Maestro del putti: Alberto Durero y su obsesión con los pequeños querubines del estilo italiano

Los escritores y artistas siempre buscan la mejor forma de ilustrar y representar sus escritos, de tal manera que el espectador pueda obtener la mejor versión de la información, el “Master of the putti” o el “Maestro del putti”, en español, es un libro que recopila más de 91 ilustraciones de dioses alados, para mostrar concisamente el resultado de años de investigación.

En el mundo de la literatura, existen obras que merecen reconocimiento por su arduo trabajo y detalle, tal es el caso del Maestro del putti, un libro basado en una serie de encuestas que toma para sí una forma curiosa de expresarlo al espectador.

En este punto, las ilustraciones le dan un aire curioso pero muy llamativo a este libro escrito por Alberto Durero. Más de 91 ilustraciones de pequeños querubines se entrelazan entre páginas para contextualizar años de investigación y creatividad del autor.

Aunque para muchos críticos esta idea puede resultar un poco bizarra, la verdad es que el autor de esta obra expresa de la forma más ilusoria un punto de vista a través de una obsesión que detalla su afinación por los personajes alados, querubines para unos, dioses alados para otros.

La ubicuidad del Putto

En comparación con Alberto Durero, pocos han sido los artistas europeos que han intentado popularizar la imagen del Putto, un antiguo dios alado en forma de niño.

Al leer esta obra, es posible observar que el autor lo usa ampliamente en pinturas, grabados en madera y bocetos.

En medio de contextos más amplios que la mayoría de sus contemporáneos. Al irnos hacia un nivel más amplio, es posible presenciar este tipo de figuras en imágenes cristianas y obras seculares, así como sus numerosos planos para la Puerta del Honor o el Carro del Triunfo. También aparecen en casi todas las obras de Durero representando temas mitológicos.

Bajo la mirada de Durero se podría decir que el redescubrimiento de Putto en Italia en el siglo XIII llegó a su fin, allanando el camino para que estas intrigantes figuras envejecieran perdurablemente antes de finales del siglo XVIII.

Esta compleja historia se describe en “Inventing the Renaissance Putto” de Charles Dempsey, publicada en el año 2001, recientemente escrito por Rainer Hoffmann. El magnífico libro nuevo sobre putti explica esto con más detalle y proporciona ilustraciones en color más ricas de lo que se tenía acostumbrado.

En este punto vemos cómo la imagen antigua y sombría del putti evoluciona para llenarse de color, y atraer la mirada de los espectadores.

La presencia del putti en la antigüedad

Durante los siglos VI y V a. C., se contaban las historias de quien en ese entonces se consideraba un dios único, Eros, se habría convertido en un plural de Erotes, un grupo de dioses alados relacionados con el amor y las relaciones sexuales.

Estos eran usados en el arte y la literatura para relacionarlos con diversos temas y propósitos decorativos. En el elaborado sarcófago, acompañan, lloran y conmemoran a los muertos de aquella época.

En otras representaciones, estos se encargan de celebrar la llegada de la cosecha, bien sea del grano o del vino. En otras, pueden verse ilustrados como personajes que corren con animales salvajes, tocan o hacen música, levantan cortinas o guirnaldas, o simplemente actúan como servidores y mensajeros del amor.

Tras la llegada del cristianismo y la percepción de este tipo de imágenes como símbolos paganos, obligó a que estas expresiones se fueran dejando a un lado, casi al borde de la extinción.

Sin embargo, tras el redescubrimiento del arte antiguo, regresaron gradualmente las imágenes del putti, aproximadamente entre el 1250 y 1350.

Para el siglo XV, los ángeles putti se habían convertido en una parte importante del repertorio italiano: Donatello empleó ángeles tanto en obras seculares como religiosas, y Mantegna pronto podría ser el primero en dominar la putti-manía en toda Europa.

El estilo italiano: inspiración de Durero

Durante los años 50s, Vasari se burló de la “Tedesca maniera vecchia”, un estilo alemán antiguo; sin embargo, para entonces, los principales elementos del estilo italiano se habían traducido al norte de los Alpes y se habían fusionado con los estilos y tradiciones indígenas de los Países Bajos y Alemania.

Como admitió Hoffman, es difícil atribuirlo a una sola persona el resultado contemporáneo de las representaciones del putti; para llegar a estos resultados, contribuyeron el viejo Cranach, Matthias Grünewald, Albrecht Altdorfer, Hans Baldung Grien, los dos Holbein y muchos otros artistas y autores.

Sin embargo, pocas personas serán tan prolíficas y diversas como Durero, preocupado siempre por incorporar el estilo italiano de vanguardia en cada una de sus obras y, al mismo tiempo, domesticar al público alemán hacia un estilo bien enmarcado.

Los comentarios de Hoffman sobre las revisiones de las obras de Durero, junto con sus más de 91 ilustraciones de la obra de Dühler, 74 de las cuales destacan sus obras contemporáneas, son completos e instructivos.

De lejos, la categoría más grande incluye imágenes cristianas, la mayoría de las cuales ilustran la vida de María y Cristo. Aquí, siempre se les retrata como ángeles o elementos angelicales, con o sin alas, desnudos o vestidos, a veces figuras completas, otras veces como querubines o Serafines, cabezas de ángel con alas. Aunque sus cuerpos podrían verse fusionados con formas no humanas; el soporte evaluado incluye obras sobre papel y retablos pintados a lo largo de toda su carrera.

En términos de su naturaleza como descendientes de Eros o ángeles, los putti tienen un carácter trascendente o sagrado, cercano al cielo y la tierra, pero no completamente cercano al cielo y la tierra. Incluso en las imágenes de Durero de temas terrenales o mundanos, sus putti aparecen más o menos como cuerpos celestes, en su mayoría con alas.

Esto puede llevar a la gente a pensar que Durero es un maestro del putti en el cristianismo, sin embargo, su tratamiento de los temas mitológicos es completamente diferente. Durero remonta los orígenes de los Erotes representando a los no ángeles sin alas en su “Muerte de Orfeo” del año 1494, o el “Sansón y los filisteos” en 1510.


Fuentes
Master of the putti: instructive book explores Albrecht Dürer’s obsession with the little cherubs: http://www.theartnewspaper.com
Master of the putti: instructive book explores Albrecht Dürer’s obsession with the little cherubs:
https://washingtonlatest.com

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