola de una corriente feminista que nació en los EEUU a principios de siglo pasado con el movimiento sufragista. La segunda ola –o feminismo radical- surgió en la década de los 60s hasta llegar a los 80s y se destacó por reclamar por las inequidades culturales y políticas de la época.
La tercera ola, la cual comienza a mediados de los 90s, cuestionó y redefinió los preconceptos de belleza, género y sexualidad –entre muchas otras- dentro de la corriente feminista. La cuarta ola nace alrededor del año 2012 y llega hasta nuestros días. Se trata de un movimiento de mujeres que, además de buscar el empoderamiento femenino, se integra a otros movimientos marginalizados como el de las minorías raciales.
La Generación Igualdad se destaca por su espíritu combativo, así como su solidaridad con todo tipo de luchas que nazcan de la injusticia y la inequidad. Por otro lado, también es interesante notar que les permite la inclusión a sus pares masculinos, buscando integrar en sus reclamos a todos aquellos hombres que quieran acabar con la opresión de una sociedad patriarcal. En este sentido, la cuarta ola feminista demuestra ser tan combativa como tolerante.
Con relación a los efectos que tuvo la pandemia de Covid-19 en la violencia de género, Latinoamérica es un reflejo de lo que ha estado sucediendo en el resto del mundo hasta el momento. Las Naciones Unidas la llaman “La Pandemia en las Sombras” por una buena razón.
Ya previamente al comienzo de ésta, los abusos contra las mujeres –tanto en el ámbito doméstico como en el laboral y callejero- mantenía un alarmante ritmo de crecimiento. 1 de cada 3 mujeres en todo el mundo afirma haber experimentado hechos de violencia física o sexual durante sus vidas.
Pero, a partir de la diseminación masiva del coronavirus, esta difícil problemática pasó a un segundo plano, dedicándose los recursos necesarios para combatirla a la contención de la pandemia. Además del riesgo constante de tener que confinarse permanentemente en sus hogares con su agresor, las mujeres ya no contaban con los canales adecuados para hacerle frente a esta situación.
Durante los primeros meses del año 2020, los llamados a las líneas de denuncias por violencia de género aumentaron dramáticamente en toda Latinoamérica. Esta es una situación que no puede justificarse por ser el resultado del malestar causado en aquellos hombres que perdieron sus trabajos y vieron desplomarse sus ingresos económicos.
Sin embargo, los reclamos de la Generación Igualdad no se enfocan solamente en casos de violencia de género. La Directora Regional de ONU Mujeres asegura que las inequidades femeninas en cuanto a empleo serán más devastadoras de lo esperado: se espera que más de 100 millones de mujeres latinoamericanas se encuentren a la búsqueda de un trabajo que finalmente no van a encontrar.
Este último dato se suma a la multitud de reclamos que Generación Igualdad intenta hacer llegar a las autoridades de cada país de la región. De acuerdo a María Noel Vaeza, la misión de esta campaña –así como la de toda su organización- es la de concientizar a una sociedad que se encuentra dominada por un pensamiento profundamente patriarcal.
Recientemente, los movimientos feministas de Latinoamérica tuvieron su día de gloria con la legalización del aborto en la República Argentina, una cuestión que –además de ya haberse implementado en Uruguay- muchas militantes esperan se imite en los países vecinos.
Teniendo en cuenta que esta victoria nació del coraje de miles de mujeres que decidieron romper con la pasividad y salir a las calles para que su voz sea escuchada, seguramente se trata de tan sólo la primera de muchas más.
Fuentes
Sobero, Y. (25 de Noviembre de 2020). Una nueva generación impulsa la ola feminista en América Latina. RTVE Noticias. Obtenido de https://amp.rtve.es/
Vaeza, M. N. (27 de Noviembre de 2020). Addressing the Impact of the COVID-19 Pandemic on Violence Against Women and Girls. United Nations. Obtenido de https://www.un.org/
Acerca de ONU Mujeres. (s.f.). ONU Mujeres. Obtenido de https://lac.unwomen.org/