
La visión del futuro: sistemas biónicos de visión
La pérdida de la visión es un problema de salud que acarrea la pérdida de otras capacidades, y origina problemas que repercuten en varias esferas de la vida del hombre. En la actualidad, el desarrollo de la tecnología permite a quienes poseen esta discapacidad acceder a tratamientos que conservan total o parcialmente el sentido de la vista. Operaciones oculares como la de cataratas (opacidad del lente natural del ojo humano ubicado en el iris) son consideradas como una de las más comunes en el mundo, según la Academia Americana de Oftalmología (AAO).
Se ha tratado de contrarrestar los efectos que acarrean los problemas de visión desde la edad media. El desarrollo de artículos como las gafas, aunque no constituyan una fuente de curación, si permiten solucionar dificultades de visión frecuentes. National Geographic atribuye las bases intelectuales que facilitan la creación de los anteojos al científico árabe Alhacén, estudioso de la córnea humana que, luego de la traducción de sus escritos, despertó gran interés en el campo de la óptica.
Sin embargo, devolverle el sentido de la vista a quienes tienen grados avanzados de enfermedades degenerativas ya no es concebido como un pensamiento utópico. El avance de la ciencia invita a pensar que, en un futuro próximo, será posible restituir la visión a quienes han perdido esta facultad.
La Universidad de Monash, junto con el Alfred Hospital de Melbourne, ha desarrollado un sistema biónico que permitiría recuperar la visión funcional de personas con problemas ocasionados por el glaucoma, complicaciones derivadas del desprendimiento de la retina, entre otros. Aunque la AAO destaca la existencia de prototipos como el Argus II, que permite a pacientes con retinitis pigmentosa percibir luz y movimiento, hasta hace algunos años no había ningún mecanismo que hiciera lo propio en pacientes diagnosticados con ceguera definitiva.
El denominado sistema Gennaris es el que está más próximo a convertir en realidad los esfuerzos científicos por combatir la ceguera. Según el portal Muy Interesante, este mecanismo consiste en la colocación de implantes que, con leves descargas eléctricas, estimulan el cerebro para que este, a su vez, perciba las formas de los elementos que lo rodean. Este innovador instrumento se sirve de 172 puntos lumínicos anexados en los once implantes colocados en la corteza visual, que proporcionan información a quien usa el dispositivo, permitiéndole percibir los objetos que lo rodean.
Así mismo, Forbes destaca que fueron diez años los que tardaron los científicos que llevaron a cabo la investigación, que culminaron con éxito en las pruebas realizadas en ovejas. El artefacto, que es una suerte de ojo biónico, posee características inalámbricas e incluye una cámara, un transmisor, un software y un procesador de visión, todo integrado dentro de un casco. A simple vista, se ve como un par de anteojos convencionales adjuntos a un dispositivo similar a un auricular. Además, el grupo de investigadores asegura que la configuración de los implantes puede realizarse inalámbricamente.
A pesar de haber obtenido resultados positivos en animales, el implante todavía se encuentra en fase de prueba y aún no ha sido testado en humanos, aunque se espera que se lleven a cabo ensayos clínicos el próximo año en Australia. Los científicos consideran que es posible restaurar el sentido de la vista estimulando la porción del cerebro que se encarga de recibir la información visual. El financiamiento puede jugar un papel fundamental en la conclusión del proyecto. En 2019 se contó con el apoyo de un millón de dólares; sin embargo, dicho monto no es suficiente para cubrir todos los gastos que se requieren para culminar con las pruebas.
Por otro lado, el propio portal de la Universidad de Monash afirma que, como se estimulan directamente 43 puntos de la región del cerebro que procesa la información visual, son alentadoras las posibilidades de ayudar a las personas que padecen de ceguera total. Además, junto con Design Health, se viene trabajando en el diseño final del dispositivo. La intención es hacerlo moderno, ligero y estético para que no solo sea funcional, sino que brinde comodidad a quienes lo usen y les ayude a librarse del escrutinio social que muchas veces les confiere un trato distinto debido a su condición.
Pero este no es el único proyecto en ejecución para lograr la tan ansiada restauración visual. Gennaris compite directamente con la empresa Neuralink, un proyecto del multimillonario Elon Musk. Se trata de la implantación de un chip, denominado Link VO.9 por medio del cual, según la BBC, el cerebro humano se conectará con una computadora, concediendo la posibilidad de descargar recuerdos y almacenarlos como si se tratasen de archivos digitales comunes.
Esta nueva propuesta de inteligencia artificial pretende incidir en la curación de la ceguera, alzheimer y algunas otras patologías, apelando al control de computadoras y smartphones por medio de la mente. El dispositivo, que hasta ahora sólo ha sido probado en cerdos, posee 3.000 electrodos conectados a terminales con un diámetro más pequeño que el de un cabello humano, capaz de monitorear la actividad de las neuronas del cerebro.
Como lo afirma La Razón de México en uno de sus artículos, el Link VO.9 también posee la capacidad de transmitir información en tiempo real, lo que permitiría a las personas invidentes percibir los objetos que lo rodean por medio de pulsaciones eléctricas. Musk considera que, además de la pérdida de la visión, otros problemas como el daño cerebral y las adicciones tendrían solución con el uso de este mecanismo. De acuerdo con el ingeniero y magnate, todos ellos se desprenden de un problema eléctrico dentro del cerebro, pudiendo resolverse utilizando precisamente la electricidad.
Así mismo, confirmó que ya cuentan con la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para empezar a realizar las primeras pruebas en humanos, aunque aún no estiman una fecha de inicio de las mismas. Una parte esencial del proyecto es el robot cirujano mejorado que presentó el año pasado. De acuerdo con Bloomberg, la tecnología de este robot posibilita la unión de 1024 electrodos de un grosor millonésimo a la corteza craneal en menos de 60 minutos, con una precisión tal que no deja lugar a errores.
Tal parece que, en los próximos años, la degradación de la visión ya no será una afección insuperable o apenas atenuable, sino reversible. El desarrollo de los dispositivos descritos a lo largo de este artículo será vital para asegurar la plena inserción de las personas con discapacidad visual en la sociedad.
La calidad de vida de estos individuos se verá sumamente elevada tras la creación de tecnologías que les devuelvan la capacidad de contemplar nuevamente el mundo que los rodea. Lo que está por discutirse aún es el precio de estas nuevas tecnologías y cuánto tiempo llevará que sean accesibles para todos.