El desafío de los estudiantes ciegos

La pandemia ha movido todos los cimientos de nuestra sociedad. La educación como uno de los pilares fundamentales de integración y desarrollo sigue tambaleándose y si ha sido difícil para estudiantes sin discapacidades, hay que imaginar lo que ha significado para comunidades de alumnos que padecen de alguna limitación, como por ejemplo los que tienen discapacidad visual (ciegos).

¿Cómo están haciendo para enfrentar el nuevo modelo educativo remoto de contingencia? ¿Les funciona? ¿Se le está garantizando su derecho a la educación en igualdad de condiciones? El desafío de los estudiantes ciegos ahora es mayor.

El sistema trabaja sobre la marcha, trata de adaptarse, quizás espera que pase la crisis sanitaria para volver a la dinámica acostumbrada y mientras tanto, esta comunidad de estudiantes reclama su derecho a la educación, al tiempo que enfrenta el desafío. 

Según informó la BBC, Italia, Chile, Paraguay, Luxemburgo y Portugal, son los 5 países que según el informe de Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) de 2020, tienen las leyes de educación más inclusivas que cubren a todos los estudiantes. Hay que tomar en cuenta que se analizaron 194 países.

En el caso de Estados Unidos, por ejemplo, las universidades están obligadas por ley, a adaptar sus servicios a los discapacitados. Eso significa que se debe garantizar que le llegue la instrucción a cada estudiante, apoyándoles con grabaciones, con personas para que tomen notas, uso de computadores portátiles en el salón de clases, entre otros.

Esta Ley para la Educación de los Individuos con Discapacidades tiene 13 categorías entre las que se encuentra el impedimento visual ¿Cómo ha impactado la pandemia en el cumplimiento de estas leyes?

La reportera de tecnología de insidehighered.com, Lindsay McKenzie, escribió un artículo en febrero de 2021 que está basado en el más reciente informe de  Inside Higher Ed, la empresa de medios online que ofrece noticias, eventos, opiniones y trabajos dirigidos a estudiantes universitarios.

En el escrito da cuenta de los desafíos que sortean los estudiantes universitarios con discapacidad visual por la migración que ha hecho el sistema educativo al aprendizaje en línea.

Acusan retrasos en las entregas físicas de material para estudiar, eso provoca que no puedan planificar bien las pruebas y tengan que tomarlas de última hora con lo cual los niveles de estrés y falta de preparación afectan su vida y su rendimiento académico, según refiere la autora del artículo, los estudiantes manifiestan su desventaja.

Las leyes los protegen de la mencionada discriminación; pero en ese país como en muchos otros la realidad es contraria. El hecho es que los profesores están abarrotados de trabajo, tienen bajo su cargo demasiados alumnos y la mayoría de ellos no tiene discapacidad, los estudiantes ciegos sienten que están en la cola de las necesidades.

Muchos invidentes están estancados, algunos han tomado la opción de suspender por un tiempo sus clases y retomarlas cuando las cosas mejoren, refiere la autora del artículo. Para quienes toman esta última decisión una vuelta a la universidad puede que no ocurra.

Así lo manifiesta  Chris Danielsen, quien es el relacionista público de la Federación Nacional de Ciegos de Estados Unidos (NFB). Él afirma que estudios sugieren que cuando un estudiante pausa la universidad puede sentir que no vale la pena regresar y no lo hacen ¿Por qué correr el riesgo?

Contrario a lo que muchos creen, hay estudiantes con capacidad visual que estudian carreras asignaturas muy visuales como por ejemplo las llamadas asignaturas STEM (Ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Hay gente, incluso profesores que consideran que las personas con discapacidad visual no pueden estudiar matemáticas. Sin embargo, la evidencia demuestra que con el apoyo necesario es posible.

Ahora ¿Cómo estudiar matemáticas complejas de manera remota, si la mejor forma de estudiar es en papel físico? ¿Y cuándo llega ese papel por correo? La verdad es que puede demorar semanas dependiendo de la distancia a la que esté el estudiante de su universidad.

Una persona puede estar en una video conferencia; pero ¿Cómo sacar la información de la pantalla para un invidente, cómo puede hacer eso con las gráficas? La tecnología ayuda mucho, hay pantallas para invidentes; pero hay limitaciones como en el caso de las gráficas y eso los colocan en gran desventaja, los limita más.

La sociedad todavía es muy dura con las personas que sufren de alguna discapacidad. Las escuelas pueden ser ambientes cargados de mucha discriminación y las universidades, pese a que en ellas los estudiantes se supone que tienen mayor información, a veces consideran que un invidente no puede estudiar.

La discriminación se expresa aun sin querer. Clarisa Adams, es el nombre usado para proteger a una estudiante universitaria de matemáticas que contó que sus compañeros de clases le decían que no parecía ciega, lo decían para congraciarse con ella como para que no se sintiera mal por su discapacidad. Incluso tratando de ser gentil, tenemos mucho que aprender sobre el respeto, las formas adecuadas de tratarnos como seres humanos.

A pesar de los esfuerzos inclusivos hechos hasta ahora, que no son menores, hay que seguir con más ímpetu. Para un docente, el discapacitado representa cuando menos un problema mayor porque no está sensibilizado, muchos lo aceptan a regañadientes, afortunadamente las cosas están empezando a cambiar.

La discapacidad está definida técnica, legal y médicamente como una “falta de”, esa calificación ya coloca en desventaja a quien la padece.  Tal vez una calificación menos peyorativa ayudará en mucho a la forma en la que se ven a los llamados hasta ahora discapacitados.

Personas con capacidades diferentes, ha sido una expresión que se ha ido popularizando en algunos países para ser más respetuosos con quienes tienen alguna discapacidad física o mental. Por lo general las personas que lo usan son familiares de alguien con esa situación.

Quizás una nueva interpretación de esa diferencia pueda abonar en favor de la causa de quienes por una razón u otra tienen habilidades distintas para aprender y relacionarse.

La pandemia ha puesto freno a la velocidad con la que se conseguían las cosas y las personas más vulnerables a los cambios bruscos son las más afectadas. La educación no es la excepción.

 

En este escrito expreso algunas reflexiones sobre la situación que viven los invidentes en materia educativa con la migración de las clases al plano virtual.
Fuentes: insidehighered.com, unesco.org y bbc.com.

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