
Shuggie Bain de Douglas Stuart

Algunas personas están acostumbradas a leer novelas ambientadas en unas décadas atrás, esto por el brillo y el matiz que ofrecen sus escritores; sin embargo, Douglas Stuart ofrece con Shuggie Bain una historia completamente desgarradora, ambientada en la Escocia de los años 1980, un debut que lo catapultó a la cima.
Las obras ambientadas en escenarios rústicos usualmente suelen ser atractivas para algunos lectores que buscan salir de lo convencional. Sin embargo, para los autores, suele ser un poco complicado detallar estos escenarios, más si estos se encuentran divagando en la franja del dolor y la tristeza en medio de una trama desgarradora.
Shuggie Bain es una novela que narra una historia muy desgarradora, de un joven que revive su infancia trágica, con una madre escocesa que a medida que el lector avanza en la trama percibe diferentes facetas de la misma; por un lado, una amable y maternal, y por otro, una donde lucha contra sus propios demonios.
Su padre será otro de los personajes que atraerá la atención de los lectores, muestra la personalidad de un hombre muy encantador asediado por impulsos violentos y un lenguaje engatusador.
Douglas Stuart, autor del libro se caracteriza por manifestar una forma de escritura completamente asombrosa para describir la vergüenza que gira en torno a la pobreza, con un estilo desgarradoramente magnífico para plasmar la infancia del joven Shuggie.
Una novela que debutó de una vez en la cima
En el mercado literario, pocas veces un escritor en su primer lanzamiento se dirige a la cima, sin embargo, Stuart lo logra a la perfección, algunos críticos han halagado la forma en la que este estadounidense muestra las raíces no comprobadas de un pasado escocés.
Siendo muy bien recibido por los lectores, quienes aseguraron que el autor sabe envolverlos en una trama cargada de lazos familiares, sexualidad en su máximo esplendor y violencia en su más profundo concepto.
Aunque el libro básicamente lleva el título del joven protagonista, será imposible no pensar que su madre, Agnes, también cuenta con un grado de protagonismo que no se puede ignorar o dejar por sentado.
Todo empieza con una escena antes de la regresión
La novela se encuentra ambientada en un escenario de la década de 1990, cuando Shuggie era un adolescente que se ganaba la vida solo en una habitación y soñaba con ir a una escuela de peluquería, mientras trabajaba en el mostrador de un supermercado sucio.
Luego de unas cuantas páginas retrocedemos unos diez años, hasta el año 1981, cuando Shuggie aún era un niño y vivía en un apartamento cercano con sus abuelos, su hermano Leek, su hermana Catherine y su madre.
En cuanto a su padre, conocido como Big Shug, quien se desempeña como taxista. Podemos ver la vida de un protestante, en medio de una familia política de tendencia católica; con esto ya el autor nos devela que existirán problemas, al menos en el campo religioso.
Es una persona que a medida que lo vamos conociendo, sacará a flote una personalidad seductora, que lleva a los lectores a manifestar cierta afinidad con él, cuando muestra un trato encantador; pero todo se tornará confuso cuando el autor muestra a un padre significativamente violento.
A medida que vamos desentrañando la historia iremos perdiendo esta afinidad que el autor busca sembrar al comienzo de la trama, pero finalmente la desestima, al grado de sentirse impotente ante sus acciones, una personalidad autoritaria, conservando un ligero encanto agridulce.
Agnes: una mujer que lucha contra sus demonios internos
Agnes se compadece profundamente: simplemente salta entre las páginas de este libro, jugando con su propia personalidad y vida; pasando de la rutina que gira en torno a la maternidad, un violento marido y su propio demonio interno, que son las bebidas alcohólicas.
Se siente molesta, linda, frágil y resistente, tiene grandes ambiciones para los niños y recuerda vívida y dolorosamente la sensación de ser joven, bailar y ser amada.
Dado que Big Shug duerme todo el día y conduce un taxi durante la noche en la carretera, lo cual es tan importante como rascarse mientras se gana la vida; Agnes y su hijo pequeño irán forjando un vínculo fuerte y complejo en medio de cada situación que se presenta.
Partiendo de una escena en la que Agnes borracha, abraza a Shuggie, cuando la habitación en la que estaban explota en llamas mientras ellos aun permanecen ahí; aprendimos que el destino de Shuggie dependerá de los impulsos autodestructivos de su madre y su lucha por superar los mismos.
Mostrando una profunda crítica política en medio de sus páginas
Algunos lectores han considerado que Stuart plantea una crítica muy contundente sobre la política anglosajona de esos años, cuando la influencia del thatcherismo asediaba la sociedad de Glasgow, que se había convertido en un lugar donde “la gente se pudre en el sofá por falta de trabajo decente”.
Esta novela está llena de sabiduría; la vergüenza y la pobreza convergen en un estímulo de dignidad que se vuelve casi innecesaria pero que, en definitiva, mueve a sus personajes hacia un futuro no muy lejano dentro de la trama.
Con respecto a la infancia y el creciente atractivo sexual de Shuggie, para él no resulta una situación fácil de tratar; muy pronto se da cuenta que es diferente a los otros niños en la granja, lo cual resulta desgarrador para todos aquellos que deciden sumergirse en la vida de esta familia.
Con el crecimiento de Shuggie y el declive de Agnes, inevitablemente hay un cierto sentimiento en la historia, pero esto no la hace predecible. En cambio, el lector permanece en cada página fascinado, esperando desesperadamente que el niño y su madre escapen de la doble trampa que le ha impuesto la vida, la pobreza y el alcoholismo.
Una mente desgarradoramente prodigiosa tras Shuggie Bain
Douglas Stuart es un reconocido escritor y diseñador de modas, de ascendencia escocés-estadounidense. Gracias a su primera novela titulada Shuggie Bain, obtuvo el Premio Booker 2020, un reconocimiento que lo catapultó a la cima de la literatura contemporánea.