
El futuro de la fuerza laboral post-Covid
Además de la crisis sanitaria, el desempleo se ha convertido en uno de los más graves problemas que trajo consigo la expansión del nuevo Coronavirus. Según el último reporte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sólo en 2020 se perdieron 255 millones de empleos a nivel mundial, y se prevé que la recuperación económica para este año se ralentice. Con una pandemia a cuestas y bolsillos alicaídos, miles de personas anhelan volver a conseguir un trabajo que les permita no sólo sostener sus necesidades físicas, sino también nutrir su espíritu y sus deseos por procurarse un futuro más venturoso.
El año pasado, la Unión Europea estimó que su economía podría retraerse un 8.3%, la recesión más importante desde su fundación. Así mismo, considera que el Covid-19 ha generado la denominada generación del bloqueo, conformada por un grueso número de jóvenes desempleados, que ven truncados sus esfuerzos por incorporarse al mercado laboral.
La OIT confirmó que América Latina es la región más golpeada a raíz de la pandemia. En esta parte del continente, se registraron 41 millones de empleos perdidos entre los meses de marzo y julio de 2020, siendo Brasil, Chile, México y Colombia los países más perjudicados. Esto se explica por la gran cantidad de trabajos informales que existen en la región, y que impiden que las acciones gubernamentales impuestas para frenar la expansión del virus surtan efecto. Sólo en Latinoamérica, las horas laborales se han reducido en un 18,3% durante el segundo trimestre del año pasado, cuando el promedio mundial es de 14%.
El informe “Impactos en el mercado de trabajo y los ingresos en América Latina y el Caribe” de la OIT advierte que la reactivación económica en países como México acarrea también problemas como las brechas de género. Durante el retorno parcial de 1.5 millones de personas a las actividades laborales en ese país durante junio y julio de 2020, sólo se registró un aumento en el empleo de hombres, y, en el caso de las mujeres, incluso se redujo. En Perú, en cambio, la recuperación parcial de la economía, aunque con bajos niveles, ha sido equilibrada entre hombres y mujeres.
En una entrevista para UN News, Dorothea Schmidt-Klau expone la desesperanza que padecen los jóvenes desempleados en distintas partes del mundo, quienes ven reducidas sus opciones para acceder a un nuevo trabajo. A esto se añade que las actividades estudiantiles se han visto paralizadas y no pueden adquirir nuevas habilidades y experiencia, como antes hacían en el periodo pre pandemia.
Sin embargo, Schmidt-Klau considera que los gobiernos pueden mejorar sus estrategias y capacitar a los más jóvenes para que puedan agenciarse de más y mejores oportunidades laborales en un nicho que no se encuentre saturado. La llamada economía verde emerge como una prometedora solución para mitigar el desempleo.
Al respecto, el portal de noticias de La Organización de las Naciones Unidas (ONU) explica cómo el aplicar mecanismos que fomenten el cuidado del ambiente puede contribuir con el desarrollo de nuevos puestos de trabajo. En uno de sus artículos, da a conocer el caso de Eduardo Romero, fabricante de ladrillos en Uruguay, una riesgosa profesión que representa la fuente principal de ingresos de personas de escasos recursos. Luego de 28 años, este rubro de la industria se está tecnificando para continuar produciendo este material básico para la construcción, pero de una forma eficiente y responsable con el medio ambiente.
La economía verde se erige como una opción para combatir el desempleo originado por la pandemia. Pero uno de los requisitos preliminares es la adopción de las políticas correctas para mejorar las condiciones (y posteriormente la oferta) de trabajos tradicionales que, hasta antes de la crisis sanitaria, tenían un impacto negativo en el ecosistema.
Así lo cree el World Economic Forum, que resalta la importancia de alianzas como el Pacto Verde Europeo, que apoya a empresas con mayor riesgo a consecuencia de la crisis. Ya Donella Meadows advertía en 1992 que el futuro de la raza humana estaría marcado no sólo por una emergencia (actualmente sanitaria) sino por varias en simultáneo, debido a que los seres humanos estamos acostumbrados a crear formas de desarrollo poco sostenibles.
El foro considera que los gobiernos no sólo deben preocuparse por atender las crisis en el corto plazo, sino que pueden utilizar la ciencia para fomentar economías que contrarresten su impacto en el cambio climático, la biodiversidad y también una eventual nueva pandemia. La coyuntura actual nos presenta un nuevo escenario: un mundo diferente, con economías diferentes.
La revista colombiana Portafolio considera que una forma concreta de generar puestos de trabajo y, a la vez, sentar las bases de una economía sostenible, consiste en eliminar los subsidios gubernamentales que fomentan malas prácticas ambientales. Adicionalmente, se debe apoyar la construcción de infraestructura sostenible, que incluya la construcción de carreteras, transporte y ciudades enteras ligadas al crecimiento verde.
En cuanto al futuro del trabajo una vez superado el periodo de pandemia, Mar Pichel, en uno de sus artículos para la BBC, estima que modalidades como el teletrabajo continuarán en auge los próximos años. Así mismo, además de las habilidades técnicas que requiere un puesto de trabajo, el escenario laboral del futuro valorará igualmente las habilidades humanas.
Por otro lado, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) propone incentivar a los gobiernos a formalizar el mercado laboral para mitigar el desempleo. El apoyo al empleo formal es vital para que, de forma indirecta, se activen también empleos informales directamente relacionados al crecimiento y actividad del sector formal. Una vez hecho esto, se debe buscar el incentivo de la formalización, que permita a las personas sostener una empleabilidad a largo plazo.
Puesto que el periodo de pandemia continúa prolongándose, las tasas de desempleo no parecen tener un panorama alentador. Sin embargo, acciones inteligentes como el impulso de una economía sostenible podrían contribuir a aplacar dos grandes problemas que vivimos en el presente: la falta de empleos a nivel mundial debido al avance del Sars-Cov2, y el desarrollo de prácticas económicas informales y poco amigables con el medio ambiente.
El ser humano tiene una increíble capacidad de adaptación que le ha permitido reinventarse a raíz de sucesos negativos, así que el panorama puede plantearse desde una perspectiva positiva. Aunque son muchos los efectos negativos y las pérdidas acarreadas por el Covid, es posible que la pandemia haya redireccionado la trayectoria de la humanidad para bien. Es momento de redefinir las prioridades a nivel mundial para asegurar un futuro más sostenible.
Referencias:
‘Lost generation’ of workers should seek future in green economy – UN labour agency en https://news.un.org/en/
Covid-19: how the EU fights youth unemployment en https://www.europarl.europa.eu/news/en
OIT: América Latina es la región con más empleos perdidos por cuenta de la pandemia en https://www.france24.com/es/
Impactos en el mercado de trabajo y los ingresos en América Latina y el Caribe en https://www.oitcinterfor.org/
Building a green economy, brick by brick en https://news.un.org/en/
Could COVID-19 give rise to a greener global future? en https://www.weforum.org/
Coronavirus: ¿cómo será el mundo laboral después de la pandemia y qué habilidades se necesitarán? en https://www.bbc.com/mundo
La importancia de la economía verde tras el fin de la pandemia en https://www.portafolio.co/
¿Cómo reactivar la economía y recuperar el empleo en países altamente informales? en https://blogs.iadb.org/trabajo/es/