
I Hate Men de Pauline Harmange

En este libro está completamente permitido odiar a los hombres como un derecho, es parte del enunciado que se puede leer entre líneas, esta obra escrita Pauline Harmange ha sido envuelta en una serie de críticas tanto positivas como negativas. Por un lado, las líderes feministas y activistas que aprecian el tono de la misma, por otro, aquellos que lo catalogan como defectuoso.
Usualmente la mayoría de las obras literarias se caracterizan por expresar sentimientos que las personas se niegan a sacar la luz, esto por las repercusiones que pueden llegar a ocasionar en los espectadores.
Hombres, los odio, es un título muy perspicaz con el que la autora Pauline Harmange ha nombrado a este ensayo feminista, que busca respaldar el rechazo hacia los hombres como un mecanismo plenamente natural de defensa contra el atropello hacia las libertades femeninas.
Fuera de lo que muchos estarán pensando, la autora no busca sembrar minas en la tierra como una forma de ataque hacia las corrientes que defienden el feminismo, sino que plantea una nueva manera de enfrentarse a la sociedad, mostrando un sentimiento que más de una mujer en el mundo mantiene reprimido dentro de sí.
Acusada y censurada
Aunque fue acusada de difundir discursos de odio, los artículos de este libro fueron publicados por una pequeña editorial francesa llamada Monstrograph, sin embargo, se estimó que las ventas de esta obra fueran moderadas, por lo que solo se imprimieron 400 ejemplares.
Pero luego de su publicación, los funcionarios del gobierno francés exigieron su eliminación de los anaqueles de venta, amenazando a los editores con emprender acciones legales si no se ejecutaba esta orden; superando cualquier expectativa, estas acciones posicionaron esta obra entre las más vendidas del país, agotando su existencia en pocos días.
En palabras de Harmange, este tipo de acciones usualmente se dirigen a cualquier tipo de trabajos o publicaciones feministas para reprimir y silenciar a las mujeres que se encuentran en una búsqueda constante de la atención de la sociedad, hacia los problemas que giran en torno a ellas.
La ira no debería ser reprimida, y eso es algo que nos queda muy claro en este libro, aunque en muchos casos esta puede venir acompañada de violencia. La historia nos enseña que en algún momento los oprimidos se deben enfrentar a sus opresores.
Por lo tanto, sugirió no ocultarlo, más bien ¿por qué no poseerlo? Insiste la autora en este ensayo, los problemas de la violencia doméstica y el asesinato de mujeres muestran que la misoginia daña los intereses de las mujeres; mientras que el sufrimiento y los ataques siguen ocurriendo diariamente en un mundo lleno víctimas y dominado por hombres.
Validando su hipótesis
Además de compartir estadísticas sobre mujeres violadas, golpeadas o asesinadas por hombres (quizás el único estudio confiable de este libro), también critica a los hombres por robar los pensamientos de las mujeres y hablar de ellas; decirles objetivamente cómo vestirse y no soportar su tareas domésticas y carga emocional.
Aunque para entender la posición de la autora, ante las estadísticas es necesario saber el origen de Hombre, los odio. Para el 2019 Harmange comenzó a bloguear sobre el agotamiento feminista. Luego de graduarse en comunicaciones, un año antes del mismo trabajó como escritora independiente.
Este blog se convirtió en una especie de tesis personal donde cubre temas que van desde el cuidado personal hasta la protección del medio ambiente, lo cual le costó seguidores, pero continúan ayudándola a sobrevivir a través de Tipeee, un tipo de servicio de apoyo colectivo similar al Patreon.
Fue en este período cuando Martin Page y Coline Pierré quienes se desempeñan como editores de Monstrograph, vieron el blog y le pidieron que la convirtiera en una obra literaria.
Para Harmange, quien además es voluntaria en la Asociación de Apoyo a Víctimas de Violación, el dolor y la ira se convirtieron en unos de los conceptos que mejor han expresado su frustración con la violencia estructural de género que se vive en la actualidad.
Parte de su indignación es irónica: señaló que era la hipocresía de una mujer que se casó con un hombre que “amaba mucho” y aceptó que muchos de nosotros tendríamos a nuestros amados padres, hermanos y maridos.
Un lugar en el infierno para ellos
Es importante hacer referencia que la autora en algunos fragmentos del libro, señala que los hombres en su vida no han sido perfectos, sin embargo, ella tampoco ha sido perfecta; en definitiva, esto indirectamente muestra los defectos coyunturales de ambos géneros.
“Odiar a los hombres y todo lo que representan es absolutamente nuestro derecho. Es un estado de ánimo que no nos amarga ni nos hace sentirnos solos, contrario a lo que el patriarcado quiere hacernos creer. Creo que odiar a los hombres abre las puertas al amor por las mujeres (y por nosotros mismos), en todas las formas que puedan tomar”, fragmento del ensayo de Harmange.
Sin embargo, en otros lugares del libro, reserva correctamente un lugar especial en el infierno para los hombres que se consideran feministas, pero que no ayudan activamente a las mujeres a luchar por la igualdad de género.
“Es bien sabido que no todos los hombres son violadores, pero casi todos los violadores son hombres y una realidad muy latente es que casi todas las mujeres han sufrido o sufrirán alguna forma de violencia. Aquí es donde radica el problema. Esta es la raíz de nuestro odio y desconfianza” expresa Harmange.
¿Quién se encuentra detrás de este ensayo?
Pauline Harmange es una bloguera de 25 años de la localidad de Lille, Francia, sin duda habría encontrado almas gemelas entre las sufragistas británicas que, al considerar que la protesta cortés era ineficaz, adoptaron la violencia como táctica necesaria.
Su éxito más grande ha sido hasta el momento Hombres, los odio, esto significó que después de mucho tiempo pudiera pagar sus deudas; Harmange dijo que, por primera vez en años, no se ha preguntado si debe regresar a vivir con sus padres, pues su obra la sacó a flote luego de una situación económica dura.