El retorno de los dragones, de Margaret Weis y Tracy Hickman

Cuando hablamos de libros de fantasía, nos viene a la mente la conocida saga de El Señor de los Anillos del filólogo y escritor J. R. R. Tolkien. Ciertamente, Tolkien asentó las bases para posteriores sagas de fantasía y para la inspiración de escritores que harían su propio lugar en el mundo.

El retorno de los dragones, de Margaret Weis y Tracy Hickman es el primer tomo de la trilogía original de la Dragonlance, y el que abrió todo un universo de libros a partir de los años 80. Su historia es curiosa, ya que tiene mucho que ver con Dragones y Mazmorras (e igualmente basado en el filólogo). Te la contamos.

 

Tolkien y el origen de la fantasía

 

Toda obra es inspiración de otra, y toda saga proviene a su vez de los espacios más palpables de la cultura natal del escritor. El caso de J. R. R. Tolkien no fue una excepción. El conjunto de libros que llegó a crear, y que su hijo ayudó a publicar en su totalidad después de su muerte, supuso un compendio mitológico y fantástico que rivaliza con cualquier saga transmitida por culturas del mundo real tanto en riqueza como en extensión.

Tolkien también tuvo su inspiración, y es que fue un gran estudioso de los poemas épicos antiguos que incluían a personajes literarios tan famosos como el Rey Arturo o Beowulf, y otros cuentos germánicos y escandinavos, como el famoso Kalevala de los finlandeses. Su pasión por las lenguas le llevó a crear sus propios idiomas para El Señor de los Anillos y el mundo de la Tierra Media.

La evolución de la fantasía tomó forma con Dragones y Mazmorras, un juego de rol de fantasía que fue publicado por primera vez en 1974 y diseñado por Gary Gygax y Dave Arneson, considerado el inicio de los juegos de rol modernos y una inspiración para los videojuegos de rol multijugador masivos en línea (MMORPG) que surgirían después, como World of Warcraft.

Como vemos, la historia de la inspiración de una obra es realmente rica e interesante, ya que es similar a un legado que va transmitiéndose de generación en generación con diversas modificaciones y adaptaciones a la cultura actual de su creador. En el caso de la saga de la Dragonlance, tenemos un elemento diferenciador y realmente curioso en cuanto a su origen.

 

Los orígenes de la Dragonlance

 

El retorno de los dragones (1984), el primer libro de la trilogía original y el núcleo de la saga de la Dragonlance, tiene un origen cuanto menos curioso. El argumento de la trilogía se basó en una sesión de rol de Dragones y Mazmorras que los autores jugaron en persona con varios de sus amigos, algunos de los cuales llegaron a convertirse también en escritores de la saga. La novela, de hecho, fue escrita después de la creación del material suplementario de Dragonlance para el juego de rol de Dragones y Mazmorras.

Resumiendo, sus orígenes se basan en una partida de rol, cuyos acontecimientos y las decisiones que tomaban sus amigos, significarían su transmisión al papel y en la forma de una novela.

Tanto Weis como Hickman dijeron más adelante que esta forma de crear las novelas hacía que se sintieran demasiado episódicas. En consecuencia, en los siguientes libros revirtieron el proceso, creando primero las novelas y después el material suplementario.

 

El retorno de los dragones, un éxito literario

 

El retorno de los dragones fue y sigue siendo un éxito literario. Con más de 100.000 evaluaciones en Goodreads y con una saga que se expande con docenas y docenas de libros, se estableció como un clásico de la literatura, donde el libro significa el comienzo de una saga épica que parece no tener fin. El libro, su argumento y su narración tienen un lado bueno y un lado malo que vamos a analizar aquí.

El lado bueno es que, si te gusta la fantasía convencional llena de personajes de diferentes razas, habilidades y culturas diferenciadas, al más puro estilo Dragones y Mazmorras —y, por ende, de Tolkien—, el libro conseguirá saciarte de principio a fin. Desde el primer momento, contamos con personajes muy diferenciados entre sí y que nos retrotraen a las bases de la fantasía: Tanis, el medio elfo con un gran sentido de la responsabilidad y con un liderazgo sobrevenido, Raistlin, el mago cuyo pasado está envuelto en el misterio; Sturm, un caballero con su código de honor siempre presente; Goldmoon, portadora de una vara de gran poder; Riverwind, guardaespaldas y amante de Goldmoon; Caramon, hermano de Raistlin con una gran resistencia física; Flint, un orgulloso y gruñón enano; y Tasslehoff, un pícaro despreocupado de una raza llamada kender.

La novela está llena de conversaciones donde el carácter de los personajes está muy bien diferenciado, y sus motivaciones presentadas de una manera sencilla y creíble. Debido a ello, se hace un libro muy ameno donde las diferentes situaciones y retos que los personajes tienen que superar son vistos a través de las palabras y sentimientos de todos sus protagonistas, haciendo al lector sentirse parte del viaje que tienen que emprender.

La parte negativa —y posiblemente visto desde un prisma cultural más moderno donde estamos más acostumbrados a este tipo de historias— es su previsibilidad. El argumento en sí contiene los elementos más comunes de una historia de fantasía que tiene su origen en el génesis del género: un viaje para salvar al mundo de una inminente amenaza del mal, búsqueda de artefactos mágicos, el uso de la magia, batallas entre reinos, criaturas fantásticas, profecías y un concepto del bien y el mal muy diferenciado.

Otro punto por comentar es que la novela parece demasiado episódica, como bien dijeron sus autoras, debido a la naturaleza de su origen (la partida de rol). Esto no es algo malo per se, porque la narración consigue crear una cohesión muy buena con los diferentes acontecimientos, pero sí que puede parecer algo improvisado en ciertos momentos.

En definitiva, El retorno de los dragones es un libro que puede gustar tanto a los que gustan de la fantasía más tradicional como los que buscan una novela de aventuras divertida. Es cierto que no innova demasiado bajo nuestros estándares, pero es una lectura agradable y muy recomendable. Su importancia es clara, porque es el primer libro del que surgió una de las sagas de fantasía heroica más famosas de todos los tiempos.

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